Brainy Studio trae una propuesta interesante basada en la Hora Planeta, pero acabaremos siendo una bolita de luz simpática en un pueblo bastante lineal.
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Cuando Nikola Tesla se dejó llevar por el electromagnetismo, no se duda que fue amor a primera vista. Se dejó enredar por los centelleantes mundos de las corrientes eléctricas, de la robótica, de los espasmos del campo magnético, de la invención, de los impulsos y de la mecánica. Tanto fue así que soñaba día y noche con dar un pulso más a su vida llena de electricidad, que sólo eran, a veces, olvidados por el amor a la paloma que tanto quería.
Pero quien le diría a Nikola Tesla, que más de medio siglo después, existía una televisión donde ver imágenes de forma remota, a la que poder enchufar una consola, y esa consola poder reproducir juegos, y ese juego, en este caso, sea sobre bolitas de luz que caminan y saltan entre cables cual bambalinas de un teatro que está sin alumbrar.
TurnOn es el juego con el que Nikola Tesla habría pasado el día jugando en su consola. El juego desarrollado por Brainy Studio pretende ser una forma “didáctica” de reinventar un género, el género de las plataformas, pero digamos que se ha quedado a medio camino. La propuesta de juego no dista de un inicio tópico pero que resulta bastante atractivo al comenzar a jugar, pero tras pasar varios niveles y acostumbrándote a la mecánica de gameplay, tiene un fondo amargo.
El juego es entretenido, no lo vamos a negar, y sus simpatizantes tonos de música y chispeantes tonalidades pueden hacer meramente atractivo para los niños que están comenzando a entrar en el mundo del videojuego, que hace que sea ideal como primer juego de plataformas, al menos de forma indie, para la vida de un niño.
Es por ello que vamos a enfocar de esa manera el análisis, como un juego esencialmente entretenido para niños y con una linealidad tirando a mediocre para los adultos.
Apartado Técnico
El juego está creado con el motor gráfico Unity que da un acabado visual bastante limpio. El juego se basa en misiones de niveles cerrados, donde podremos desplazarnos a modo scroll-lateral 2D con algunos errores de dimensión, como el hecho de saltar y aparecer en cables que estén en la lejanía, lo que simula un 3D mal ejectado. Nuestro protagonista, una bola de luz, sólo podrá desplazarse por lo cables de alta tensión para ir traspasando su poder eléctrico a las distintas zonas que posteriormente describiremos.
El acabado artístico es bastante interesante, el equipo ruso de Brainy Studios ha cuidado este aspecto muy bien haciéndolo una propuesta realmente atractiva de forma visual para niños y adultos. Las luces y la iluminación estáticas no son nada del otro mundo, pero es que si lo fueran, destrozarían lo que han creado con TurnOn, por lo que la iluminación que utilizan es exactamente la cohesión que necesitaba el juego para un título de este tipo.
Una pena que en materia de rendimiento esté algo defectuoso, al menos en nuestro caso. Al comenzar a elegir la misión la pantalla se queda bloqueada, y se deben de esperar bastantes segundos para que se desbloquee y podamos seguir adelante. Además, en algunas ocasiones tendremos que reiniciar los niveles porque hay algunos problemas de diseño que no dejan avanzar, aunque esto de menor manera. La cuestión es que a veces se hace algo incómoda la estancia en TurnOn y eso no deja buen sabor de boca.
Los efectos sonoros son imprescindibles, al menos en cierta manera en el título. El hecho de pasar por un contador de corriente, una lámpara un objeto eléctrico, etc. Hace que éste se active y vuelva a funcionar, y eso a veces sólo lo sabremos mediante los sonidos, que no distan mucho entre ellos. Teniendo en cuenta esto, echamos de menos que hubiese un sonido especifico de funcionamiento pero no es así, aunque no es una falta, solo un ruego para la próxima. Algunas de las misiones tendrán como patrón la música, algo de lo que hablaremos luego, lo que hace que muchas de las melodías deban de ser atractivas, y lo son, simpáticas para el título en la línea de lo que encontramos.
Jugabilidad
La historia de TurnOn es la vida de una feliz bola de luz o electricidad que vive en el laboratorio del Profesor Brain. Allí todos los días trabaja en el laboratorio, encendiendo y apagando, desconectando y conectando para ayudar al profesor. Un día, tras hacer el trabajo, el profesor se despista y acaba teniendo un fallo que deja sin electricidad a todo el pueblo. ¿Cuál es nuestro deber? Devolver lo que es suyo al pueblo, y vagaremos por todos sus rincones para hacer que todos los aparatos vuelvan a funcionar.
¿Cómo lo haremos?, el ritmo del juego es de la siguiente manera: un pueblo con varias zonas, desde parques de atracciones hasta el tranvía, pasando por casas y urbanizaciones; cada zona es independiente por lo que deberemos de entrar en esa parte para comenzar la misión. Dentro de la zona deberemos de desplazarnos por los cables de luz, dispuestos en una posición de scroll-lateral. La situación es que hay muchos cables, y en todos podremos subirnos para poder ir activando la corriente a las casas o cosas que debemos de encender. Para llegar a ellos deberemos de saltar o dejarnos caer, y en muchas ocasiones, ocurrirá que están en una zona alejada, pero alejada en la tercera dimensión, algo que hace bastante incongruente algunos de los saltos y vías de avance, puesto que saltamos en una línea hacia arriba y aparecemos en cables que se supone que están en la lejanía y rompe bastante con el clima del juego.
Los enemigos no son muy variados. Tenemos una especie de vida, tres rayos verdes que si están completos, aunque nos caigamos al suelo y reaparezcamos al comienzo de la pantalla, no se habrán ido los avances que hemos hecho en esa pantalla, pero en el caso de que ese contados de rayos se pone a cero, deberemos de reiniciar completamente la pantalla. La forma de perder vida es con unos rayos rojos o con enemigos como los drones.
Hay 32 niveles algo repetitivos entre sí, donde se dividen en dos tipos de niveles: los de recuperar la conexión intentando navegar por los cables y hacer la pantalla, o los niveles musicales. Son niveles con el desplazamiento automático entre los cables, por lo que sólo tendremos que saltar o dejarnos caer por los cables para llegar al final de la pantalla, todo con una melodía que está detrás intentando darnos pie a lo que debemos de ir haciendo.
Como hemos dicho, el juego pretende ser una especie de campaña de gamificación para concienciar de la sostenibilidad del planeta y no abusar de la luz, pero acaba siendo una simple exposición de cuánto necesitamos la electricidad en nuestra vida, más que qué ahorremos luz.
El juego tiene textos a veces un tanto inexactos, pero se agradece al menos que esté doblado en texto.
Duración
TurnOn no es un juego excesivamente largo. La dificultad tampoco es demasiado alta, por lo que hace que pasar de misión en misión sea bastante sencillo, y la linealidad de estas mecánicas también hacen del juego algo repetitivo.
Esta sensación de repetición sólo se nubla en los niveles musicales o en aquellos momentos en que los conectores están en unos sitios tan rocambolescos – como en el caso de una mitad de una noria- que hace que sea divertido ir encontrando estos paneles de conexión.
En cuanto a los logros, no son tampoco un auténtico reto. Estos se desbloquearán continuamente sólo por ir recogiendo determinados rayos de electricidad, ir pasándose las misiones u obtener puntuaciones algo altas, nada del otro mundo. Al menos es una forma sencilla de tener los 1000G sin tener ninguna dificultad.
La rejugabilidad es posible pero no bien ejecutada, se pueden volver a jugar a los niveles para mejorar las puntuaciones y recoger los rayos que comentamos pero no mucho más allá de eso.
Conclusión
TurnOn es un juego simpático para los más pequeños de la casa, que pretende ser una campaña con el fin de apoyar la sostenibilidad, pero acaba siendo una oda a la electricidad y a la necesidad de ella. Los peques se divertirán vagando entre los cables e intentando llegar a los conectores, pero los adultos quizás nos aburramos mientras miramos la pantalla.
El rendimiento bajo en algunas ocasiones, la linealidad y repetitividad de las misiones, la poca opción a la rejugabilidad, una dificultad algo baja, errores de dimensión y la sensación de que no sea un reto, hacen que el juego no sea atractivo a la larga como un reto de plataformas.
Aun así, es simpático, sencillo y perfecto para echar unas horas a la consola sin estrujarnos demasiado el cerebro si es eso lo que queremos. El estilo artístico es sencillo pero bastante cohesionado con el juego y se hace bastante agradable ser una bolita de luz por unas horas.
*Gracias a Brainy Studios y Xbox por habernos proporcionado el material para la review.