Nos enfrentamos a Kholat, un indie de terror inspirado en un estremecedor caso real.
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Lo confieso. Kholat ha sido uno de los videojuegos que más me ha costado analizar en mis andanzas en Generación Xbox. Quizá ha sido el frenetismo del E3 2017, que me pilló a traspiés, o lo horroroso de su apartado técnico, que por primera vez en un videojuego ha conseguido desesperarme por sus caídas de framerate y el constante y molesto screen tearing que rompe una y otra vez la pantalla; algo terriblemente contradictorio en una propuesta que, precisamente, pone todo el peso de sus mecánicas en la exploración, es decir, en dar muchas vueltas y mover mucho la cámara. Lo admito. Se me ha hecho más cuesta arriba que ver la conferencia de Sony sin dar una sola cabezada y he sudado más que Miyamoto intentando explicarle en inglés a un señor francés por qué ha aparecido en medio del escenario con una pistola de juguete en el brazo. Y no, esto no se va a convertir en una crónica del E3, si no en el análisis de Kholat, así que me pego una buena tortada en toda la cara y allá vamos.
La misma historia ya produce el suficiente pavor como para encogernos el corazón - ¡Comparte!
Una de las grandes virtudes de Kholat es la trama sobre la que orbita. Como pocas veces vemos, los desarrolladores se han inspirado en un caso real más conocido como «El Incidente del Paso Diatlov», un trágico suceso que se llevó la vida de nueve excursionistas en 1959. En la espesura de los Montes Urales, estos chicos se perdieron y nadie más supo de ellos, hasta que más tarde sus cuerpos fueron encontrados desperdigados por el bosque y masacrados de una forma difícilmente explicable por la razón. Algo que me lleva a pensar irremediablemente en «El Wendigo» de Algernoon Blackwood, un relato pre-lovecraftiano que narraba de forma magistral una historia terriblemente similar, pero incorporaba la participación de la mitológica y violenta criatura de los bosques norteamericanos. Sin duda, os recomiendo que si, finalmente jugáis al juego, después acudáis al relato de Blackwood o viceversa para poder complementar ambas obras que tan bien casan.
Dicho esto, Kholat decide situarse años después, cuando los cuerpos son encontrados. En la piel de un investigador, nuestra misión es descubrir qué pasó realmente. Sobra decir que la misma historia ya produce el suficiente pavor como para encogernos el corazón, algo perfectamente complementada con la atmósfera opresiva y de escasa visibilidad que ofrece el juego, que conseguirá perdernos una y otra vez en la espesura aumentando la sensación de desorientación y pérdida.
Apartado Técnico
Bien podríamos empezar en que su apartado técnico es casi tan terrorífico como la trama que nos presenta. Hacía tiempo que no tenía el disgusto de tratar con un videojuego tan mal optimizado. No es solo el molesto screen tearing, también están las bajadas de frames, el popping y mil achaques más. ¡Kholat lo tiene todo! Siempre soy muy laxa analizando los apartados técnicos de los videojuegos, porque entiendo que esto no es lo más importante, pero la optimización de Kholat es intolerable y deberíamos exigir a los desarrolladores un parche inmediato para corregir estos problemas que, me consta, en otras versiones no existen.
Si no fuera por este terrible incordio, nos encontraríamos ante un indie bastante correcto que sabe jugar bien sus bazas para marcar un territorio asfixiante que nos hará tirarnos de los pelos más de una vez (pero ahora en el buen sentido). La hostilidad del bosque queda perfectamente reflejada con un par de ingeniosos recursos estéticos que reforzarán esta sensación de violencia primordial que pesa sobre nuestras cabezas. Otro punto destacable, pero para mal, es el uso reiterativo de la banda sonora, un escollo del que parece que no salimos en el medio, porque sí o sí debe haber música que nos acompañe, aunque sea intrusiva e innecesaria.
Jugabilidad
¿Y qué tenemos que hacer en Kholat? Básicamente, andar. No os dejéis engañar por la portada, aquí los sustos espantan por su ausencia, y no es al bote a lo que han querido jugar los desarrolladores, si no a la opresión, con cuestionables resultados. Si pudiéramos tirar de referencias cercanas, diría que bien podría ser el reverso tenebroso de Firewatch, pues ambos se apoyan en el uso del mapa y la orientación para que naveguemos por el escenario. Lo único es que esta vez no tendremos a la encantadora Delilah para acompañarnos, si no ruidos guturales y lamentos en el viento que harían estremecer hasta a Pocahontas. En nuestro recorrido deberemos ir reconstruyendo el pasado a través de notas dejadas por los excursionistas, que nos harán entender poco a poco qué ha pasado realmente en la montaña. Es muy fácil perderse si no permaneces atento, pues el mapa, como gran virtud del juego, jamás te avisa de dónde estás, y debes guiarte por las coordenadas y los diferentes accidentes geológicos que puedan servir de guía.
Una de las mejores bazas del juego es que no trata al jugador de tonto y no te guía en ningún momento. Quiere que te pierdas, que sientas lo que es estar en medio de un bosque sin más ayuda que una brújula, por lo que hay que alabar la valentía del estudio polaco por ofrecer una propuesta que escapa de los juegos por raíles a los que estamos acostumbrados últimamente.
Duración
Como también viene siendo costumbre en los indie walking simulator, no puedes estirar mucho el chicle de andar y andar, por lo que la duración suele oscilar entre las cinco y seis horas, dependiendo del ritmo de cada persona y el gusto por la exploración. Si bien es cierto que hay los suficientes extras como para patearnos el bosque más de una vez y que aún nos dé tiempo a perdernos reencontrando el camino.
Como me gusta dar datos más oficiales que mi propia torpeza a los mandos, los amigos de How Long To Beat nos dicen que la media ronda las 4:30 la historia principal y casi dos horas más la completista.
Conclusión
Creía que no iba a llegar pero aquí estoy, en las conclusiones. Kholat es un videojuego con muy buenas intenciones que se ven ahogadas por su espantoso apartado técnico, al menos en la versión de Xbox One, ya que mirando análisis de otras plataformas no parece que este problema se repita en ellas. La forma en la que nos presenta la historia, aunque atropellada, es un estimulante intento por contar un suceso real a través de la ficción interactiva.
Lástima que en todos los sentidos, el juego nunca acabe de arrancar del todo y se quede en un quiero, no puedo, y encima tengo un apartado técnico horroroso. A estas alturas del análisis, no sé si os habrán entrado ganas de comprarlo o de salir corriendo. Por mi parte solo puedo añadir que, nosotros, lo único que hacemos es prestar nuestra opinión, en constante lucha entre lo subjetivo y lo objetivo, y que la decisión, al final, depende de cada uno.
*Gracias a IMGN.PRO por habernos proporcionado el material para la review.