The Darwin Project, battle royale presentado en el pasado E3 ya está en Game Preview, y creemos que puede ser el nuevo hit del género.
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Los battle royale son los juegos del momento, no en vano dos de los juegos más jugados y vistos en la actulidad pertenecen a dicho género, pero parece que la comunidad puede tener que acoger un tercero en discordia. Darwin Project es un nuevo exponente del género que apuesta por la rapidez, y la espectacularidad, como si Paul Verhoeven hubiera hecho una versión histérica de Los juegos del hambre. El juego de Scavenger Studio es crudo, rápido, y desvergonzado como un buen reality sobre una alocada tienda de empeños. En este nuevo juego encarnamos a una suerte de concursante de reality show mortal, en el que en un mapa nevado deberá acabar con sus enemigos antes de morir congelado.
Tres, dos, uno ¡Sobrevive!
La primera novedad que encontraremos al empezar a jugar es la necesidad de sobrevivir, no solo al resto de jugadores, sino ante un entorno hostil manejado por el director del juego, que nos premiará o castigará según la simpatía que le creemos a él, o a la audiencia que pueda estarnos viendo. Darwin Project nace con el objetivo de captar la atención de los espectadores, que podrán seguir nuestras andanzas como combatiente, pero también seguir al director del juego e intervenir en sus decisiones.
Al principio de la partida seremos expulsados del lobby y abandonados en mitad del mapa, dividido en varias zonas que el director podrá manejar de forma independiente. Nuestra prioridad será reunir materiales con los que poder fabricar lo necesario para sobrevivir, ropa de abrigo, una hoguera para calentarnos, o unas botas para correr más rápido en la nieve. También hay loot, pero en este juego es bastante más escaso que en otros exponentes del género, y nos exigirá que definamos nuestras prioridades decidiendo como gastaremos la madera, o la piel que conseguiremos talando árboles o desarmando el mobiliario.
Sin embargo reunir materiales, y crear objetos no nos saldrá gratis. No solo quedaremos completamente expuestos durante unos segundos, sino que dejaremos restos que podrán ser encontrados por otros jugadores, y que les permitirán seguirnos el rastro. Nuestras huellas recientes también llevarán a los enemigos hasta nosotros, y el director del juego podrá marcarnos como objetivo, ofreciendo un premio extra por nuestra cabeza, a la vez que deja a todos nuestros adversarios conocer nuestra posición.
Los peligros no acaban ahí, sino que las zonas del mapa se irán cerrando progresivamente, o a decisión del director de juego, que podrá incluso lanzar una bomba nuclear en una de ellas, o cambiar la gravedad para crear momentos tensos e hilarantes a partes iguales. Las labores del director de juego no solo consisten en chinchar a los jugadores, sino que podrá curar, o proteger del frío a su favorito, o al favorito de la audiencia, así que es mejor que des espectáculo porque de eso puede depender tu victoria. Darwin Project no es un juego para cobardes o sigilosos, el juego te forzará a salir de tu escondite y enfrentarte a los peligros porque tienes los minutos contados, y más te vale ser el último en caer.
Indie con vocación de grandeza
Darwin Project es un juego que en el mejor de los casos podríamos definir como mediano, pero que sin embargo tiene potencial, y sobre todo ganas de ser un grande. Si tuviera que definir su principal valor, diría que el juego tiene «gancho». Desde el momento en el que la cuenta atrás con el público jaleando nos ordena sobrevivir, el juego rezuma carisma tanto visual como sonoro. Actualmente lo que tenemos en la tienda es apenas un esqueleto, el juego no cuenta todavía con opción a dobles, y no es difícil darse cuenta que la diversión podría multiplicarse solo con añadir más opciones para el director de juego, y la coartada de sci-fi camp les deja el camino libre para añadir lo que se les ocurra.
En Game Preview podemos probar el juego durante dos horas, y os aconsejo encarecidamente que le deis una oportunidad y, si os gusta, no dejéis pasar la oportunidad de apoyar el proyecto, porque vale cada céntimo que cuesta.
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