Ubisoft es un gigante desestabilizado. Y si no escucha a sus fans y a la demanda actual, podría terminar cayendo.
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Confieso que nunca he sido un tipo muy de Assassin’s Creed, pero admito que es un juego que siempre ha tenido un éxito masivo. No me sucede lo mismo con la saga Far Cry, pues siempre me ha divertido su concepto, siendo su tercera parte uno de los mejores juegos de la historia y que nadie puede negar su calidad. También recuerdo el primer Rainbow Six y aquel increíble Ghost Recon Advanced Warfighter, o una de mis sagas favoritas desde siempre: Splinter Cell. Por supuesto, podíamos seguir enumerando más IPs y títulos legendarios, como la saga Prince of Persia, pero solo con esto ya os podéis hacer una idea de por donde voy. Gracias a ellos, la Ubisoft de hoy es un monstruo enorme de mantener, y esa ambición es la que precisamente le puede terminar afectando.
Ahora mismo vivimos en una época convulsa de movimientos entre empresas, con las grandes haciendo grandes compras como la de Microsoft y Activision, una época en la que tres años después sigue afectando el parón producido por la pandemia, que proporcionó un empujón a todo lo digital, tan grande que motivó a muchas marcas a pivotar rápidamente hacia esa área. Pero prácticamente se está confirmando que ha sido una enorme burbuja. Amazon, Netflix o la propia Microsoft han acusado esta bajada de ingresos respondiendo con masivos despidos y nuevos cambios estructurales. Por supuesto, Ubisoft no ha sido ajena a esto, pues el propio Yves Guillemot, CEO de la compañía, ha pedido a sus empleados «ajustarse el cinturón», tras hacer una serie de recortes similares y cancelar silenciosamente varios títulos sin anunciar.
Sabemos que es complicado remontar este tipo de situaciones sin tener que realizar despidos o renunciar a ciertos proyectos, pero ahora mismo Ubisoft no está tampoco en el momento más álgido de la opinión pública. A pesar de estar más presente en muchos hogares con su nuevo servicio Ubisoft+, el fuerte de la compañía son las ventas de sus títulos o el rendimiento de sus juegos móviles. Y no decimos que no funcionarán, pues siempre habrá público para un buen Assassin’s Creed, pero de repente parece que no son capaces de sacar un título de calidad, rompedor y de un éxito rotundo. Prácticamente, todos sus juegos más actuales son innegablemente buenos, pero siempre con una barrera en el «notable», ya que no encuentran ese hueco para llegar no solo al bolsillo de los consumidores, sino también a su corazón, el cual, están perdiendo irremediablemente.
Assassin’s Creed, su único refugio de éxito, EXPLOTADO
El mejor ejemplo de esto es ver que están pivotando hacia lo fácil, cuando no es el camino, con la saga Assassin’s Creed. Esa especie de reboot del estilo de la franquicia con Assassin’s Creed Origins que muchos celebramos, ha ido poco a poco degradándose de nuevo. Precisamente el descanso que se le dio a la franquicia tras los signos de fatiga de AC Syndicate, se ha vuelto a repetir la estructura con Assassin’s Creed Odyssey y Assassin’s Creed Valhalla. No por los títulos principales en sí, sino por la ingente cantidad de contenido que han mantenido a ambos títulos, siempre entre los más jugados de cada una de las plataformas donde han estado disponibles. Cientos de horas de juego de calidad que han dejado satisfechos tanto a los fans de la franquicia pero fatigados por falta de novedades reales a los que no lo son.
Quizá Assassin’s Creed Mirage apunte a un título de menor escala, pero no deja de ser una expansión independiente del propio Valhalla, tres años después de la salida del mismo. Y por supuesto no se detendrán ahí, porque este colmo llegará con Assassin’s Creed Infinity, que aglutinará todos los futuros títulos de la franquicia como una especie de todo, estén donde estén ubicados. La sensación que siguen dando al usuario es de seguir explotando sin límites una franquicia que funciona, pero que realmente no llega a innovar de manera rompedora en ninguno de ellos. Todo eso, sin hacer ni siquiera referencia a que el concepto de mundo abierto de Ubisoft, que casi es ya un subgénero: «el de las atalayas y con un mapa lleno de iconos», está quedándose del todo obsoleto, pues la tendencia de la industria es la de empezar a ofrecer productos más compactos, de más calidad, que tengan alto contenido narrativo y por supuesto, que se pueda jugar tanto en cooperativo como en solitario.
Los más esperados que nunca llegan, siguen sin tener actualizaciones
Se confirmó el remake de Splinter Cell el año pasado, pero fue tras años de peticiones por parte de los fans de que la franquicia volviese, una franquicia que fue máximo exponente de la acción y el sigilo y que prácticamente ha sido inigualable, pero que inexplicablemente se abandonó a su suerte, con alguna que otra colaboración de pago que no terminaba de convencer. Algo parecido sucede con Avatar: Frontiers of Pandora, que aún no hemos visto en movimiento, pero que muchos ya empiezan a encasillarlo en el «mundo abierto estilo Ubisoft», y continúan con las extrañas desavenencias de Beyond Good and Evil 2, los misteriosos retrasos del remake de Prince of Persia Las Arenas del Tiempo, y la pregunta que muchos empiezan a plantearse: ¿Saldrá algún día Skull and Bones?
Rainbow Six Siege es uno de los éxitos de Ubisoft que más está rentabilizando, pues el título sigue siendo potente tras una serie de reediciones de las que sinceramente, ya he perdido la cuenta, e incluso un spin-off, Rainbow Six Extraction, que no ha cosechado el éxito esperado. Pero Rainbow Six es solo una parte de ese gran multiverso de Tom Clancy que Ubisoft posee. Juegos con The Division quieren resucitar ahora cuando se les ha dejado abandonados durante demasiado tiempo y cuando los usuarios pedían más soporte para el mismo y teniendo un potencial para ser un gran juego como servicio, ha derivado en otro spin-off, Heartland y otro título para móviles basado en la franquicia: Resurgence.
Por suerte, pronto volverá la saga The Crew con su tercera entrega, que fue la primera en ofrecer un enorme mundo abierto que simulaba la completa extensión de los EE.UU., y cuya segunda parte extendió incluso con aviones de exhibición su amplio catálogo de diversión, pero igualmente parece que empieza a ir algo tarde precisamente por no especializarse y volver a utilizar esa estrategia de Ubisoft de «más grande, con más cosas». Espero equivocarme.
No hay soluciones rápidas, pero se le puede dar un vuelco a todo con un solo título
Todo esto que he apuntado más arriba, si lo leemos por partes, no suena tan mal. Son muchos juegos los que tiene preparados y cuento con que absolutamente todos serán divertidos, se verán muy bien y se mantendrán en esa línea de «notables», pero Ubisoft debe aspirar a más. Debe de abandonar la idea del conformismo de un mundo abierto, la idea de seguir explotando franquicias indefinidamente y esperar que funcionando en ventas todo debería de ir bien. La idea de que puede mantenerse solo por ser una de las grandes. Y si, quizá merezca la pena irrumpir con otro «For Honor», otro «The Division» u otro «Riders Republic», y arriesgarse. Pero hacer caso a tus propios fans es la mejor manera de volver al cauce del éxito.
Sin ser licenciado de nada, no es complicado adivinar que si el nuevo Splinter Cell es una experiencia cerrada para un solo jugador como los originales triunfará. No es complicado adivinar que muchos fans de la saga Assassin’s Creed quieren que se vuelva a sus orígenes en los que se le da menos importancia a su aspecto RPG y más a la historia. Que ese Beyond Good and Evil 2 pinta excelente porque parece esa aventura gráfica de última generación que todos desean jugar. Que el próximo Rainbow Six sea un FPS táctico y realista, o el próximo Ghost Recon esté inspirado en misiones concretas y no en un mundo abierto donde hacer el gamberro con tus amigos. Todas las franquicias no funcionan bien con el multijugador… y viceversa. Porque parece que Ubisoft está construyendo sus juegos con una especie de «patrones» que atienden más al dinero que pueden llegar a generar que a la trascendencia que un título puede alcanzar en un mercado ultrasaturado de juegos.
Esperemos que alguno de estos futuros títulos alcance estos objetivos, pero la enorme infraestructura de Ubisoft impedirá ahora mismo hacer riesgos innecesarios, lo que la seguirá relevando a un segundo plano y acrecentando la pérdida de confianza de sus propios clientes y amantes de sus franquicias. Por eso, necesita renovarse de cara al futuro. Levantarse, sacudirse el polvo e intentarlo de nuevo… antes de que llegue alguien más grande y los intente comprar.
P.D: ¿Cuándo van a hacer un remake de Heroes of Might and Magic?