Elucubramos sobre la viabilidad económica de Game Pass, confrontándolo al modelo Netflix comparando sus puntos comunes y diferencias.
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Game Pass ha sido definido por muchos como el Netflix de los videojuegos, algún que otro ejecutivo de Microsoft incluido. Hace ya unos cuantos meses que los exclusivos de Microsoft aparecen de lanzamiento en Game Pass, y third party de menor tamaño han empezado también a llegar. Este mismo sábado fueron anunciados 16 juegos que llegarán a Game Pass en los próximos meses, y varios de ellos lo harían desde el día uno. Este tipo de movimientos ha despertado la suspicacia de muchos que consideran que Game Pass no es un modelo sostenible, y que Microsoft y la industria pierde millones estrenando en el servicio sus juegos.
Sin embargo Netflix lleva haciendo esto desde hace años, y en la música se avanza hacia un modelo mayoritario de streaming por suscripción, máxime cuando iTunes cerrará su tienda el año que viene. Ante este argumento los críticos dicen “pero no se puede comparar, los juegos son mucho más caros de hacer”.
El coste de Xbox Game Pass
Evidentemente el coste de los videojuegos a partir de cierto calibre supera fácilmente el coste de grabar un disco, pero cuando lo enfrentamos contra el cine y televisión producido por Netflix la cosa ya no está tan clara. La web de contenido audiovisual por excelencia se nutre por una parte de contenido de terceros, y por otra de sus propias series que han ido conquistando poco a poco el porcentaje de la parrilla dedicado a la producción propia. Pero ¿Cuanto cuestan esas series? Pues no son baratas. Si buscamos datos podemos ver como las dos primeras temporadas de House of Cards, uno de los dos primeros éxitos de Netflix costaron nada menos que 100 millones de dólares. Sin embargo esta cifra se ha tornado rápidamente irrisoria cuando la comparamos con otros productos del servicio como The Crown o The Get Down superando ambas ampliamente los 100 millones de dólares por solo su primera temporada.
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Los juegos son caros, muy caros, tenemos muchos ejemplos de títulos como Fallout 4 rozando los cien millones de dólares, o Grand Theft Auto V con 137 millones de dólares solo por su desarrollo. A estos importes tenemos que agregar el presupuesto de promoción, que puede igualar o superar al de desarrollo, pero cualquiera que salga a la calle sabe que Netflix no es precisamente discreta con sus lanzamientos. Vallas y carteles, anuncios en los autobuses, el metro, y hasta la fachada de edificios enteros son habituales cuando Netflix lanza la nueva temporada de su serie del momento.
La empresa americana anunció en mayo su película más cara hasta la fecha, con un presupuesto inicial que dirigirá Michael Bay, y que se estrenará directa en nuestros salones. Lo más importante de todo esto es que, Netflix no pretende ni provoca que la gente asista menos al cine, y solo ha conseguido dar motivos a las televisiones para apretar y competir por el espectador con los productos que ofrece.
Game Pass tampoco está matando las ventas de juegos. Matt Piscatella, ejecutivo de NPD ya declaró hace tiempo que según sus informaciones Game Pass había ayudado a Microsoft a vender más de lo esperado, y lo mismo ocurrió con State of Decay 2 que anunció el pasado sábado que había alcanzado los 4 millones de jugadores. Ninguno de estos dos juegos se monetiza mediante cajas de loot, y sus expansiones hasta ahora han sido gratuitas. Hoy mismo recibíamos la noticia de que Forza Horizon 4 se mantiene en el top 5 de ventas físicas en Reino Unido desde su lanzamiento, y esto tras batir los records de la franquicia en cuanto a ingresos en su lanzamiento. Todo esto está ocurriendo cuando millones de personas, si atendemos a las palabras de Phil Spencer, pueden acceder al juego por diez euros al mes, sin contar con promociones puntuales.
Solo Microsoft los sabe, pero Game Pass parece rentable
¿Es Game Pass rentable? No lo sabemos, solo Microsoft, que no desagrega las cifras de ingresos de sus servicios lo sabe. Si juzgo por los movimientos de la empresa creo que es seguro decir que si no lo es, confían mucho en que lo será. Lo que sí podemos decir es que no está matando las ventas de sus exclusivos, y parece que tampoco las de los títulos menores que acuden al servicio considerando que cada vez es más común que lo hagan. Curiosamente cuando en generaciones anteriores la venta de segunda mano multiplicaba el número de jugadores sin que estudios y editoras ingresaran un euro, no se alzaban tantas voces a dudar de un modelo de negocio que permite la reventa. En cualquier caso un juego de éxito siempre será aquel que llega al mayor número de jugadores posible, y Game Pass, EA Access, Humble Bundle, o PS Now, están ahí para eso.