¿Listos para revivir una clásica película de terror de antaño? Carrion nos pone en la piel de un temible monstruo que quiere salir de su encierro a cualquier costo.
Echa un vistazo a estos otros análisis
- Análisis de Indiana Jones and the Great Circle – El juego que marca el camino a Xbox
- Análisis de Parcel Corps, una experiencia arcade diferente y divertida
- Análisis de Microsoft Flight Simulator 2024 – Un aterrizaje con viento cruzado
No te pierdas nada y ¡Síguenos en Google News! |
Carrion es la conversión perfecta de lo que bien podría haber sido una película de terror de mediados de los años 80. Un homenaje inmaculado y recreado en píxeles que los polacos de Phobia Game Studio lanzaron al mercado para Xbox One, PC y Nintendo Switch. En este título encarnaremos a un monstruo amorfo muy particular que comienza su historia escapando de un contenedor en donde estaba recluido y a partir de allí deberá abrirse paso en un mundo subterráneo plagado de peligros, donde los humanos esconden sus pecados más terribles. Si los laberintos, los monstruos y los píxeles son de tu agrado, estás de suerte porque Carrion contiene todos esos elementos y los explota al máximo, pero veamos en detalle el tipo de juego que hoy nos toca analizar.
Suscríbete al canal de GX en Youtube
Apartado técnico
Desde la introducción vemos que gráficamente estamos ante un título de corte bien clásico, pero con una calidad indiscutible. Los escenarios muestran un contraste estupendo de luces y sombras en un estilo gráfico en el que marcar estos detalles es muy complicado. El diseño en general de los escenarios también está muy bien logrado y, si bien algunas fases pueden parecer un tanto repetitivas, la mayoría de las etapas son claramente diferentes y muestran los diferentes rincones de todas las partes de este mundo subterráneo tan complejo.
La música acompaña el ritmo del juego con melodías que te mantendrán alerta a todo lo que pase con riffs metaleros y pianos estridentes dependiendo de lo que esté sucediendo en pantalla. Párrafo aparte merecen los efectos de sonido que son realmente espectaculares, casi es posible sentir los dientes de nuestro personaje penetrando en los píxeles de nuestros enemigos mientras los devoramos o el metal que podremos doblar a nuestro antojo para ingresar en otras áreas del escenario. Nuestros enemigos, algunos armados y otros no, exclamarán gritos de horror cuando vean llegar a nuestro monstruo rugiendo, y no es para menos. Algunos aún intentarán no ser parte de nuestra cena disparándonos y hasta defendiéndose con lanzallamas y créeme cuando digo que sentirás cada uno de los impactos.
Además del trabajo impecable realizado en los apartados anteriormente mencionados es loable destacar que a pesar de ser un juego que no tiene demasiado texto en pantalla ni menús, la gente de Phobia Games Studio se tomó el trabajo de localizar el título a la friolera de 11 idiomas entre los cuales está por supuesto el español.
Jugabilidad
El título se basa en controlar a este monstruo extraño que deberemos guiar por varios escenarios para finalmente escapar de un complejo de investigación de muy dudosa procedencia. Nuestro protagonista tiene varias bocas y puede utilizar sus tentáculos a destajo tanto para realizar movimientos suaves como accionar una palanca, como también para arrojar con toda la fuerza a un dron de seguridad o arrancar con total violencia del suelo a uno de nuestros enemigos y devorarlo con furia.
El control del personaje es uno de los principales atractivos del título por tratarse de comandos simples, claros y muy intuitivos que no requieren 40 minutos de tutoriales y un diploma en física cuántica de una universidad inglesa para entenderlos. Nuestro peligroso protagonista se mueve con total libertad por las fases con solo presionar el direccional en la dirección deseada, mientras que el otro stick nos permitirá maniobrar nuestros tentáculos a voluntad. La velocidad y la intensidad de los movimientos también dependerán de la presión que se hagan sobre los direccionales, esto es algo importante ya que muchas veces deberemos ser bastante silenciosos para sorprender a nuestros enemigos y no ser nosotros los que recibamos una lluvia de proyectiles o un baño de fuego.
A pesar de que en principio el monstruo que controlamos parece invencible, pronto descubriremos que no es tan así. Apenas unos disparos o un tiempo prolongado bajo fuego acabarán con la vida de nuestro protagonista lo que nos regresará al último punto de control que hayamos alcanzado. Estos checkpoints están representados por una suerte de tentáculos que se expanden por el área donde hayamos guardado y además de permitirnos retomar la partida desde ese punto, tienen la particularidad de devolvernos biomasa, es decir, hacer a nuestro monstruo más grande, que es como se representa la energía en el juego. A medida que recibimos daño el monstruo se va encogiendo, aunque en muchos casos deberemos perder biomasa voluntariamente en el agua para resolver ciertos puzzles que nos permitirán acceder a otras áreas.
En este punto es cuando el juego brinda esas posibilidades tan típicas de los metroidvanias al permitirnos mejorar nuestras habilidades y avanzar hacia lugares que estaban cerrados antes de las mejoras. El repertorio de estas evoluciones incluye una invisibilidad temporal mediante el uso de la electricidad, la posibilidad de romper ciertas barreras, controlar telepáticamente a un humano, disparar nuestros tentáculos y hasta geolocalizar otros lugares en donde podremos salvar la partida, aunque más allá de avanzar de área, no hay muchas otras utilidades para estas características especiales por lo que se sienten un poco desaprovechadas.
Duración
El juego nunca se hace repetitivo y quizás por esto parezca más corto de lo que igualmente es. Unas 7 horas bastarán para pasárselo en una primera instancia y mucho menos de la mitad en una segunda oportunidad. Esto se debe a la ausencia de un mapa o de un objetivo claro hacia donde ir. Carrion nunca muestra ninguna guía en este aspecto y si bien es divertido explorar las distintas fases, estar perdido por mucho tiempo puede ser frustrante en ciertas instancias. Muchas de esas 7 horas que estimo serán suficientes para terminar el juego por primera vez, incluyen varios minutos de exploración de los escenarios para adivinar a dónde hay que ir.
Por otro lado la curva de aprendizaje es pronunciada pero justa, lo que hace que el jugador se adapte gradualmente a los enemigos que desde la mitad del juego en adelante serán más difíciles de derrotar en sus armaduras robóticas y que puede que tarden más en caer, haciéndonos invertir más tiempo en el juego.
Conclusión
Carrion es el perfecto ejemplo de que el adjetivo «simple» para describir a un juego no significa algo malo. Este desarrollo de Phobia Game Studio nos trae un juego divertido, fácil de jugar, con un control excelente, una historia lineal y sin mayor relevancia y un sonido y gráficos absolutamente magníficos y atractivos. Si lo que estás buscando es algo para sentarte y jugar sin pensar en una narrativa compleja ni en estrategias profundas, Carrion es tu juego. Corto, sí, pero entretenido en cada minuto.