Analizamos Speed Limit, un trepidante juego indie con una propuesta bastante sencilla pero que hará que pasemos un buen rato (si no nos desesperamos, claro)
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Algunas de las mejores películas de acción de los años 90 carecían totalmente de un guion elaborado o de grandes interpretaciones. Sin embargo, estas conseguían mantenernos atrapados de principio a fin, gracias sobre todo a una mezcla de adrenalina y espectaculares escenas de acción. Este tipo de producciones no son exclusivas del cine, y es que en los videojuegos tenemos algunas opciones que buscan ser divertidas y adictivas sin necesidad de ser títulos AAA o poseer giros argumentales inesperados, ideales para cuando uno no tiene ganas de pensar demasiado y solo quiere coger el mando y jugar.
El videojuego que vengo a traeros en el día de hoy cumple (con creces) todos estos requisitos, y es que debo reconocer que ha sido duro soltar los mandos pese a haberlo terminado. Speed Limit, desarrollado por el estudio croata Gamechuck, es un juego con una dificultad bastante elevada, pero que consigue que quieras intentar superarlo una y otra vez hasta que pases la sección en la que te hayas quedado atascado.
Si tuviera que resumir la experiencia Speed Limit brevemente diría que es un shooter en 2D con una estética pixel-art bastante bien tratada (aunque va de más a menos) y unas mecánicas bastante sencillas pero que van cambiando a lo largo del juego, lo que hace que no llegue a convertirse en una partida demasiado monótona. Pero vamos a ver apartado por apartado que tal es este intenso y adictivo Speed Limit.
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Apartado técnico
Tal y como he mencionado antes, Speed Limit es un juego con esa estética pixel-art que tanto llevamos viendo los últimos años, y que lo cierto es que sigue funcionando muy bien. El estudio ha hecho muy buen trabajo para trasladarnos a los más nostálgicos a nuestra infancia, y es que tanto sus escenarios como sus modelados nos recordarán (sin ser copias) a algunos de los clásicos más grandes de los videojuegos. Si habéis visto algún tráiler o vídeo de Speed Limit en movimiento os habréis percatado de que este tiene fases o niveles muy distintos entre sí, y quizás aquí es donde reside su mayor virtud.
El juego no presenta ningún tipo de texto o de historia, algo que me llamo muchísimo la atención. Speed Limit es sinónimo de frenetismo, y eso lo sentiremos desde el primer segundo de partida. Nuestro personaje será una persona normal que sin saber porque sufrirá una intensa persecución que pasará de ser a pie hasta en un caza de combate, pasando por un deportivo o una moto de gran cilindrada. Como he mencionado al comienzo del análisis, estos escenarios son bastante sencillos y funcionan muy bien, aunque a medida que vamos avanzando veremos como estos tienen una menor calidad (sobre todo, el nivel de los helicópteros).
Otro punto muy a tener en cuenta es su apartado sonoro, siendo melodías al más puro estilo Outrun las que nos acompañarán a cada segundo, aunque con una gran presencia de drum and bass. En cuanto al rendimiento del juego, hemos disfrutado de él en una Xbox Series X, y como os podéis imaginar no hemos tenido ningún tipo de problema. Cada vez que morimos el reinicio es prácticamente instantáneo, siendo esto clave en la experiencia a los mandos, porque os aseguro que si este reinicio se demorara un par de segundos nos frustraríamos el triple (algo que no es moco de pavo, ya que moriremos MUCHO).
Jugabilidad
Cuando realizo un análisis me gusta que el apartado jugable sea el más extenso, puesto que aunque un videojuego tenga muchos aspectos a tener en cuenta lo cierto es que este siempre será el más importante. Speed Limit me crea un problema en ese sentido, y es que su jugabilidad es tan sencilla que podría explicárosla en un par de líneas más. Ya sea a pie o a lomos de un vehículo, nos moveremos por la pantalla con el stick izquierdo, mientras que usaremos un par de botones según el contexto y el stick derecho para apuntar nuestra pistola.
Las diferentes jugabilidades de Speed Limit están acompañadas de varias perspectivas que ayudan también a que su jugabilidad no resulte repetitiva. He de reconocer que, pese a que el juego es divertido en todo momento, la parte que más he disfrutado (y sufrido) ha sido la del coche, y es que esquivar coches en dirección contraria mientras disparamos a nuestros enemigos es todo un desafío que exigirá nuestros mejores reflejos. Este tipo de control y de situaciones mezcladas con el pixel-art generan en ocasiones ciertos problemas por culpa de las hit-box, haciéndonos perder la vida por pequeños fallos de diseño.
El juego dispone de dos modos de dificultad diferentes: normal y fácil. Cuando comencé a jugar lo hice en normal y una vez superada la aventura probé el modo fácil para comprobar si existía una diferencia palpable. En fácil tendremos secuencias donde tendremos más tiempo de reacción e incluso menos enemigos (o al menos, escenas más cortas para facilitarnos la vida). Eso si, no penséis que eso quiere decir que jugar así hará de Speed Limit un juego muy sencillo, y es que seguiremos muriendo de un solo impacto si no tenemos cuidado. Por supuesto, ambos modos cuentan con checkpoints a los que volveremos cada vez que muramos, evitando así tener que comenzar otra vez desde el principio del nivel.
Duración
Speed Limit es un juego corto pero que es muy consciente de ello. La fórmula que utiliza es la de incentivar al jugador a repetir y repetir cada nivel, ya sea para superarlo por primera vez o para pulverizar su mejor tiempo. Completar la aventura entera podría llevarnos entre 1 y 2 horas, según el nivel de dificultad que elijamos (y según nuestra paciencia, todo sea dicho).
A esta fórmula debemos añadirle dos elementos que podrán aumentar su duración un poco. Por un lado, tendremos el modo infinito que desbloquearemos una vez terminemos la aventura por primera vez. En él, como te puedes imaginar, el juego no tendrá fin en ningún momento, y una vez terminemos el final pasaremos justo al principio de la aventura. El otro, son los logros, que lo cierto es que si le echáis un vistazo antes de empezar a jugar veréis que son bastante asequibles y fáciles de sacar (casi todos).
Conclusión
Llevo jugando a los videojuegos muchísimos años, y he de reconocer que nunca he sido muy amigo de las mecánicas de “ensayo y error”. Obligar al jugador a repetir una zona porque no realiza una acción a tiempo o falla un salto me parece un poco cansino, y que puede llegar a matar las ganas de jugar a un buen juego. Speed Limit se basa precisamente en esa mecánica, pero lo hace desde el minuto 0, y con una serie de virtudes que hacen que en ningún momento se haga pesada.
Si bien es cierto que no es un juego que sea muy innovador, lo cierto es que los chicos de Gamechuck han hecho muy buen trabajo diseñando el juego, otorgándole frenetismo a situaciones que nos harían pensar que estamos jugando a varios juegos dentro de 1. Es verdad que no todo el juego mantiene el mismo nivel de calidad, y que algunos fallos de diseño pueden jugarnos una mala pasada en ocasiones, pero en mi opinión son fallos menores que no empañan demasiado el resultado del juego.
Un juego recomendado para aquellas personas que buscan algo sencillo, rápido y divertido a muy buen precio.