Kingdom: New Lands es el simulador de conquistas reales ideal para los amantes de los juegos de supervivencia y gestión de recursos, siempre y cuando la estética retro que muestra no represente un handicap importante.
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Va a ser que las historias de conquistas y pujas de poder de cariz épico-medieval, llaman la atención del gran público. Ver cómo los personajes de esas historias conspiran en la sombra, atacan con sus ejércitos al rival y presenciar el fluir de los amoríos cortesanos que anegan los pasillos de palacio siempre ha sido material entretenido. Sin embargo estaremos de acuerdo en que se ha explorado muy poco (tanto en literatura, como en imagen, como en el ocio digital), los orígenes de los reinos en los que transcurren los conflictos bélicos y de poder que tanto nos gustan.
Nos referimos a que esos castillos, esas cortes y esos ejércitos que protegen los muros de las ciudades no estuvieron allí desde el principio. Alguien puso la primera piedra en un territorio inhóspito, y ese alguien lo hizo con el sueño de formar, algún día, un próspero lugar en el que poder reinar con justicia y sabiduría o con tiranía y maldad.
Pues bien, este es el contexto en el que jugaremos en Kingdom: New Lands. Tal y como especifica su nombre, el juego nos pone en la piel de un rey o reina, que llega a lomos de su apuesto corcel para reclamar nuevas tierras en las que levantar su reino. Con la única compañía de nuestra montura, una antorcha y una bolsa de monedas de oro, tendremos que gestionar los recursos de la tierra yerma a la que acabamos de llegar y conseguir así nuestro objetivo.
Poco más se puede contar respecto al argumento de este juego en 2D con estética retro en el que la supervivencia es la clave y donde una mala decisión o inversión provocará la pérdida irreversible de tu corona. ¿Quieres convertirte en una leyenda y que el folclore de tu pueblo te recuerde como el perfecto rey fundador que convirtió unas tierras salvajes en una corte próspera y envidiable? Pues echa un vistazo a nuestro análisis para conocer las claves de Kingdom: New Lands. ¿Quién sabe?, puede que su apariencia sencilla esconda la joya de la corona del catálogo indie de nuestra consola.
Gráficos
En Kingdom: New Lands, su apartado técnico se podría definir como simpleza en estado puro, aunque hay que reconocer que en ocasiones consigue sorprender, sobre todo en los escenarios y los efectos meteorológicos y de iluminación. Pocas veces se ha podido ofrecer tanto con tan pocos píxeles; un apartado visual retro pero resultón que no le sienta nada mal, pero que no deja de resultar chirriante y desfasado para los tiempos que corren.
El desplazamiento es siempre lineal, de izquierda a derecha y viceversa, y carece de mayor profundidad. Todo parece indicar que Noio, el estudio desarrollador, ha asumido la falta de presupuesto abrazando el minimalismo sin reservas. Por no haber no hay ni indicaciones en pantalla. Solo sabremos si la bolsa de oro está más o menos llena porque el icono correspondiente nos muestra el interior de dicha bolsa; eso sí, no sabremos la cantidad exacta de monedas que contiene salvo cuando nos queden dos o tres.
A nivel sonoro también exhibe sin pudor ese tono simplista, ya que las melodías son casi anecdóticas, con poca chicha épica y pasan totalmente desapercibidas. Los efectos sonoros también tienen ese toque enlatado de décadas pasadas y hacen honor al apartado gráfico que tendremos en pantalla en todo momento, el cual solo consigue llamar la atención del jugador en determinados momentos en los que el ciclo diurno deja paso al nocturno o ante efectos climáticos puntuales como son la niebla o la iluminación del atardecer y del amanecer.
Poco más se puede remarcar de un juego tan básico visualmente, en el que los peores parados son los elementos y los personajes que pululan por la pantalla, los cuales no pueden presumir de carisma alguno, así como tampoco presentan un trabajo de diseño acertado y cuyas animaciones (salvo la del caballo), dejan bastante que desear. Encima, el scroll lateral presenta ralentizaciones importantes, que se manifiestan aleatoriamente al pasar de un día al siguiente.
Jugabilidad
De nuevo la sencillez hace acto de presencia. Y es que Kingdom: New Lands, puede presumir de tener el sistema de control más asequible y fácil de esta generación. Para movernos utilizaremos el stick izquierdo y cabalgaremos a toda velocidad manteniendo pulsado RT o LT. A parte de esto, solo utilizaremos un único botón para todas las funciones. El botón A servirá para indicar a los obreros dónde queremos construir, para reclutar indígenas y para comprar armas o herramientas.
Nuestro objetivo será organizar la base de nuestro reino durante los siete o diez primeros días y ampliarlo y mantenerlo a salvo en los siguientes. Y es que en uno de los extremos se encuentra el puerto, que nos servirá para zarpar en un barco (que previamente debemos construir) para ir en busca de nuevas tierras por conquistar, y en el otro extremo se levanta un vórtice interdimensional del que aparecen unos siniestros seres encapuchados que asaltarán cada noche nuestro campamento. Los primeros días solo vendrá un enemigo, pero más adelante lo harán en manada.
Es por ello que nuestra prioridad sea contratar obreros y soldados suficientes para poder construir las defensas pertinentes y defender el campamento respectivamente. Todo esto mientras buscamos monedas hasta de debajo de los árboles para poder seguir fortificando, reclutando, cazando y cultivando. El oro será lo que nos permita definir nuestra estrategia y es nuestro recurso más valioso, con lo que vaciar la bolsa puede marcar la diferencia entre sobrevivir un día más o perderlo todo.
La dificultad es progresiva, pero hay un salto cuantitativo importante del número de enemigos nocturnos cuando pasamos la barrera de los diez días de supervivencia. Será entonces cuando todo se complicará hasta el punto de revelarse como el desafío intransigente que es. Y es que una mala decisión o una inversión en una construcción inapropiada, puede provocar el fracaso irrevocable e inmediato de nuestra campaña y te sentirás frustrado al ver cómo no puedes hacer nada para arreglar el desaguisado.
Otro punto importante en el juego es que, a pesar de lo incómodo que puede resultar perderlo todo y tener que empezar de nuevo, al menos se ha optado por darle un toque rogue like que le otorga un plus de atractivo. Gracias a ello, cada partida que iniciemos será totalmente diferente a la anterior, al generarse los escenarios aleatoriamente.
Duración
Si te gusta la mecánica jugable de Kingdom: New Lands, tendrás juego hasta aburrirte, literalmente, ya que no tiene fin. Podrás ir construyendo y conquistando eternamente si consigues que los enemigos no crucen las defensas y que no te arrebaten la corona.
No hay un número determinado de niveles, no hay jefes finales, no hay vidas ni continuaciones. Solo estás tú, tu caballo, tu antorcha, tu bolsa de monedas y un territorio por explorar y por conquistar. Si lo consigues, podrás pasar al siguiente y así sucesivamente. Es por ello que quienes no se sientan atraídos por su fórmula y su aspecto, pueden repudiarlo a los pocos minutos de haberlo empezado. El resto lo disfrutará sin fecha de caducidad.
Conclusión
Kingdom: New Lands es el simulador de conquistas reales ideal para los amantes de los juegos de supervivencia y gestión de recursos, siempre y cuando la estética retro que muestra no represente un elemento disuasorio.
Con un precio de 14,99 €, puede parecer una cantidad demasiado alta para lo que ofrece, más que nada por lo simple y sencillo que es tanto a nivel jugable como en su apartado técnico. Sin embargo, esto es algo subjetivo y que solo puede valorarse aplicando el rasero personal en cuanto a los gustos de cada uno, lo que finalmente lo hace recomendable para los fans de los juegos de supervivencia y gestión de recursos con un toque rogue like.
Pros | Contras |
---|---|
* Generación aleatoria de niveles. | * Técnicamente desfasado. |
* Simple e intuitivo en todos los aspectos. | * Mecánica jugable demasiado sencilla, sin profundidad. |
* Duración infinita. | * Demasiado lineal y reiterativo. |
*Gracias a Raw Fury Games por habernos proporcionado el material para la review.