Tras 13 años de vertiginosas carreras en PC, la saga TrackMania llega a Xbox One con este TrackMania Turbo, un regreso del espíritu arcade con divertidas opciones multijugador que sin duda os enganchará.
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«If you can read this, you’re also slow!» La primera vez que leí esta frase mientras jugaba al TrackMania Turbo, entendí que no estaba haciendo las cosas bien. Fue entonces cuando empecé a quemar neumático sin control para vivir a tope la experiencia que ofrece este arcade de Ubisoft.
Porque de eso se trata, básicamente, TrackMania Turbo: de correr, acelerar, alcanzar velocidades de vértigo y procurar llegar entero… y el primero, por supuesto. Podría parecer el clásico juego de carreras arcade, y en parte lo es, pero su gran variedad de opciones y modos de juego, así como lo intrincado de sus circuitos, lo convierten en un título de lo más adictivo.
Esto ya lo saben todos los que hayan probado en PC alguno de los juegos de esta saga que arrancó en el ya lejano 2003, de los que seguro que hay muchos entre los que leéis estas líneas. Desde entonces, han sido muchas las alocadas pistas, loopings y montañas rusas que han recorrido los potentes (y a menudo maltrechos cuando llegan a la meta) coches de TrackMania. Esta es la primera vez que la saga llega a Xbox One, y la verdad es que, salvo algún problemilla técnico que otro, lo ha hecho por la puerta grande.
Apartado técnico
El apartado gráfico de TrackMania Turbo es una delicia. No encontraremos el realismo de los simuladores ni se nos caerá la baba con los coches de las grandes marcas, pero a cambio tenemos pistas ingeniosas que desafían las leyes de la lógica y la gravedad, objetos decorativos por doquier, carteles en mil idiomas, charcos traicioneros y baches inesperados, entre otros muchos detalles que dan color y vida a la pantalla mientras pisamos a fondo el acelerador.
Todo este cúmulo de detalles a veces se paga con un pequeño lag que puede hacer que nos comamos una curva o que, como mínimo temamos hacerlo. De todas formas, no es nada preocupante por lo general… excepto en las carreras multilap. Los circuitos en los que tenemos que dar tres vueltas enteras a veces se encasquillan dos o tres segundos en el momento menos esperado. Parece poco, pero cuando nuestra victoria depende de la velocidad, dos o tres pueden ser muy, muy largos…
Aparte de este fallo, relativamente importante pero que tampoco nos ha quitado las ganas de seguir jugando (o mejor dicho, y hablando con propiedad, no nos ha curado de la adicción que genera este título), nada más hay que objetar al apartado técnico en general. El diseño de los circuitos es una gozada para los amantes del arcade, y la música acompaña en todo momento en el sentido más literal de la palabra: se intensifica en los momentos de locura y desciende el ritmo cuando nos la pegamos, volamos por los aires o nos hundimos en algún lago, cosa que sucede bastante a menudo…
Un detalle curioso es que las voces están en varios idiomas. Así, escucharemos la cuenta atrás de cada pista en inglés, italiano, español y otros idiomas que no siempre he podido reconocer… Este guiño multicultural tiene su espacio también en los carteles que antes mencionaba, escritos también en multitud de idiomas. Es más, nada más empezar tenemos que escoger nuestro país y comunidad y, en base a eso, entramos en el ranking específico de nuestra zona. Eso sin descuidar el ranking mundial, que también aparece al finalizar cada carrera.
Jugabilidad
Un 10. Ay, perdón, que todavía no hay que poner la nota. Lástima que el tema del lag y algún detalle que otro tenga que bajar un poco la nota, pero desde luego poco en contra puedo alegar contra la jugabilidad.
Hacía mucho tiempo que un juego de carreras no me dejaba esa sensación al final de cada carrera, ese regustillo de agradable insatisfacción que te lleva a hacer “una más” para superar tu récord o conseguir la medalla que se te resiste. También es cierto que hace tiempo que escasean los arcades del género y eso hace que se agradezca todavía más la llegada de este TrackMania Turbo a Xbox One.
El modo para un jugador es un reto constante para conseguir una medalla detrás de la otra. De hecho, debemos conseguir una por fase si queremos desbloquear el siguiente mundo y, a partir de ahí, ya es decisión nuestra si nos lanzamos a por el oro o lo dejamos para más adelante. Aviso: conseguirlas no siempre es fácil.
Pero precisamente esto, unido a la brevedad de las pistas (excepto las de 3 vueltas, que lógicamente se alargan algo más), es lo que fomenta este puntito adictivo que nos lleva a repetir y repetir hasta que consigamos esquivar ese maldito obstáculo, afinar la puntería hasta atravesar ese pequeño círculo sin pegárnosla o coger la curva más cerrada del circuito con un derrape perfecto.
Si jugamos solos, dispondremos sólo de este modo campaña. “Sólo” es un decir, porque por el número de pistas y lo difícil que es desbloquear algunas de ellas da para mucho. Sin embargo, si tenemos compañía o preferimos jugar on-line, las opciones se disparan tanto como la diversión.
Además de la clásica pantalla partida y del modo más puramente arcade, en el que nuestros intentos para superar al rival se miden en créditos, tenemos un tercer modo que requiere especial compenetración con nuestro compañero de juego y que promete unas buenas risas: el Double Driver. En este modo, ambos jugadores llevamos el mismo coche, por lo que el objetivo será el de manejar los mandos con absoluta sincronización si queremos llegar a la meta. Un consejo: no os lo toméis demasiado en serio. Nunca quedarse encallado en un poste o caer al vacío fue tan divertido, ¡sobre todo si es por culpa del otro!
Si tenemos gente con quien jugar (en uno de los modos pueden hacerlo hasta 16 personas por turnos, compitiendo contra los coches fantasma de los demás), también podemos dejar en manos del azar el modo al que jugaremos. Si entramos a “Secreto” dentro del modo multijugador, tendremos que pulsar una combinación de teclas al azar, y cada una de ellas nos hará entrar en un modo de juego diferente. Ideal para los indecisos.
Y por si todo esto, sumado a las competiciones online, fuera poco… todavía nos queda uno de los rasgos distintivos de la saga TrackMania: el editor de circuitos. Gracias a esta opción, podremos crear nuestras propias pistas tramo a tramo o de forma aleatoria si nos da pereza ponernos a montarlo todo. Sea cual sea la elección, el resultado será el mismo: una fuente inagotable de pistas para jugar hasta decir basta.
Duración
Si habéis leído hasta aquí, os podéis imaginar lo que diremos en este apartado. La duración de TrackMania Turbo puede ser infinita. Ya sólo en el modo para un jugador tenemos 200 pistas a nuestra disposición. O mejor dicho, 200 pistas a desbloquear. Si vamos a por las medallas de oro, los logros y los ránquings nos podemos tirar la vida.
Y si contamos todas las horas que nos puede ofrecer el multijugador, las competiciones online y el editor de pistas, la respuesta es clara: la duración de TrackMania Turbo es… lo que tardes en cansarte del juego. ¿Pero puede llegar a cansar este fantástico arcade de carreras? Posiblemente, como todo, pero yo no lo he descubierto todavía…
Conclusión
TrackMania Turbo nos ofrece una interesante dosis de arcade que ha escaseado en los últimos años, algo que ya de por sí es de agradecer. Los que prefieran la simulación y las licencias oficiales no encontrarán aquí lo que buscan, pero si el objetivo es alcanzar velocidades de vértigo y pasar buenos ratos sin miedo a destrozar nuestro coche, este es el juego ideal.
Podría llegar a echarse de menos más variedad de juego en el modo un jugador, pero la cantidad de circuitos y los modos multijugador y online lo compensan con creces. La única pega real que hemos visto ha sido la de los lags, pero afortunadamente se sufre pocas veces.
Y, por supuesto, el poder crear nuestras propias pistas es un gran aliciente que alarga sobremanera la vida del juego. Bienvenido TrackMania, ¡esperamos que nos sigas visitando!
*Gracias a Ubisoft por habernos proporcionado el material para la review.