Análisis de Evil West

El viejo oeste trae algo más que polvo, parajes desérticos y duelos al amanecer. Al menos en Evil West, hay que sumar a los vampiros en esa lista.

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El viejo Oeste, esa época tan prolífica en el cine que dista lo suficiente de nuestros días para parecer lejana y cercana a partes iguales. La ley de la sangre, del revolver, en el que ser un cuatrero era una profesión como una más. Vista desde aquí, tiene cierto aire romántico y porque no decirlo, de parecer hasta ‘cool’. Por eso, también hemos podido ver tanto en el cine como en los videojuegos el que las armas fueran un objeto común para llevar siempre encima junto a las llaves de la casa y la cartera. Lo puedes combinar con aliens, viajes al futuro, zombies, y en este caso, con vampiros casi demoníacos. Es el caso de Evil West. Y es imposible negar que es una mala premisa.

Precisamente eso es lo que nos ha fallado en esta ocasión, la premisa. Pues es buenísima. Todo pintaba absolutamente genial. La idea, la combinación de acción estilo Doom con la tercera persona, la estética del protagonista… joder, hay que admitir que el tío derrocha testosterona de la buena, de esa que fluía en aquellas películas noventeras de acción. Jesse Rentier, el protagonista de Evil West, es sin ninguna duda, el icono sobre el que gira toda la aventura. Pero -y claramente había un pero-, Flying Wild Hog, desarrolladora del título, ha optado por el camino fácil para muchos de los aspectos de la misma, haciéndola del montón.

Por supuesto, os explicaremos el porqué en el texto, pero he de admitir que me ha confundido que no saliese como esperaba. Simplemente, algún tiempo más de desarrollo o un par de ideas más que complementaran lo existente bastaba, pero centrándonos en esos baches, debemos de ser precisos: Sus gráficos y la pronunciada linealidad de la aventura. Porque los momentos de acción y el control del personaje es absolutamente brutal y divertido, casi confeccionado con maestría, se podría decir por momentos.

Evil West nos cuenta la historia de Jesse Rentier, uno de los agentes más poderosos e importantes del Instituto Rentier, encargado de luchar contra los enemigos sobrenaturales que azotan a esta joven EE.UU. y en concreto, a los vampiros, que campan a sus anchas por todo el país. Los humanos se vuelven cada vez más poderosos, con su tecnología y el dominio de la electricidad, por eso, los vampiros quieren contraatacar y hacerse dueños de la situación para impedir definitivamente esta evolución que invierta las tornas, haciendo que los vampiros sean la presa y los humanos, los cazadores.

La historia está cuidada dentro de lo simple que resulta la misma. Se toman el tiempo justo y necesario para definir a los personajes, aunque, y no se exactamente porque he tenido la sensación, de que todo pasa demasiado rápido. Las cinemáticas van muy deprisa, no dan respiro, los personajes no dejan de hablar, es como que no quieren que esperes hasta poder seguir pegando tiros. Y normalmente es la decisión correcta, pero me hubiera gustado poder disfrutar de cinemáticas más elaboradas a nivel argumental o que tuviesen un ritmo más pausado.

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Apartado técnico

Aquí es donde Evil West ofrece un mayor problema, pues su apartado gráfico es mucho peor de lo que esperábamos, sobre todo en relación a los escenarios, que resultan planos, vacíos, con unas texturas e incluso carga poligonal de los mismos que resulta demasiado simple, casi como si se hubiera descuidado o hecho rápido sin preocuparse de ellos. No le pedimos los impresionantes escenarios de A Plague Tale: Requiem tampoco, pero algo más elaborado y que no distorsione tanto, hubiera estado bien.

Porque este problema se acentúa precisamente con el diseño de los escenarios. Tal y como le sucedió con Shadow Warrior 3, también de Flying Wild Hog, la estructura de “recorrer el mapa hasta la próxima arena” se da de nuevo. Pero en Evil West es más preocupante, pues hasta de un lado para otro nos moveremos con animaciones en sitios predefinidos y brillantes para que no nos perdamos, repitiendo constantemente el patrón de las mismas animaciones durante toda la aventura. Donde podría haber brillado y tampoco lo hace es al mostrar las cinemáticas en formato vídeo, pero como si fuera un pre-renderizado de alta calidad del propio juego, que perfectamente ya hemos visto en otros títulos, incluso con más fidelidad. El problema es que podremos cambiar el atuendo de nuestro personaje y este cambiará mágicamente en las cinemáticas, lo cual pues en 2022 no queda muy allá.

Con este precedente, otra pregunta que nos hacemos es que como es posible que Xbox Series X, no sea capaz de mover este juego a 4K y 60 fps o algo que sea superior al modo rendimiento de 1080p y 60 fps. No es de mundo abierto, ni los enemigos tienen una IA compleja que limite a la CPU. Hay múltiples ejemplos donde reflejarse que no dejan en buen lugar a Evil West. La peor parte se la llevarán los usuarios de Xbox Series S, que solo contarán con un modo a 1080p y 30fps, curiosamente la misma configuración que los usuarios de Xbox One e inferior incluso a Xbox One X, con 4K y 30 fps. Entendemos que esto es optimizable y que en un plazo de tiempo medio podrían arreglar estos problemas.

De hecho, Evil West se salva precisamente por sus momentos de acción, que por suerte, son bastante frecuentes. Las batallas se desarrollarán entre sangre, monstruos de todo tipo y un arsenal limitado pero tremendamente ajustado, con efectos de luz y partículas que no defraudan, siendo todo bastante espectacular en estos momentos. De esta misma manera, el sonido también es potente, perfecto para los combates y con la sintonía perfecta para tenernos preparados para la batalla.

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Jugabilidad

Como hemos mencionado, en Evil West predomina la acción y es directamente lo mejor que tiene. Ya que desde el minuto uno, el título demuestra que prácticamente es un pasillo que nos llevará de una arena a otra, con unas mínimas posibilidades de movernos para encontrar coleccionables o extras, pero siempre con transiciones muy marcadas (literalmente hablando), en las que solo pulsando un botón, podremos escalar, tirarnos de una tirolina o saltar de un saliente. El problema es que estas animaciones se repiten y mucho. Y cansan, ya que algunas son totalmente innecesarias, siendo uno de los indicativos más fáciles de relacionar con un desarrollo lineal.

Esto también arrastra a los puzzles que se presentan, que resultan extremadamente sencillos de resolver, por simplemente tener que ir de un lado a otro, arrastrar algún vagón, pero sin ninguna complicación, algo que alivia la carga de responsabilidad de los combates… para mal.

Pero bueno, vamos al lío. Porque en el combate es donde brilla a tope Evil West y donde recae todo el peso de su éxito. Desde Flying Wild Hog apuestan por esta fórmula de armas rápidas y ejecuciones que bien han instaurado los nuevos Doom, con un ritmo endiablado que nos tendrán decidiendo en una décima de segundo que arma usar a continuación para seguir destrozando enemigos sin morir en el intento, pues aunque no tengamos la movilidad de un FPS, Jesse podrá esquivar ágilmente los ataques con esquivas o rodando, a veces casi como si fuera un boxeador, porque ¿lo había mencionado? el ataque cuerpo a cuerpo es parte esencial de la acción.

Esto es gracias al guantelete que posee Jesse, con el que podremos dar, permitidme la expresión, “ostias como panes”. Es un elemento interesante a la hora de ir haciendo nuestras propias combinaciones destructivas. Contaremos con un revolver, un rifle, una escopeta y nuestro puño, pero poco a poco se irán añadiendo más armas a nuestro arsenal siempre con un concepto de recarga sin munición sino más bien con una especie de cooldown, que nos permite activarlo transcurridos unos segundos… o minutos.

Los usuarios que busquen un desafío lo encontrarán sin duda, pues no es muy complicado conseguir que te maten si no dominas todo tu arsenal correctamente, con algunos combates realmente complicados hasta que empiezas a incorporar realmente tus ventajas y habilidades adquiridas. Desde luego, está muy bien escalado, pues poco a poco el título nos exigirá más pericia en el manejo y en el baile que acabará con nuestros enemigos normalmente hechos pedazos, pues no dudes que Evil West es muy violento. Si te dan asco las sanguijuelas y las arañas, mas vale que te prepares, aunque bueno, para esto último si que tenemos un botón para desactivarlas y que los aracnofóbicos no apaguen la consola y la tiren por la ventana.

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Duración

Quizá Evil West sea un título lineal, pero dentro de sus posibilidades ofrece todo lo que está en sus manos para darnos la máxima duración. La aventura, tal y como afirmó el propio estudio, está entre las 10 y las 15 horas, muy correcta. En nuestro caso, casi rozando las 14 pudimos ver los títulos de crédito. Pero el desbloqueo de habilidades, cofres ocultos y demás pueden continuar en el modo Nuevo Juego +, que nos permitirá usar todo lo conseguido en la primera partida desde el inicio, con un combate mucho más desafiante y atractivo.

Los coleccionables no es que estén muy escondidos, pero están bastante trabajados, con documentos que los protagonistas en su mayoría comentarán o describirán y resultan interesantes para la propia trama. Lo mismo sucede con los cofres grandes, que merece la pena encontrar, pues no solo esconden dinero para comprar ventajas, sino también desbloqueos para las mismas, que nos permiten acceder a las mejores.

Pero la más curiosa e interesante incorporación de Evil West, de la que supimos hace solamente pocas semanas es la incorporación de un modo multijugador cooperativo, que evidentemente, por temas de embargo y de contar con solo una copia del mismo, no hemos podido probar, no obstante, en el trailer compartido por Focus Interactive pudimos ver un fragmento de como sería y en ese sentido lo clava, pues es la misma campaña con una adaptación del número de enemigos y dificultad. Por nuestra parte, sí que podemos decir, que lo intentamos, pero solamente nos dejará jugar con invitación con los amigos que tengamos agregados en el Live. Es decir, que no tiene matchmaking, algo lógico y normal.

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Conclusión

Me molesta soberanamente casos como el de Evil West. Hay muchos juegos que he analizado, que cuentan con propuestas excelentes, muchas ideas, pero el presupuesto no le da para tanto. Juegos que descubres que te gustan por el buen trabajo, pero sus evidentes limitaciones no nos dejan darles más nota. Y digo que me molesta no porque el título sea malo, sino porque la acción es tremendamente buena. Es muy divertido y su explosiva combinación Doom-Gears que mezcla combate cuerpo a cuerpo con las armas, es brutal.

Pero da la sensación de que en alguna parte del desarrollo, no se han preocupado por el diseño de los escenarios, obviando que nadie se iba a preocupar de ello, lo cual, aunque me pese, no es así. Quizá por culpa de lo lineal que es. Quizá por la baja calidad gráfica o el rendimiento escaso en una máquina como Xbox Series S. No obstante, no creo que tenga justificación. Un estudio que demuestra un talento supino en el diseño de la acción no debería de descuidar tanto otros aspectos como para que le acaben restando valor.

Definitivamente, si decides comprarlo, te divertirás. De eso no te quepa la menor duda. Sin embargo, es un estilo que ya hemos visto, más digno de la generación de Xbox 360 donde proliferaban este tipo de juegos. Me alegraba tenerlos de vuelta, y de hecho, la acción que despliega en alguna de sus últimas fases con muchísimos enemigos en pantalla y Jesse con sus armas y poderes completos ofrecen momentos MUY hardcore de juego que ya les gustaría a muchos otros igualar. El mejor “si con peros” de las navidades.

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