Analizamos We. The Revolution, en el que nos pondremos a los mandos de un juez revolucionario durante el periodo de El Terror de la revolución francesa.
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El género de los “simuladores laborales” ha tenido sus altos y bajos a lo largo de la historia, pero puede decirse que en el último lustro más o menos, está viviendo un momento dulce. Papers Please es sin duda el juego paradigmático en cuanto a un tipo de silulador capaz de ofrecer algo más que un desafío a la inteligencia del jugador. Posteriormente títulos como This is The Police han complicado la fórmula aunque sin llegar a las dosis de encanto de la obra de Lucas Pope.
Muy en la onda de This is The Police nos llega este We. The Revolution proponiéndonos nada más y nada menos que convertirnos en un juez de la revolución francesa, durante la época de “el terror”, que se sucedió entre 1793 y el verano de 1794. Durante este periodo, que vivió la ejecución de Luis XVI y María Antonieta, pero también de algunos líderes revolucionarios contrarios a Robespierre, e incluso decenas de delincuentes comunes que eran guillotinados sin la más mínima contemplación.
Sin embargo We. The Revolution no se limita a ponernos en la piel de un ejecutor, sino que nos propone también una trama política y familiar, que deberemos desentrañar entre juicio y juicio, con elecciones que podrán cambiar incluso el curso de la historia. We. The Revolution es una propuesta tremendamente interesante, que sin embargo se ve lastrada por cierta monotonía en los juicios, y algunos bugs que sin ser determinantes sí que pueden provocarnos tener que repetir algunos segmentos del juego.
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Apartado técnico
We. The Revolution es un título en 2D sin alardes técnicos de ningún tipo, y que lo fía todo a la claridad de sus menús y a lo acertado de su diseño artístico, y hace bien. En un estilo de ilustración a medio camino entre la pintura al oleo y el lowpoly lo cierto es que el juego consigue tener un aspecto de lo más personal y ajustado a la época que quiere representar, consiguiendo además el desenfado necesario para que no nos olvidemos nunca de que estamos ante un juego.
El título no escatima en detalles, y encontraremos incluso numerosas ilustraciones de reacción del populacho a nuestras ejecuciones, según la querencia que tuvieran por el ejecutado, o la calidad de la arenga que les hayamos lanzado justo antes de dejar caer la guillotina sobre sus cuellos. Musicalmente We. The revolution se conforma con cumplir, pero hay que destacar la enorme calidad de las actuaciones de todos y cada uno de los personajes.
Jugabilidad
We. The Revolution podría resumirse como un party game de simuladores. En el juego encontraremos un simulador de juicios, pero también uno de intriga política, un juego táctico al estilo estratego, y finalmente un simulador de relación familiar. Todas estas facetas del juego están simplificadas con respecto a lo que hayamos podido ver en otros títulos, pero en conjunto resultan en un juego bastante complejo, y en el que tendremos que vigilar siempre la sinergía de nuestras acciones respecto a todos los aspectos del juego.
Sin esta simplificación de la que hablábamos antes probablemente estaríamos ante un juego inabarcable, pero esta “casualización” que hace el juego más o menos accesible, no deja de conllevar sus riesgos. Lo cierto es que nuestra labor como juez, mecánica principal del juego puede acabar siendo vista por el jugador como un mero trámite, y lamentablemente es demasiado fácil jugarla de esa manera.
Cada juicio se nos presenta con un informe largo y detallado que deberemos leer con atención, posteriormente tendremos que estar pendientes de cómo afectará cada una de las posibles decisiones a nuestra imagen con cada estamento revolucionario. Debemos tener cuidado porque llegar a tener una imagen demasiado negativa con los nobles, revolucionarios ilustrados, o pueblo llano, dará con nuestros huesos en un rotundo game over.
Sin embargo esto no es todo puesto que en cada juicio existe un jurado con su propia opinión, y al que desobedecer nos conllevará importantes penalizaciones. Una vez repasado todo lo que un juez debe tener en cuenta, tendremos que desbloquear preguntas para el acusado a base de relacionar con acierto determinados detalles del relato con su función en el juicio. La sangre en las ropas de un asesino deberá ser considerada como prueba, y la demencia del mismo como causa atenuante. Si nos equivocamos demasiado no podremos desbloquear las preguntas, y por tanto nuestra capacidad para la manipulación de la sentencia se verá mermada.
Lo que acabo de describir suena rico y complejo, pero lo cierto es que con el paso de los juicios, será posible para el jugador llegar a donde quiere con solo un par de preguntas, incluso sin leer el informe del caso. Ahí está la paradoja de We. The Revolution y es que la que aparéntemente es la mecánica principal del juego se transforma en un farragoso trámite para llegar a esas intrigas políticas de agentes infiltrados, traiciones e intentos de asesinato, que terminan siendo el verdadero juego. Quizá es la perfecta metáfora de lo que era ser un juez revolucionario, pero como jugadores se aleja mucho de la impredictibilidad de This is the police, o el carisma de Papers Please.
Duración
Si bien la trama principal de We. The Revolution puede llevarnos más o menos unas diez horas, hay dos aspectos a considerar, uno positivo y uno negativo. Como aspecto negativo debo decir que, sin quedarme claro si es un bug o una forma bastante torpe del juego de cerrarnos puertas en base a nuestros fracasos, varias veces me he encontrado sin posibilidad alguna de avanzar, teniendo que retroceder sobre mis pasos en la historia para hacer las cosas de forma diferente y entonces sí poder seguir jugando. Ningún tipo de notificación o advertencia al respecto era mostrada por el juego, simplemente me era imposible terminar el día y pasar al siguiente hiciera lo que hiciera.
Como dato positivo, el juego nos ofrece en muchas ocasiones oportunidades de tomar decisiones que resultan fundamentales en el desarrollo de la historia, e incluso jugar con posibilidades que nunca pudimos imaginar como la de salvar la vida a Luis XVI o Maria Antonieta, y ver como sería en ese caso el discurrir de los acontecimientos. Esto hace que el título sea tremendamente rejugable, facilitándolo además el propio título a base de poder retroceder a días concretos para modificar nuestras acciones. Esto resulta en un título con bastantes posibilidades, y fácilmente rejugable de cabo a rabo pasado un tiempo.
Conclusión
We. The Revolution es un título notable, con una estética personal, y una propuesta tremendamente interesante, que hará las delicias de los amantes de los sim, y por supuesto también de aquellos interesados por la historia. Estamos también ante un título cuidado, que no escatima en detalles, y con unas labores de documentación y amor por el tema a tratar dignos de elogiar. Lamentablemente también estamos ante un juego en el que la monotonía puede llegar pronto, y que no termina de saber introducir novedades con la velocidad suficiente para mantener la frescura en todo momento.
Afortunadamente para We. The Revolution su narrativa coge el testigo allí donde la jugabilidad flaquea, proponiéndonos una historia interesante, llena de matices, y donde más de una vez dudaremos durante varios minutos sobre qué decisión tomar, o nos sentiremos culpables al ver las terribles consecuencias de uno de nuestros errores. Los amantes de las experiencias densas tienen en We. The Revolution unas buenas horas de juego y maliciosa diversión.