Analizamos porque proliferan las corrientes de odio hacia juegos, marcas o personas en internet y como afectan a los videjuegos.
Más historias en la categoría Editorial
- ¿Necesitamos más juegos de Transformers? Rotundamente, sí
- Los Remakes y Remasters se han posicionado en la industria ¿son realmente necesarios?
- 343 Industries estaba destruyendo Halo y no lo sabíamos
No te pierdas nada y ¡Síguenos en Google News! |
A todos nos ha pasado últimamente, estás navegando y de repente encuentras una corriente negativa hacia un determinado juego, marca o estudio. Ocurre siempre, las 24 horas del día y sin parar. Es un ruido constante que martillea nuestros ojos y oídos. Los llamados haters u odiadores profesionales los tenemos en casi todos los ámbitos y sectores, Mañana mismo tú y yo podríamos ser uno de ellos.
Si, hablo de ese tipo de personas que nunca están contentas y que dirigen su ira contra una marca, sector o juego en concreto. Independientemente de si llevan o no razón, están ahí para hacer valer su opinión por encima de la del resto, llegando incluso a hostigar a la gente que no está de acuerdo con ellos. La corriente de odio genera nuevos guetos en donde los haters de pensamiento común retozan en el barro juntos.
Es habitual leer frases del tipo: “Yo es que soy crítico para que mejoren“, y lo cierto es que en cierta medida está bien serlo, el problema llega cuando todo es basura o está mal, que pasas de “ayudar” a ser parte del problema.
¿Por qué proliferan los haters?
Hay que tomarse en serio este tema, ya incluso la ciencia y pseudociencia han intentado explicar porqué las corrientes negativas están en auge. Existe una teoría, que si bien ha sido desechada por no tener base científica, me gusta especialmente. Hablo de Masaru Emoto y su cristalización del agua en la que cuenta como hablando mal y dirigiendo pensamientos negativos hacia una botella de agua, esta cristaliza de manera diferente de como lo hace una botella de agua a la que se dirigen pensamientos positivos. Vale, es pseudociencia, pero el concepto no es muy diferente de lo que pasa en la actualidad.
Sin embargo, mi teoría es que el motivo real por el que las corrientes negativistas tienen éxito tiene su explicación en el propio cerebro humano. Las personas nos sentimos mayormente aceptadas cuando somos críticos; conseguimos la aprobación de otros y con el tiempo nuestro cerebro aprende a generar placer a través de la crítica. Llegados a un punto de inflexión, da igual si esta es fundamentada o no, seguimos necesitando esa aprobación popular para sentirnos bien.
Como ser negativo consigue mejores resultados a corto plazo, las personas acaban por sucumbir a lo fácil. Obviamente también hay quien consigue el mismo efecto realizando acciones contrarias, siendo especialmente optimista y permitiendo que incluso le engañen. No obstante suelen ser minoría.
Redes sociales y el odio
Si hay algo que las redes sociales han conseguido es conectarnos. Esto es bueno y malo a la vez ya que gracias a ellas la gente ya no necesita introducirse en grupos de opiniones diferentes. Simplemente puedes buscar a alguien que piense como tú y listo, es fácil y no requiere mucha experiencia. Antaño los foros conectaban a personas que querían debatir, con opiniones diferentes; hoy ya no es necesario pues Twitter o Facebook te conectan con quien comparte la manera de ver las cosas contigo y ya no necesitas que alguien entre a rebatirte nada. Así que el debate se polariza en algo tan banal como el bien y el mal, salvo que todos piensan que están en el bando de los buenos.
Así es como se crean los grupos de minorías que llegan haciendo ruido. En cualquier ámbito y de cualquier color. Como dice el dicho popular: “Dios los cría y ellos se juntan”. La cosa es que cada vez va a más, y tenemos a líderes de opinión que fomentan y lanzan su mensaje de odio por canales como YouTube. Como decía al principio, da igual si llevan o no razón, van a lanzarlo igual.
Recuerda, el hater no gana si no logra polarizar un debate - ¡Comparte!
Los viejos fantasmas del pasado
El odio engendra más odio y estamos viendo como se despiertan a los viejos fantasmas del pasado. Lo vivimos con Bioware y su Mass Effect: Andromeda en donde corrientes negativas descargaban todo el arsenal de insultos contra una colaboradora del estudio. Nuevamente insisto, no necesitaban pruebas, las inventaron para poder seguir proyectando su ira y ganar así el clamor popular.
En nuestro país recientemente hemos tenido el evento del Gaming Ladies, que al margen de coincidir o no en las formas, la gente tuvo una reacción muy desproporcionada, acosando e incluso amenazando a las asistentes. Los instintos xenofobos, racistas, machistas y demás salen a la luz cuando hace tiempo que deberíamos haberlos olvidado.
Y se multiplica en los canales de comunicación. Cuando alguien no está de acuerdo con un artículo o noticia que ha sido publicada, se busca al redactor para amedrentarle. He llegado a leer frases del tipo: “Busquemos su Twitter para ver quien es y decirle cuatro cosas”. ¿No era o es más fácil no seguir leyendo eso que te pone de tan mal humor?
¿Se puede evitar?
Si, siempre puedes evitarlo. Aprende a no convivir con las corrientes negativas. Hoy día las redes sociales nos brindan el soporte para bloquear o ignorar y cuando el medio es YouTube, mi consejo es que huyas cual gacela perseguida por un guepardo en la sabana africana. Si el mensaje siempre es la crítica, es que algo no va bien; y aquí da igual la marca o juego.
Por desgracia a casi todos nos puede alguna vez el morbo y vamos a caer, a mirar estados o ver un vídeo que a priori es gracioso y coincide con lo que pensamos. Cuídate de no entrar en ese círculo y aprende a apreciar y disfrutar lo que tienes y a ignorar lo que no te gusta.