Usuarios denuncian que no pueden comprar contenido digital legalmente pese a vivir en la UE.
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La situación vuelve a poner a Xbox en el centro de la crítica por una decisión que, para muchos jugadores, resulta incomprensible en pleno 2025. En países como Letonia, miembros de la comunidad aseguran que no es posible configurar la consola en su región ni comprar contenido digital de forma legal, obligándoles a recurrir a cambios de país, direcciones falsas o directamente a renunciar a la compra.
El caso ha ganado fuerza tras un hilo muy comentado en Reddit, donde un usuario letón explica que puede comprar sin problemas en la Microsoft Store, pero no en Xbox, algo que contrasta con servicios como Netflix o PlayStation, plenamente operativos en el país. La paradoja es evidente: infraestructura hay, conectividad también, y el mercado pertenece a la Unión Europea, pero el bloqueo sigue ahí.
Xbox y el dilema del soporte regional en Europa
Parte de la comunidad defiende que dar soporte oficial a un país no es “dinero gratis”, ya que implica cumplir leyes locales, fiscalidad, regulación de consumo y atención al cliente. Según varios comentarios, Xbox no alcanza la cuota de mercado suficiente en muchos territorios pequeños como para justificar esa inversión, especialmente ahora que Microsoft exige márgenes de beneficio más altos a su división de videojuegos.
Otros jugadores señalan que esta falta de apoyo es precisamente una de las razones por las que Xbox nunca despega en esos países. Consolas disponibles en tiendas, jugadores dispuestos a pagar y un catálogo atractivo, pero con una barrera artificial que empuja a muchos directamente hacia PlayStation, Nintendo o PC. “Ni siquiera pedimos soporte en letón, el inglés es suficiente”, comentan algunos usuarios, subrayando que el problema no es el idioma, sino el bloqueo comercial.
La crítica más repetida apunta a una contradicción clara: Xbox habla de llegar a miles de millones de jugadores, pero sigue operando como si solo existieran unos pocos mercados prioritarios. Mientras tanto, en países como Letonia, Estonia o Lituania, hay jugadores, hay poder adquisitivo y hay consolas, pero no una tienda digital plenamente funcional. Y cada año que pasa sin cambios, esa distancia con la competencia se hace más difícil de recortar.

