Analizamos la versión de Bleak Faith: Forsaken para Xbox Series X, una experiencia agradable a los ojos, pero compleja en los mandos.
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Siempre que un juego tipo Souls sale al mercado, es imposible que las comparaciones con los juegos de FromSoftware sean el primer punto de la conversación. Usualmente, las copias o inspiraciones tienen esa estigmatización de que no serán la gran cosa, pues el legado que han dejado esos juegos es algo difícil de ignorar. Pero a pesar de eso, es importante tratar de quitar esa comparación odiosa, pues son nuevas propuestas, que si bien son claras inspiraciones, tienden a ofrecer novedades en la fórmula muy interesantes.
Bleak Faith: Forsaken es una interpretación más de lo que es el género Souls-like. La propuesta de este juego no es novedosa, cuenta con múltiples inconvenientes técnicos y mecánicos, pero aun así nos encontramos en un mundo cautivador que logra enganchar a quien se adentre en los pasillos y grandes escenarios del juego. Por supuesto, este juego tiene la marca Souls por todos lados, por lo que este análisis contará con diferentes comparaciones a otros juegos del estilo para poder comprender por qué este es un juego simple, sin mucho que aportar, pero entretenido finalmente.
Los desarrolladores de Bleak Faith: Forsaken tardaron un tiempo en lanzar su juego en la nueva generación de consolas tras un tiempo como exclusivo de PC. Archangel Studios, estudio desarrollador, logró lanzar este título gracias a una campaña de Kickstarter en la que lograron la meta. Tras un paso medianamente positivo por Steam, se aventuraron al mundo de las consolas, donde finalmente se acentaría como un juego aceptabe con críticas mayoritariamente positivas.
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Apartado técnico
Siempre es interesante el adentrarse a un mundo nuevo, con estética misteriosa y una profundidad abrumadora. A diferencia de muchos otros títulos, Bleak Faith: Forsaken entiende sus limitaciones técnicas, apostando por mundos enormes que funcionen como lienzo, tratando de que el jugador no note todas las fallas gráficas que hay durante toda la experiencia. Esto es valioso, pues es un intento genuino de aprovechar los recursos para destacar en ciertos apartados, dejando esfuerzos bien marcados en cosas que cualquier jugador notaría y criticaría.
Según lo anterior, queda claro que Bleak Faith: Forsaken no es el mejor juego técnicamente hablando. Hay diversos fallos en el rendimiento y el procesamiento de algunas texturas del suelo y las paredes. Es un raro caso en el que el fondo de los escenarios carga perfectamente, mientras que lo que tenemos más cerca a la cámara siempre está terminando de cargar. Esto en principio no es molesto, pues no afecta a la experiencia de juego totalmente, pero avanzando en la aventura si resulta notorio que algo anda mal.
Pasando al apartado gráfico, hay que resaltar la visión artística de los desarrolladores. Los personajes, los escenarios y la historia parecen tener un aura siniestramente llamativa. Este aspecto sombrío le va muy bien al juego, pues recuerda al primer Dark Souls, con pasillos estrechos y oscuros, teniendo un ambiente monocromático que encierra al jugador. No obstante, a pesar de que el estilo sea interesante, la ejecución muchas veces pierde bastante calidad; por ejemplo, en los primeros pasajes del juego hay momentos en los que se pierden detalles importantes como escaleras u objetos, pues al ser oscuro y monocromático no hay elementos que resalten en el escenario y se pierden.
A pesar de que el juego es “feo”, debo admitir que me ha encantado con los escenarios y los enemigos. Siempre es una aventura el adentrarse en nuevos pasajes que descubren grandes edificios o enemigos nuevos. El ambiente me ha logrado absorber, teniendo puntos muy altos en los que era obligatorio tomar capturas y compartirlas en este análisis. Ahora bien, los escenarios no son tan variados como lo hubiese deseado, pues todo hace parte de una mega estructura futurista, como si estuviésemos escalando una torre que tiene un ecosistema dentro.
Al final, el juego se comporta bien para lo que es, pero no es ni mucho menos algo que pueda destacar por encima de los demás juegos de la industria. Técnicamente, no es ideal, y gráficamente, a pesar de que yo personalmente lo haya disfrutado, entiendo que no a todos los jugadores les gusten los juegos con gráficos empobrecidos.
Jugabilidad
Dentro del género Souls-Like, es ya común ver que los juegos tienden a la dificultad excesiva y a desarrollar sus mundos a partir de una exploración en mundos semiabiertos. Esta estructura permite que los jugadores recorran los pasillos para sentir algo de exploración, pero también para incorporar enemigos que desafíen al jugador y lo obliguen a detenerse para enfrentarlos. Bleak Faith: Forsaken cambia un poco esta estructura, pues el mundo es un pasillo bastante lineal, con algunos caminos alternos, pero que no se profundizan como en otros videojuegos. Además, el juego está conformado por niveles, no por zonas. Es posible regresar a zonas del primer nivel, pero estas no tendrán ningún interés, pues los objetos relevantes y enemigos se encuentra en el camino principal.
Otro elemento clave de los Souls-Like es que existe una moneda que se puede usar para canjear puntos de experiencia o para comprar cosas dentro del juego. En este caso es diferente, pues esa moneda no existe, no hay forma de perder “almas” que luego tengamos que ir a recuperar de la forma tradicional. Esto cambia radicalmente el estilo del juego, pues ya no hay que preocuparse por morir y perder parte del progreso, sino que la penalización es solo regresar al último punto de guardado, que eso sí, son bastante escasos.
Bleak Faith: Forsaken tiene, entonces, un sistema de combate muy sencillo y esperable, por lo que tampoco existe gran novedad en el tema. Podemos hacer ataques sencillos, ataque fuertes, bloqueos y esquivar. Estas acciones están limitadas por la barra de energía o de “poder” (magia o mana), las cuales son complejas de gestionar. Esto es todo lo que tenemos como apartado jugable, pues lo demás se define en elementos del entorno, exploración y demás. Siendo así, y al ser el combate tan sencillo, lo que define si es bueno o malo es su implementación en el ritmo del juego, cosa que, a mi parecer, es el mayor error del juego. No solo estamos atados a que el personaje es bastante lento, sino a que los movimientos están bastante limitados por las barras mencionadas anteriormente. La energía se gasta con apenas 4 ataques, y para recuperarla tendremos que quedarnos quietos por un instante para que la barra vuelva a crecer, de otro modo jamás la recuperaremos.
El ritmo del juego rompe toda afinidad con el jugador, pues es algo complejo de gestionar. Los enemigos, sobre todo los jefes finales, suelen ser muy veloces, teniendo ataques seguidos que sí o si debemos esquivar o bloquear. Pero aquí es donde se encuentra el problema, pues los desarrolladores pensaron el juego para que sea dedicado a los bloqueos perfectos o parrys, y estos, como los demás movimientos, son lentos e imprecisos. Si no somos capaces de hacerle parry a un ataque sencillo, lo mejor es bloquear, pero como el juego no quiere que esquives, sino que bloquees, nos adentra en un ciclo de bloqueo imperfecto hasta poder acabar con el enemigo. Sumado a lo anterior, la barra de energía es muy corta, obligando a que en cada batalla, así sean enemigos sencillos, tengamos que descansar, alargando los combates de formas poco llamativas.
Para mejorar a nuestro personaje y poder afrontar mejor estas batallas extensas, iremos encontrando equipamiento que mejora las características, además de poder subir de nivel algunos atributos específicos que son difíciles de comprender al inicio. Una vez equipados, podemos mejorar la armadura y las armas con fragmentos que dan diferentes potenciadores, haciendo más daño o defendiendo más. Todas las opciones que tenemos las manejamos en menús que no están adaptados para consolas, sino que se quedaron en su formato de PC, haciendo el trabajo un poco más complicado.
No todo es malo, pues a pesar de que el juego nos obliga a adaptarnos a sistemas poco prácticos, las batallas con los jefes son el mejor premio al esfuerzo realizado en los diferentes niveles. Son peleas duras y largas, pero que se sienten como un juego de estrategia de esfuerzos cuyos frutos son el pasar al siguiente nivel.
Duración
El juego es bastante extenso, cuenta con una gran cantidad de niveles que por sí solos no se sienten amplios. La duración media de este juego ronda las 20 horas, aunque la mayoría de jugadores y análisis que he encontrado para la comparación argumentan que se les ha ido a más horas debido a la dificultad de algunos jefes. Para este juego en concreto me parece que se extiende demasiado, pues la historia que cuenta no tiene relación directa con lo que estamos jugando, o al menos nunca nos explican de verdad qué es lo que está sucediendo. Por esto y porque las mecánicas son muy pesadas, el juego debería durar al menos 5 horas menos.
Dentro de la duración están los objetivos secundarios, cuya intrusión en la historia se pasa por alto demasiado fácil, pues no son fáciles de detectar ni de entender. En mi experiencia no logré completar ninguno, pues se extienden más allá del final del juego, donde casi todo es más difícil y engorroso. Con estas misiones el juego se extiendo un par de horas más, no es demasiado, pues son historias que se van completando por el camino, pero que tienen caminos alternos a los que hay que acudir para completarlas.
Conclusión
Bleak Faith: Forsaken es un juego que, para el nicho en el que está creado, funciona muy bien. En lo personal, y luego de haber analizado diferentes juegos del estilo, no considero que merezca las notas que le están poneindo como mayoritariamente positivas, pues tiene serios problemas en su comprensión como videojuego que me parecen son bastante graves. La jugabilidad no es representativa de lo que es un buen Souls, a pesar de que sea una inspiración, falla en lo clave que es transmitir seguridad y satisfacción al aprender a jugarlo. Es frustrante tratar de introducisrse a un juego que no es fácil de jugar por sus complejas mecánicas.
Por otra parte, el hilo conductor del juego es casi inentendible, no es fácil acomodarse a las cinemáticas con incógnitas o a los NPC que dejan frases sueltas con una intención de “profundidad” pero que al final son poco expresivos y creíbles. Durante la experiencia, siempre me sentía perdido, como en los juegos de FromSoftware, solo que estos logran ransmitir la información en objetos y armas. Por el contrario, Bleak Faith: Forsaken no cuenta nada, dejando todo a la interpretación.
Bleak Faith: Forsaken no es un mal juego, tal vez, por el momento en el que yo como analista lo juego, me ha parecido peor de lo que es. En todo caso, no puedo obviar que me ha costado avanzar en el juego, teniendo claro que más allá de mis prejuicios, los desarrolladores fueron más ambiciosos de lo que podían abarcar. Lo que más destaco del juego es, sin duda, su ambientación, pues siempre me tuvo con ganas de descubrir nuevos escenarios y nuevos enemigos. En definitiva, es una experiencia que me dejó más dudas que certezas, y con la sensación de que no me aportó nada en lo absoluto.
Análisis de Bleak Faith: Forsaken
Análisis de Bleak Faith: Forsaken-
Apartado técnico75/100
-
Jugabilidad60/100
-
Duración65/100
Lo bueno
- Su ambientación sombría y misteriosa
- El diseño de los enemigos y el equipo
Lo malo
- Algunos problemas técnicos con las texturas 3D
- Una jugabilidad lenta y aburrida