In Sound Mind es una pequeña obra maestra del terror que será siempre incomprendida.
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Quizá no esté todo inventado en los Survival Horror, un aumento en el realismo de sus gráficos, un nuevo concepto jugable, un argumento digno de Oscar… hay muchas posibilidades para innovar en este prolífico género. Y es que nuestras consolas (y sobre todo Steam) están inundadas de juegos de miedo estilo “Jump Scare” sin mucho más fundamento que provocar el miedo en el jugador. Pero ni se pueden calificar como Resident Evil, ni Silent Hill y en algunos casos, ni casi un juego. Y luego están títulos como In Sound Mind, que bajo unos preceptos ya definidos consigue algo muy sólido.
Y es que ‘In Sound Mind’ no es una revolución, pero mucho ojo, porque bajo su inofensivo aspecto de indie, se esconde un pedazo de juego. Es posible que ya lo hayáis leído en alguno de mis análisis anteriores, pero no me cansaré de repetirlo: Me encanta que un juego llegue a mis manos casi por casualidad y me sorprenda de esta manera. Y es que si bien al principio me mantuvo con una ceja arqueada intentando adivinar que pretendía el juego dejándome empezar en un sótano abandonado con poco más que ruiditos o crujidos que deberían de darme miedo, pronto empezó a coger una forma que no me esperaba. De un juego auténticamente divertido, he de admitir.
Si tuviera que describiros rápidamente ‘In Sound Mind’ es que sería algo parecido a Resident Evil 7, pero descafeinado en la acción y más potente en la exploración y las mecánicas. Evidentemente, no es comparable gráficamente con un gigante como el de Capcom ni en muchos apartados, pero esa es más o menos la idea. En el caso del título de We Create Stuff, un estudio que sólo ha creado anteriormente un juego de terror construido como un mod de Half-Life 2 llamado Nightmare House 2 (con bastante éxito, por cierto), la situación se mueve más por el tema psicológico, llevándonos por una especie de sueño o pesadilla de la que no podemos salir.
En ‘In Sound Mind’ manejaramos a Desmond Wales, un psicólogo que se ve atrapado en el bloque donde se encuentra su propia oficina, porque la ciudad está totalmente inundada, en un paisaje totalmente apocalíptico. Pronto descubrimos que tenemos acceso a los pisos de nuestros pacientes y que unas cintas nos llevarán de viaje a la mente de los mismos, donde habitan en su forma más grotesca, tal y como ellos se veían. Todo está relacionado y mientras avanzamos parece que toda esta inevitable y agobiante situación está orquestada por una extraña y desconocida presencia que intenta repetidamente que fallemos en nuestro intento por solucionar todo.
Lo que parece en un principio que es el siguiente Survival Horror indie cuyo nombre podría pasar desapercibido, pronto se conforma como una aventura que crea tensión, una curiosidad enorme por saber lo que está pasando, una jugabilidad sencilla pero que funciona muy bien y unos puzles lo suficientemente trabajados para que resulten entretenidos de resolver sin llegar a ser pesados ni demasiado simples. Notas como todo empieza a cuadrar: el combate, la gestión de recursos, los elementos de nuestro inventario… y el propio e interesante argumento.
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Apartado técnico
Sin tapujos: el peor apartado del juego es el gráfico. Tiene unas texturas muy pobres, una iluminación que no consigue convencer, pocos detalles en los escenarios (esos coches casi cuadrados resultan aberrantes ya en 2021), aun funcionando a 60 fps, rasca en muchas ocasiones en Xbox Series X – no hay versión para Xbox One – cuando hay carga gráfica sin ni siquiera una aparente resolución de 4K. Incluso una de las mecánicas principales del título, el uso del trozo de espejo, provoca muchos fallos gráficos en el reflejo, que se nota muy limitado técnicamente. Pero una vez nos hemos sacudido esa espinita y lo hemos dicho, pasemos a las bondades, que por supuesto, también hay en este apartado.
Porque además de que el escenario es totalmente moldeable a nuestra vista, puede ser modificado o destruido por los enemigos y el gunplay, por ejemplo, funciona mejor de lo que esperábamos, haciendo que la experiencia a los mandos sea satisfactoria para un título de este corte. Con respecto al sonido, el propio Desmond irá narrando lo ocurrido cuando es necesario, sin ser cargante, al contrario, resulta agradable ver como no manejamos un puñado de píxeles que se repite sin sentido. Lo mismo sucede con el carismático y extraño antagonista, del que recibiremos llamadas constantes o las grabaciones, donde cada uno de los pacientes se expresarán con realismo.
Y algo de lo que normalmente presumen en las notas de prensa pero que luego pasan desapercibido: La música del juego. Las melodías están muy trabajadas, pero en concreto, el grupo The Living Tombstone proporciona alguna de las canciones originales y específicamente creadas para el título. ‘In Sound Mind’ las trata con tanto mimo, que les dedica hasta un sitio especial en forma de vinilo para que las escuchemos cuando queramos. Personalmente, me ha parecido un auténtico detallazo que merecía la pena comentar, pues ha sido otra de las sorpresas que no esperaba.
En los juegos de este tipo siempre existe otro tipo de miedo que impide que nos acerquemos: la traducción. En este caso, evidentemente no está doblado pero si que está traducido al español, incluso algunos carteles del propio juego de puertas, etc… estarán indicados en español, todo un detalle. Sin embargo, hemos encontrado un par de erratas, una clave para un puzle, pues indicaba donde situar una pieza y la traducción era algo “libre” que no reflejaba el doble sentido de la frase. Una tontería aislada, pero igualmente reseñable.
Jugabilidad
Como hemos mencionado más arriba, ‘In Sound Mind’ es un Survival Horror en primera persona, con elementos de acción que no predominan en la partida pero si resultan ser constantes e interesantes, con grandes dosis de puzles intuitivos que permiten dosificar el progreso de una forma inteligente, obligándonos a recorrer caminos anteriores para abrir nuevas zonas, conseguir recompensas o simplemente por saber algún secreto adicional de los misterios que ocupan a Desmond.
Lo que está claro es que el juego empieza muy simple, sin pretensiones, como si fuese “uno más” en ese inmenso océano de juegos indies, y pronto se conforma un título sólido, que se justifica bien, que te obliga a explorar, con escenarios que se van ampliando sin miedo a no tener pasillos donde asustarnos fácilmente, contándonos la historia en suficientes dosis para mantenernos interesados y al mismo tiempo seguir guardando el misterio que no nos deja ver hacia donde va la historia en realidad.
Una linterna que necesita pilas, una pistola que necesita balas… items clásicos y necesarios para la exploración y el combate al que se unirán unos pocos más, los cuales por contexto de la propia historia no nos gustaría contaros, pero sobre todo un trozo de cristal que obtendremos a las pocas horas que nos permitirá ver tras nuestra espalda y de paso desvelar secretos, mensajes o el siguiente paso para avanzar (y que aprovechan para el sustillo, dicho sea de paso).
Pero fuera de las mecánicas del mismo, que incluyen muchos saltos, andar por bordes, montarnos sobre cajas, recorrer conductos de ventilación, que ya hemos visto repetidas veces, se encuentran los combates con grandes jefes finales que nos pondrán a prueba por lo agobiante que resultan por vernos casi indefensos ante ellos y al mismo tiempo emocionantes, por saber cuando terminaremos la pesadilla.
Y es que podría explicaros al detalle ‘In Sound Mind’ en todas sus mecánicas, que también tienen fallos, por supuesto, detalles del inventario, su esencia Survival Horror, pero sin embargo no me apetece. Me apetece deciros que es un título que va de menos a más, que está por encima de un indie cualquiera, que su aspecto gráfico no me parece ya tan importante, y que después de haber analizado tantos juegos -incluido este año un enorme Resident Evil 8-, ha conseguido sorprenderme igualmente.
Que hace cosas muy bien, que me encanta hablar con el Toina el gato después de cada cinta, que me encanta dar un respingo cuando nuestro extraño antagonista nos intenta putear, que esas mecánicas aparentemente simples funcionan en su estructura. Es un título que en lo que pretende hacer, lo hace muy bien. Y personalmente, conmigo ha conectado.
Duración
Otro apartado que seguro que alegrará a más de uno. ‘In Sound Mind’ se toma su tiempo para las cosas, cada cinta tiene su propio mundo al que pone contexto sin restricciones. Con varias ubicaciones, subtrama y la mente del paciente que ambienta toda la zona, siempre desearemos saber más y seguir explorando, pues si bien los desarrolladores nos indicaron que la aventura duraría entre 8 y 10 horas, a mí se me ha alargado hasta las 12, y juraría que me he dejado muchas pastillas (que aumentan permanentemente nuestras stats de vida, resistencia, etc..) repartidas por todos los escenarios.
Hay secretos que descubrir y para poder hacerlo con las nuevas habilidades que nos proporcionarán los items adquiridos, podremos revisitar antiguas cintas para recorrer sus escenarios en busca de algún extra que nos hayamos dejado atrás. No es ni mucho menos necesario, pero si que podría apeteceros abrir esa puerta que os dejó con la espinita clavada de ¿que es lo que había detrás?
Conclusión
De los 5 días que he tenido para hacer este análisis, el interés por ‘In Sound Mind’ crecía en cada una de las sesiones que dedicaba a él de la misma manera que el título ganaba interés. En mi penúltima partida no reparé en que casi llevaba 4 horas y media sin parar de jugar, algo que llevaba tiempo sin sucederme. Estaba muy metido, en la trama, en la jugabilidad, en abrir la siguiente puerta, en derrotar definitivamente a uno de los jefes. Es el resultado de un buen hacer, de unas ideas bien aplicadas, que incluso a un individuo de vuelta de todos los Survival Horror, ha sabido sorprender. Hasta se permite un par de momentos que te sacan una sonrisa.
Entre el último análisis de Tormented Souls y ahora de In Sound Mind, han conseguido devolverme la fé en los Survival Horror, en que aún existen argumentos, mecánicas y sobre todo, buenas ideas que nos quedan por ver. De momento, con este, os aconsejo que no lo perdáis de vista. Y para los amantes de las ediciones físicas, os llevaréis una alegría porque Tesura Games lo edita en España, incluyendo su Banda Sonora en formato digital.
¡Ah, se me olvidaba! Y puedes acariciar al gato…
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Apartado técnico60/100
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Jugabilidad90/100
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Duración90/100
Lo bueno
- Su argumento y la estructura del propio juego.
- Te tiene enganchado en todo momento.
- Puedes acariciar al gato.
Lo malo
- El apartado gráfico es muy mejorable.
- Problemas de rendimiento.