Lara Croft no ha terminado su aventura en Shadow of the Tomb Raider, aún tiene que enfrentarse al Gran Caiman. Os contamos nuestras impresiones.
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Continuamos nuestro periplo con Lara Croft y su última aventura, Shadow of the Tomb Raider, cuyo pase de temporada sigue tirándonos más y más horas de juego con este nuevo DLC, llamado El Gran Caiman. Ya hace un par de semanas que aprovechamos el último para ofreceros un buen recopilatorio de todo lo que os estabais perdiendo si os gustaba la aventura y más aún si no habíais probado el cierre de esta trilogía renovada, que merece la pena visitar al completo, y que actualmente se encuentra completa en Xbox Game Pass.
Como pasa con los anteriores y aunque nos basemos prácticamente en haberos contado la historia, El Gran Caiman llega con todo este contenido:
- Nuevo hilo argumental secundario.
- Una tumba nueva.
- Nuevas ubicaciones.
- Nuevo traje, nueva arma y nueva habilidad.
- La posibilidad de jugar la tumba suelta en cooperativo, en modo Time Attack con clasificación mundial o en modo exploración.
En esta ocasión nos iremos a la zona de la Misión de Santo Domingo, el espacio abierto de la parte final del juego, en la que nos estará esperando Jonah con una nueva misión en la que su colega Abigail nos dejará un encargo algo especial. Como pidiendo un favor, Lara Croft deberá aplacar la ira de todo un Dios. Sí, como lo habéis oído. Pero claro, todo tiene su explicación.
El Gran Caiman Zipacná
Todo tiembla, hay una fina niebla de cenizas y es que el volcán está inquieto por la acción del gran Zipacná, el dios que lo habita. Para ello, Lara tendrá que adentrarse en una pequeña cripta para descubrir que ya han estado nuestros queridos amigos de La Trinidad. Tras un pequeño enfrentamiento, descubriremos la enorme ubicación que nos tenían preparada para este DLC: Un pueblo entero.
Eso sí, parece que no está habitado, porque se encuentra en las faldas del volcán y mejor no estar cerca de este. Atravesándolo llegaremos a la Tumba de Zipacná, que es la representada por la figura de El Gran Caiman, una enorme efigie que se mueve sin control debido a la mala praxis de La Trinidad. Peligros con fuego, lava, puzzles mecánicos y un enfrentamiento final con enemigos armados hasta los dientes que nos ha resultado muy entretenida.
Al final, como siempre, obtendremos un arma, una escopeta con silenciador bastante potente y la posibilidad de crear un nuevo tipo de munición para la escopeta. Aún queda otra aventura más que superar, pero en la séptima y última aventura de Shadow of the Tomb Raider esperamos que se resuelva alguno de los enigmas que han quedado pendientes. ¿Se disolverá definitivamente La Trinidad? ¿Volveremos a casa? ¿Se casará Jonah con Abigail? Mientras tanto, podemos disfrutar del nuevo Time Attack de La Tumba de Zipacná y de paso conseguir algún que otro logro, que hay 100G nuevos que ganar con El Gran Caiman.
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