El informe realizado por Digital River deja claro que este sistema de monetización ha llegado para quedarse, casi triplica el valor de un juego.
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No es la primera vez que todos nos cuestionamos sobre lo ético o no de colocar microtransacciones en videojuegos. Si no molestan y no interfieren en el juego, no debería haber mayor problema. Lo que naciera como una forma de financiación para los juegos free to play, se ha extendido a juegos AAA en donde se mezcla a veces lo grotesco del pago por el juego, la casi obligación de pagar por el contenido descargable y además, un sistema de micropagos. Destiny 2 podría ser un buen ejemplo para ilustrar la situación.
Ante un panorama que no parece que vaya a cambiar, la firma Digital River ha realizado un estudio en donde concluye que las microtransacciones suponen casi una cuarta parte de los ingresos de los juegos de PC con pago inicial. En su informe además, señalan los hábitos que deben seguir los desarrolladores si quieren rentabilizar un proyecto de juego.
Los consumidores están menos dispuestos a pagar 60 euros por un juego en caja, y en cambio, eligen títulos con un flujo constante de contenido nuevo. Los editores buscan cumplir con estas expectativas y han adoptado un modelo de ‘juegos como servicio’, liberando menos títulos a lo largo del tiempo y manteniendo a los jugadores comprometidos durante más tiempo con actualizaciones regulares y complementos.
Esto hace que el valor de un juego casi se triplique ya que los costes de desarrollo se minimizan en el tiempo y el flujo de ganancia sigue siendo igual o mayor. Desde luego, la situación va a seguir igual, viendo el éxito que está teniendo este sistema de monetización lo extraño sería pensar lo contrario.