Analizamos Path of Exile, un juego imprescindible si te gusta el género RPG en consolas.
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Ha pasado algún tiempo desde que se anunciara Path of Exile para Xbox One. Uno de los títulos más exitosos en la actualidad en PC, da el salto a la consola de Microsoft y lo hace por todo lo grande incluyendo la expansión Fall of Oriath que otorga más contenido que nunca.
Nuestra aventura comienza en Wraeclast, un mundo post-apocalíptico y devastado por los monstruos y seres de oscuridad. La misión es sencilla, encarnar a uno de los 7 exiliados para dar una solución de una vez por todas al oscuro mundo que se cierne sobre esta tierra. Así pues, toca remangarse y elegir entre cualquiera de las 7 clases de las que dispone el juego y lanzarnos a nuestra nueva aventura.
La premisa de este Path of Exile es idéntica a la que ya hemos podido ver en otros ARPG como Diablo, de hecho, es el juego de Blizzard el que ha servido a Grinding Gear Games como fuente de inspiración. Han sabido plasmar la esencia necesaria para dotarlo de un componente jugable muy adictivo al tiempo que entregan una propuesta con personalidad propia.
A todo ello se le une un factor tremendamente relevante, Path of Exile es gratuito. Y si, he querido usar el término gratuito porque no me encaja con el modelo free to play actual. El juego se ofrece de manera completa, sin interrupciones y solo hay una tienda alternativa para skins. Lo bueno de esto, es que si no la buscas explicitamente, ni te enteras de que el juego ofrece micropagos.
Apartado Técnico
Por suerte para los jugadores de Xbox One, Grinding Gear Games ha tenido tiempo de sobra para pulir los diferentes fallos técnicos que Path of Exile sufría en sus inicios. La versión para consolas del juego llega perfectamente optimizada, en parte gracias al apoyo de Microsoft y las facilidades que otorgan los kits de desarrollo de Xbox para traer juegos de Windows a la consola. Hay que entender que el equipo detrás de este título ha premiado por encima de todo, la experiencia de usuario.
Y es que hablamos de un juego que tiene ya más de un año a sus espaldas en PC, por lo que heredará gran parte del material que ya había. Hablamos de un estudio modesto y no cuentan con un gran presupuesto para que el juego tenga publicidad o pueda ser ostentoso técnicamente. Pese a ello, tanto el arte como el comportamiento en consola es ejemplar.
Tiene algunas texturas olvidables, de baja calidad y que en determinados puntos del juego son fácilmente identificables. Sin embargo en el resto de apartados el juego cumple. De todo el tiempo que llevo jugado diría que no destaca en nada.
Como decía al principio, hablamos de un título que nos pone muchas unidades en pantalla, auténticas hordas de enemigos con sus animaciones y efectos propios. Todo queda muy visual cuando lo estás jugando y en ningún momento sientes que el juego tenga caídas de frames ni nada por el estilo. Quizá lo más molesto y menos optimizado son algunos tiempos de carga entre mapeados, pero nada sangrante.
Jugabilidad
Aunque a estas alturas quizá ya no te sorprenda gran cosa la jugabilidad de Path of Exile pues es muy parecida a casi cualquier ARPG que se precie en el mercado, vamos a intentar desgranar los puntos fuertes por los que creo que despunta frente al resto de sus oponentes. Y es que este juego tiene varios extras que le dotan de un valor diferenciador lo suficientemente potente como para enmarcarlo en el salón de la fama del género.
Para empezar, hay que dedicar algo de espacio a hablar del árbol de habilidades. En este tipo de juegos la personalización del personaje es fundamental si queremos tener una aventura propia. Y aquí es donde entra en juego el basto árbol de habilidades pasivas, más de 1350 opciones disponibles, para ser concisos. De modo que gracias a este amplio abanico puedes comenzar a dotar a tu personaje de talentos y atributos que conseguirán moldearlo a tu gusto. No estás limitado en ningún momento aunque si que es cierto que dependiendo de la clase de tu personaje, este tendrá más facilidades a la hora de tener ciertos atributos.
La clase no solo determina algunos aspectos de tu personaje, también como de cerca estará de las habilidades que te gustan. Por ejemplo, un servidor está jugando ahora con el duelista pero algo «subido de vueltas» pues he potenciado la resistencia y el ataque. Es casi un guerrero que aguanta algo menos, pero es mucho más rápido.
Pero si pensabas que lo único que puedes hacer es añadir talentos, estás equivocado. Todo lo que rodea el apartado místico del juego se divide en fuerza, destreza y magia. Tres elementos que marcarán el devenir de nuestro héroe ya que de ello dependen no solo los atributos pasivos de los que hablábamos antes, si no también el uso de las gemas mágicas que serán las que nos otorguen el poder cambiar el estilo de combate. Por ejemplo, un mago para lanzar fuego necesitará tener en su poder una gema que otorgue esa cualidad, pero a su vez, esa gema puede ser usada por un Duelista que puede subirla de nivel y mejorar sus atributos pasivos… Si, una auténtica locura que hará que no puedas soltar el juego.
Como todo juego de rol que se precie, aquí también podrás encantar las armas, de hecho será mediante las gemas que habrá que engarzarlas en función de su color. Cada color de gema representa un apartado místico.
Todo esto que te comento está muy bien, pero déjame entrar algo más en materia con respecto a los combates. Si, quiero adentrarme en ello porque es otro de los puntos que hacen especial a este juego. A diferencia de competidores como Diablo o Van Helsing en Xbox, Path of Exile no es una propuesta tan «machacabotones». Y no lo es por el simple hecho de que tienes un montón de estilos de combate diferentes que puedes combinar entre si, para resolver cada escenario a tu antojo. Con una curva de dificultad bien ajustada, siempre estarás dispuesto a luchar contra las oleadas de enemigos que quieren acabar con tu existencia.
Sin embargo y como no podía ser de otra manera, no es oro todo lo que reluce. Si bien el juego es altamente adictivo, en ocasiones esa sensación de que todo se repite golpeará nuestra espalda más de lo que nos gustaría. Esto es en parte por un diseño irregular de algunos niveles donde la profundidad de las misiones se diluye en un tedio de objetivos que pecan de ser lo mismo una y otra vez. Por suerte para nosotros esto no ocurre siempre. La escasez de enemigos tampoco ayuda a mejorar la inmersión.
Para rematar el apartado de jugabilidad, he de comentar la posibilidad de jugar con hasta cinco amigos más extenderá la diversión especialmente en los niveles de dificultad más elevados. Obviamente la jugabilidad del juego va mucho más allá de estos puntos que te comento, es mucho más ambicioso y reconfortante cuando lo juegas.
Duración
Cuando hablamos de Path of Exile, hablamos de un juego largo, muy largo. Y es que la trama principal nos robará horas y horas de diversión gracias a una historia principal bien elaborada e hilada. No olvidemos que en su versión para Xbox One ya incluye todo el contenido liberado hasta la fecha y de manera gratuita.
A ello hay que sumarle un modo cooperativo de 6 jugadores y todas las posibilidades que un juego de este corte puede ofrecer. Hagamos otra parada en la curva de dificultad, que está muy bien planteada y el juego ganará enteros conforme nos hagamos nuestra segunda partida en dificultades más elevadas.
Tenemos siete clases de personajes a elegir y podemos moldearlos como queramos. Esto una vez más, es un detonante para alargar la vida útil del juego.
Conclusión
Si te gusta el género RPG, Path of Exile es un juego imprescindible en tu Xbox One. Es divertido y muy adictivo y es una alternativa honesta a juegos como Diablo. Tienes infinidad de posibilidades no solo en la creación de personajes, si no también en cuanto a los objetos que puedes recoger para vender y potenciar tus combates. Hay una gran cantidad de armas, gemas y piezas de equipamiento.
La variedad de estilos de combate que puedes crear hacen que el juego sea muy dinámico. Además, su modelo gratuito y el amplio contenido con el que cuenta hacen que sea francamente difícil decir que no a echar unas partidas. Si lo pruebas, acabarás enganchado a él.
Por desgracia, no todo es bueno, pese a que antes de que finalice el año tendremos parche, lo cierto es que sigue sin contar con textos en español y además tiene algunos fallos visuales que hacen que pueda parecer obsoleto. Tampoco brillan las misiones secundarias, que parecen más relleno que aventuras propias que recordarás en el tiempo; en este campo la sensación de que el juego se hace repetitivo rondará tu cabeza en más de una ocasión.