Podéis llamarme iluso, pero estos son los motivos por los que Anthem está entre mis favoritos del año.
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En este 2019, Anthem es uno de los títulos que se prometían como mejores del año, al que íbamos a dedicar más horas, ¡El Mata-Destiny!, lo llamaban. El envoltorio era realmente sublime, y de hecho, lo sigue siendo: Un nuevo mundo, un nuevo universo, en el que los protagonistas son las Alabardas, una especie de armaduras inmensamente poderosas que nos permiten volar y enfrentarnos a todos los peligros que nos echen encima sin ningún miedo. Una acción increíble y un apartado visual inigualable, todo digno de una superproducción AAA.
Pero algo salió mal. Es más, prácticamente todo lo que podía salir mal -como dice la ley de Murphy-, salió muy mal. El juego comenzó con el peor problema de todos: no iba bien prácticamente en ninguna plataforma, y no nos referimos al rendimiento, algo que podría ser comprensible. Nos referimos al propio juego; bugs o errores continuos que nos sacaban de la partida continuamente, nos limitaban el progreso y encima de todo ello, unos irritantes y absurdos tiempos de carga que prácticamente tenían al jugador la mitad del tiempo de una sesión de juego delante de una pantalla estática sin poder hacer nada.
Te daba la sensación de atracción de feria en Disney World, esperando colas de una hora para que lo divertido durara 2 minutos. ¡Pero es que esos 2 minutos también estaban rotos! El sistema de juego en sí, el loot, la cantidad de misiones disponibles, también estaban mal planteados. Como si de repente, todos los errores cometidos en el pasado por títulos similares como Destiny, Borderlands, The Division, etc… no hubieran tenido lugar. BioWare llegó como un elefante en una cacharrería sin saber la gran repercusión que tendría un sistema de loot terriblemente mal gestionado en un “looter-shooter”.
La luz de Anthem aún no se ha apagado
Podríamos seguir diciendo todo lo malo por lo que ha pasado Anthem en sus primeros meses de vida: cero actualizaciones, bugs que volvían, cabezas de estudio que huían del proyecto, una filtración que afirmaba que lo habían hecho todo en un solo año… un auténtico desastre. Sin embargo, hay un reducido sector de jugadores que resisten. Un pequeño nucleo que no hace caso a las bajadas de precio, que no hace caso a las noticias, que sigue leyendo cada nueva entrada que anuncia más contenido, que sigue disfrutando de Bastión, el mundo de Anthem, semanalmente sólo porque le encanta montar en su Alabarda. Evidentemente, me encuentro entre ellos.
En mi condición de padre y marido que lleva una casa, me resulta imposible sentarme una tarde entera a jugar una raid de Destiny o recorrer el mapa entero de The Division, pero sin embargo – y llevo meses haciéndolo – si que me daba tiempo a coger mi Alabarda, y hacer una misión cualquiera en Bastión, y realmente, con suerte, conseguir alguna mejora para ella que me sirviera para seguir aumentando su poder. Anthem ahora mismo es un juego que no exige, que es ideal para aquellos que no lo jueguen como algo exclusivo, que no vayan a quemarlo. Quizá para los jugadores más hardcore, mis 90 horas de Anthem no sean nada significativas, pero para mi situación, se convierte directamente en uno de los que más he jugado este año.
El Cataclismo mejoraba más de lo que parecía
La llegada del Cataclismo quizá resultó tremendamente escasa para los que seguían buscando un vuelco en Anthem en relación a su contenido, pero ninguno se fijó en los cambios que vinieron con él. Una gran actualización que además de mejorar el nivel de dificultad y nuestro daño a los enemigos, también arreglaba parte del sistema de loot añadiendo una tienda de temporada donde poder adquirir más items a base de jugar ese nuevo evento, incluso con legendarios garantizados. Poco a poco y semana tras semana fueron añadiendo más actividades relacionadas con el Cataclismo que comenzaban a mostrar algunas mejoras importantes respecto al gameplay.
Ya no era sólo matar y matar hasta llegar al monstruo final. Habían más puzzles, el handicap del desequilibrio que provocaba la desestabilidad en nuestra Alabarda con las inversiones… en definitiva más posibilidades sobre una jugabilidad que nadie puede negar que resulta muy divertida y espectacular. Pero no terminamos ahí: Los tiempos de carga son muy reducidos, ahora puedes acceder a la Forja (para cambiar las armas) en cualquier momento de la partida e incluso se han incluido tres tipos de arma: Los aceleradores de pulsos, los Lanzavoltios y los Lanzadores de cuchillas.
Ahora Anthem se divide en temporadas, tal y como lo hace Destiny o Apex Legends y como tal, también ha tenido sus eventos especiales de Halloween (la fiesta de las calaveras) o cambios estéticos, con la primera temporada, que acaba de finalizar. Ahora llegará Neviscalia, la nueva temporada que cubrirá de nieve todo bastión y por supuesto, también vendrá con novedades a principios de diciembre. También se ha visto sujeto a prueba en los servidores PTS (Servidor de prueba publico) de PC y por los comentarios de los que lo han probado, parece que apostará por más cambios y añadidos temporales.
El futuro de Anthem
Lo cierto es que el juego parece seguir en un estado de “beta” perpetuo, muy similar a lo que sería un lanzamiento en Game Preview o en Early Access, por eso da esa mala sensación de inacabado. No tiene perdón para los jugadores que nos gastamos los 70€ de lanzamiento, pero también hay otros tantos que las 50 o 60 horas invertidas les han parecido suficientes. Pero Anthem, oficialmente hablando, nunca ha tirado la toalla. Es más, hace poco más de dos meses, el mismo CEO de BioWare confiaba plenamente en Anthem, algo que casi se ha confirmado con el reportaje publicado por Kotaku, que aseguraba que una enorme actualización con cientos de personas involucradas estaba en marcha. Una especie de Anthem 2.0 o Anthem Next.
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Con todos estos problemas, la tremenda personalización de las Alabardas casi se ha quedado en una anécdota, pero los jugadores disfrutan mucho con las enormes posibilidades que se abren cada semana, y que pueden seguir obteniendo tanto con moneda del juego, como con dinero real. Pero lo que si es real es el bajo precio al que podemos encontrar Anthem en las tiendas hoy día. Desde 9,95€ puedes encontrarlo en GAME e incluso 14,95€ la Edición Legión del Alba, un precio absolutamente ridículo para la cantidad de horas que le puedes echar. Horas, de calidad.
Uso esta editorial para poner Anthem en el hueco que muchos desean que estén, para dejar claro que es un título que necesita mucho trabajo y aún más contenido, pero que hoy por hoy, por el bajo precio al que está disponible, es un auténtico juegazo, con el que mostrar, sin ir más lejos, de lo que es capaz tu Xbox One. Y si tenéis que buscar a alguien con fe, alguien que siga creyendo en su Alabarda, en Bastión y que BioWare sigue teniendo un diamante en bruto que podría ser un éxito enorme, aquí estoy.