Analizamos Alchemic Cutie, una obra relajante que pone de manifiesto la importancia de pasar el rato y entablar relaciones de amistad.
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Hay días en los que simplemente queremos alejarnos de nuestras preocupaciones diarias, dejar de lado nuestro tedioso trabajo o la necesidad de realizar tareas escolares en el hogar, ya que solo queremos ver pasar el tiempo mientras hacemos lo que más nos gusta. En cierta manera, Stardew Valley nos permite vivir una experiencia similar, una vida más sencilla. Porque a pesar de que el juego de marras tiene muchas mecánicas, desde un componente RPG que le aporta profundidad y acaba moldeando su carácter hasta la gestión de recursos, reivindica sobre todo la necesidad de que vivamos una experiencia que debe ser personal, solamente nuestra.
En otras palabras, se centra más en el papel del personaje y del mundo que lo rodea y no tanto en las mecánicas. Y aunque para ser justos, Stardew Valley no es del todo un juego original, sí que ha revivido un género que muchos creían que había pasado su mejor momento, propiciando la llegada de otras propuestas que han querido seguir sus mismos pasos. A este respecto, Alchemic Cutie nos propone una aventura relajante que se ambienta en la colorida isla de Wimba y que pone de manifiesto la importancia de pasar el rato y entablar relaciones de amistad y de compañerismo.
Apartado técnico
¿Un píxel puede ser considerado como una valiosísima obra de arte? Originariamente concebida como una conciencia de los límites del soporte tecnológico, el píxel art es un estilo que contrasta con la carrera hacia el hiperrealismo que desde hace años ha caracterizado la evolución del sector. Pero también desde un plano social y económico, se vuelve un recurso idóneo en el fundamento del mercado independiente. El estilo antes nombrado le queda como un guante a Alchemist Cutie, logrando exhibir una imaginería convincente, dado que todo tiene una estética muy cuidada, desde el diseño de los personajes hasta cada objeto que hay en el escenario. Brilla en los pequeños detalles, como cuando sales de cada casa y se nota qué época del año es.
La nota discordante de todo este conjunto es que Alchemic Cutie viene con textos en la lengua de Shakespeare, no trayendo ninguna otra opción consigo.
Jugabilidad
Como en la vida real, ir siempre con prisa y no tener tiempo se percibe socialmente como algo positivo, ya que el hecho de estar ocupados nos transmite la sensación de que siempre estamos haciendo algo. Nos sentimos bien porque creemos que estamos aprovechamos el tiempo y minimizamos los periodos en los que no hacemos nada.
Sin embargo, Alchemic Cutie es lo más parecido a una llamada a la tranquilidad, una experiencia íntima en la que tenemos la sensación de brindar un par de copas a bordo de un velero mientras el sol desaparece en el horizonte y el Chill Out se mezcla, debido a que nos ofrece el nivel de comodidad suficiente para hacer lo que más nos apetezca… si así lo queremos. A través de los ojos de nuestra protagonista y una vista cenital, tenemos toda una isla para explorar qué cambia con el paso de las estaciones, más de 4000 medusas esparcidas a lo largo de la misma, un sistema de Alquimia que nos permite crear objetos especiales con efectos inesperados…
Si bien, el título de marras dedica la mayor parte de sus esfuerzos en ofrecernos un atractivo sistema de crianza de medusas salvajes, las cuales podemos domesticar y traerlas con nosotros en busca de nuevas aventuras. Todas ellas son únicas en su especie, con varios estilos visuales en su haber y rasgos/estadísticas distintivos. De alguna manera, representan nuestro mayor orgullo, nuestra razón de ser, pues gracias a ellas podremos entablar amistades con otros habitantes de la isla, ayudándolos a completar misiones o simplemente pasar el rato con el fin de mejorar los hábitos y pautas de socialización.
En resumen, son el peaje que autoriza los muchos periplos que llevamos a cabo en pos de desentrañar todos los secretos posibles.
Duración
Paciencia, eso es todo cuanto se necesita para ser feliz en Alchemic Cutie, pues este te absorbe y te atrapa hasta el punto de hacernos perder la noción del tiempo por completo. Su mayor mérito es que tras varias horas a los mandos te das cuenta de la cantidad de cosas que todavía quedan por hacer desde que nos proponemos conocer todos los secretos de la isla o bien participar en concursos de medusas salvajes. En pocas palabras, es un constante descubrimiento, una sorpresa detrás de otra. Notas que con cada semana que pasa, nuestros esfuerzos dan sus frutos, lo cual nos abre las puertas a cumplir otros tantos objetivos que están diseñados según la temporada para ser atractivos y divertidos.
No es mejor que Stardew Valley, ni tampoco mejor que otras obras que tiran por los mismos derroteros, pero es un juego imprescindible a nada que os gusten los títulos ya citados.
Conclusión
Una isla entera lista para explorar qué cambia con las estaciones, compuestas de hasta 28 días y con actividades que podemos hacer. Un argumento que aunque no tiene grandes pretensiones ni convertirse en una reflexión moral, quiere transmitir una sensación de calma y felicidad. Porque Alchemic Cutie nos habla de las pequeñas cosas que nos gustan, de hablar con las personas. Todo aporta una sensación de calidez que en ningún momento pretende mostrar los verdaderos obstáculos de la vida, sino que quiere dar una imagen idealizada para sacarnos una sonrisa mientras desempeñamos los distintos quehaceres diarios en nuestro cubículo gris.
Dicho de otra manera, la obra desarrollada por la gente de Vakio y Viridian Software representa un breve respiro ante nuestros problemas que nos ayuda a seguir hacia adelante.
*Agradecemos a PM Studios, Inc. el material proporcionado para poder realizar este análisis.
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Apartado técnico70/100
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Jugabilidad70/100
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Duración80/100
Lo bueno
- Una obra relajante que nos habla de las pequeñas cosas que nos gustan.
- Hay mucho que hacer en la isla de Wimba.
- Una estética muy cuidada que brilla sobre todo en el diseño de los personajes.
Lo malo
- Arrastra algunos problemas de rendimiento y unos tiempos de carga extrañamente largos.
- No aporta nada nuevo que ya ofrezcan otras obras de la misma índole.