En este Top One: 5 juegos indignos de retrocompatibilizarse, hemos analizado los cinco juegos que no queremos que aterricen en nuestras Xbox One.
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Aún con el recuerdo fresco del E3, una palabra que se repitió en varios medios especializados quedó grabada a fuego en la memoria de muchos. Nos referimos al término que describe una victoria aplastante por tres a cero, la palabra que encumbra a la entidad adjudicataria de dicho título como tricampeona indiscutible de cualquier competición o evento. Sí, amigos, nos referimos al vocablo conocido como «TRIPLETE»*
*leer la palabra con eco incorporado y evocando las voces de fondo de un coro de barítonos que simula a un grupo de ángeles que transmite un mensaje divino del Todopoderoso a los simples mortales
Es gracioso ver cómo ese triunfalismo hacia la marca del triple triunfo se haya evaporado hasta el punto de que casi ha desaparecido. Poco se habla ya en los medios de esos tres juegos que se nos vendieron como hegemónico trío de ases. Quizás se sobrevaloraron por dichos medios con tendencia a dar más peso a todo lo tocante a una marca u otra, o quizás estuviese justificado el vanaglorioso triplete y los usuarios, ingratos todos, no le hemos dado la importancia que realmente merecían; la cuestión es que hoy día, un mes y pico después del E3, los temas más candentes y que más pasión generan, curiosamente no tienen nada que ver con los títulos campeones. Sin embargo, mientras ella disfruta de su triunfo, el mundo parece girar en torno a dos temas principales con mucha más trascendencia e importancia: la retrocompatibilidad de juegos de Xbox 360 a One y la exclusividad temporal en Xbox One de Rise of the Tomb Raider.
Desde la redacción, estamos dispuestos a continuar hablando de lo que nos afecta directamente y, teniendo en cuenta las quinielas que fluyen por doquier en las que se especula con los próximos títulos que vendrán a alimentar la retrocompatibilidad; nos hicimos eco de los más votados en esta entrada. Pero nuestras retorcidas mentes se han hecho la pregunta a la inversa. Por este motivo, en este nuevo ranking de Top One, en lugar de preguntarnos por los cinco próximos títulos de 360 que ansiamos que asalten nuestras Xbox One, hemos optado por plasmar en letra impresa los cinco juegos que no queremos que se acerquen a nuestra consola ni por casualidad. Por si os lo estabais preguntando… sí, somos un poco masocas.
IRON MAN 2
Increíble pero cierto, en el quinto puesto, y arrancando este Top, nos encontramos con un personaje de La Casa de las Ideas, lo que es bastante curioso, ya que la entrega basada en la primera película del personaje era un juego notable. Sin embargo esta segunda parte es todo un despropósito. Y es que hay que ser torpe para sacar un juego con peores gráficos que su antecesor, con unos controles ortopédicos y una dificultad irregular y absurda.
Indigna sobre todo que casi no pusieran jefes finales (solo uno al final del juego y otro en una de las fases intermedias). Es que no incluyeron ni al villano de la película en la que está basado, desaprovechando el papelón que nos regalaba Mickey Rourke en la gran pantalla.
Eso sí, siendo sinceros, si no fuese por el doblaje al español, creemos que este juego no estaría entre los peores del catálogo ni en este ranking. El motivo: un solo actor de doblaje (y encima más malo que una escopeta de palo con carcoma) es quien se encarga de poner voz a todos (sí, sí, TODOS) los personajes, ya sean masculinos, femeninos, rusos, coreanos o robots. Ver a la Viuda Negra hablando con la voz de un tío que hace gorgoritos intentando poner voz de tía es muy gracioso al principio, pero al cabo de un rato te entran ganas de ir al estudio de doblaje con un bidón de gasolina y prenderle fuego con los responsables dentro; desde entonces ya no vemos a Scarlettt Johansson con la misma pasión de antaño y… ¡nos han arruinado la vida! ¿No se daban cuenta mientras grababan que la gente no es tonta y que nos íbamos a dar cuenta? La parte en la que el pobre pardillo dobla a un personaje ruso sin saber hablar con acento ruso también es épica. Encima, como en el estudio estarían haciendo un ERE y el chaval decidió que para lo que le pagaban no le merecía la pena esforzarse demasiado en cambiar de voz, llega un momento en que no sabes quién leches está hablando, puesto que hay escenas en las que oyes la voz de Iron Man hablando por el pinganillo con Jarvis y con War Machine a la vez, pero claro, todos con la misma voz. ¡Es demencial!
Lo mejor:
– Tiene algún punto a favor respecto a la primera parte, como por ejemplo la posibilidad de equipar distintas armas y mejorarlas con los puntos obtenidos
– En algunas fases alternarás entre Iron Man y War Machine, no hay diferencias apenas, pero se agradece
– 1000 g regalados
Lo peor:
– En todos los apartados es inferior al primer juego de Iron Man
– La versión española está doblada por un mismo actor: Iron Man, War Machine, Viuda Negra, los enemigos, Jarvis y absolutamente todos los personajes que aparecen están doblados por el mismo chaval con voz de pito
– Escasez de enemigos finales
– La curva de dificulta es una puñetera montaña rusa
– El manejo de Iron Man parece diseñado por un orangután senil y agonizante
PAINTBALL 2009
Y en el puesto cuarto nos damos de bruces con un juego deportivo: Paintball 2009, auspiciado por… Activision, ¡muajajajaja! Parece mentira que una empresa que financia superventas como los Call of Duty pueda hacer un videojuego tan diametralmente opuesto. Cierto es que un juego basado en el Paintball no podía llegar a ser un triple A, pero al menos podrían habérselo currado un poquito.
Para comenzar, llama la atención el título: Painball 2009. Obviamente, los números hacen referencia al año en el que se publicó, pero el juego tiene unos gráficos de 1989, de hace tres décadas. El modelado de los personajes está en 3D, perfecto, pero el resto de los elementos están en 2D y a una resolución que provoca retortijones y nauseas a partes iguales. Esto quiere decir que el público, los árboles, los postes y todo lo demás parecen sacados de un juego de la Atari 2600. Llama la atención los escenarios en exteriores, donde te encontrarás con un vagón de tren con ruedas pentagonales, ¡juas!
En su favor hay que decir que los diez primeros minutos de juego pueden llegar a ser divertidos, pero a partir del tercer o cuarto enfrentamiento entramos en una rutina tediosa. Desconocemos si sacaron las ediciones de 2010 hasta 2015 (no es que no lo hayamos investigado por falta de rigor, es que no se merece que nos esforcemos), pero por el bien de la humanidad esperamos que no haya salido así.
Mención especial a los logros multiplayer, con uno que obliga a jugar y ganar 200 partidas de jugador, y otro que se consigue jugando y ganando 200 partidas igualadas. Supongo que los desarrolladores pensaban que estaban haciendo el juego del año y que la gente estaba impaciente porque saliese a la venta para colapsar los servidores… ¡Y encima hacen falta ocho jugadores para que empiece la partida! No tenemos más remedio que desearle, al que se le ocurrió poner semejante cifra, un ataque de gota galopante y crónico.
Lo mejor:
– 700 g regalados
– Puedes mejorar el equipamiento del personaje y puedes plantear tu estrategia antes de empezar el enfrentamiento; no sirve de nada en la práctica, pero puedes
– Es barato
– La banda sonora
Lo peor:
– Sacarte los logros multiplayer te va a llevar meses o incluso años
– Repetitivo hasta decir basta
– Graficamente es un insulto y genera vergüenza ajena
– Hacer encaje de bolillos también es muy divertido, pero a nadie se le ocurre sacar un juego sobre ello; realmente no era necesario hacer un juego de Paintball
WALL·E
No podía faltar en este ranking un juego de Disney, y en este caso le ha tocado ocupar el tercer puesto del podio a Wall·E. Está claro que los juegos basados en películas son malísimos en general, pero hay algunos que alcanzan el mínimo de calidad exigible como para considerarlos pasables. No es el caso de Wall·E, que se tiene que conformar con una adaptación videojueguil que raya en los límites de lo absurdo. Partimos de la base de que no es un personaje atractivo para un videojuego, ya que controlamos un robotito que simplemente tiene una especie de ruedas dentadas en lugar de pies. Curiosamente puede saltar y tal, pero teniendo en cuenta que los enemigos son escombros y señores gordos sentados en sillas voladoras, pues la verdad es que se te quitan las ganas de echar una partida.
Por si fuera poco está mal hecho. Suponemos que llegó la fecha de estreno de la película y tuvieron que lanzar el juego apresuradamente. Sobre todo se nota en las cinemáticas, que parecen renderizadas con un Spectrum 128; mirarlas reducen drásticamente la vida útil de tus ojos, así que prometednos que las vais a pasar. ¡Menudo festival de píxeles!
En esta aventura te encontrarás con plataformas que desaparecen para que caigas al vacío, cintas transportadoras que se vuelven locas y te catapultan fuera de la pantalla y demás fullerías catastróficas. Todos estos bugs conllevan la muerte de Wall·E, obligándote a comenzar desde el último punto de control. Vamos, que si mueres no es porque seas un paquete, sino porque el juego es más chulo que un ocho y si ve que juegas muy bien te putea para que pierdas y tú a callar. Sacarse los logros de no morir en cada nivel es una auténtica heroicidad pero no porque supongan un reto, sino por culpa de los malditos fallos de programación. Incluso puedes llegar a morir simplemente mientras te desplazas por el escenario; al parecer el pobre Wall·E debe sufrir una deficiencia cardiorrespiratoria y si le haces andar mucho le da una pájara y se te queda en el sitio. Está claro que aún no han hecho la secuela de la película porque llevan desde 2008 volcados desarrollando un monumental parche que arregle este horror.
Lo mejor:
– Es corto y la dificultad brilla por su ausencia
– La banda sonora está sacada de la película
– Es barato
Lo peor:
– Está mal hecho, lo sacaron a la venta sin terminar
– Tiene cientos de bugs que te matan
– Es más divertido pelar cebollas que jugarlo; si hubiesen hecho una especie de Puzzle Game, en lugar de un plataformas, habría quedado algo más chulo
– Los enemigos son escombros y humanos con obesidad mórbida que flotan en el aire subidos a unas sillas futuristas
HANNAH MONTANA: THE MOVIE
El segundo peor juego de este ranking es el de la súper-heronia por excelencia de las adolescentes de la década pasada, la chica que era Miley Cirus de día y que se convertía en Hannah Montana bajo el abrigo de la noche para combatir el mal… Era así, ¿no? En fin, la primera cuestión que se nos vino a la cabeza cuando conocimos la existencia de este juego fue: ¿Era necesario? No vamos a responder a la pregunta, puesto que la respuesta es bastante obvia, gracias por vuestra comprensión.
Técnicamente este título luce algo mejor a nivel gráfico que el que viene a continuación, pero no llega al aprobado ni de lejos. El apartado musical es el que puedes esperar y no defrauda a los seguidores de la Miley de antes de subirse a bolas de acero y lamer martillos con gozo y alegría; el resto de personas se verá obligado a jugar sin volumen si no quiere autoprovocarse una segunda pubertad y que la cara se le llene de granos purulentos.
Este sí que es un juego de chicas «digno», ya que puedes pasear con tu novio, ir de compras, personalizar la ropa de tu armario, ir al insti a tontear con los chicos, cotillear con las amigas, etc, etc. En fin, los típicos clichés fémino-pubertos.
La jugabilidad tampoco existe en este juego, ya que Hannah solo es capaz de andar, y encima con demasiada parsimonia y mucha poca prisa. Por increíble que parezca no puede correr, con lo que ir de una punta a otra de una calle puede sacarte de tus casillas si quieres completarlo rápido para sacar el disco cuanto antes de tu consola. Si no fuese por este detalle, podrías acabar el juego en una hora en lugar de en dos.
Para culminar esta «obra maestra», la campaña consiste en comprar ropa, cantar bailando (QTE’s a cascoporro) y hablar con el novio de Hannah y sus amigas. En resumen, un torbellino de emociones fuertes que te dejará sin aliento constantemente… Como no sabemos si captáis la ironía en la anterior frase, aclarar que lo que queríamos decir en realidad es que este juego es lo que denominábamos cuando éramos niños como «una mi**da empapelá».
Lo mejor:
– Si quieres 1000 puntos fáciles y rápidos para tu perfil el suplicio durará poco por la nula dificultad
– Tener una cuñada, amiga, vecina o hermana preadolescente que lo juegue y lo complete por ti
– Que si lo compras de oferta puedes venderlo por más de lo que te costó
Lo peor:
– Que se llame Hannah Montana: The movie, en lugar de Hannah Montana: The game; crea confusión
– No puedo creer que las adolescentes pijas no puedan correr, y si alguien tiene alguna duda que se lo pregunte a Jason Voorhees, él os confirmará todo lo contrario
– Que tus amigos hagan chistecitos cuando lo ven completo en tu perfil
– El propio juego en sí y en su conjunto
MY HORSE AND ME 2
Y vamos con el número uno del Top, con el juego más indigno de retrocompatibilizarse de todos los tiempos: My Horse And Me 2. No sabemos cómo será el primero, pero la secuela es un pestiño monumental. El título del juego no promete acción frenética, salta a la vista, y está más bien orientado a adolescentes en pleno proceso de fermentación. Para las mentes calenturientas, aclaramos que este no es el título de una peli porno de mal gusto. Sea cómo sea, los que lo jugaron se maldicen todas las mañanas al despertar, antes de tomarse el Cola Cao, y se fustigan con cilicio por no tener un paladar más selecto. Y es que estamos ante uno de los sinsentidos de la industria del videojuego, ya que más que denominarse como ocio digital, este juego debería clasificarse como aburrimiento digital cinco jotas.
El juego no destaca en ninguno de sus apartados, rozando en algunos el cero patatero sin discusión posible o cabida al debate. A nivel gráfico creemos que no llega a igualar ni a la generación de los 32 bits, llegando a mostrar brazos con dos codos. En lugar de música tiene una sintonía que parece sacada del hilo musical de un ascensor de los años sesenta y el nivel de dificultad no es que sea bajo, es que no existe, se fue un día a por tabaco y nunca más volvió. Y es que limpiar la cuadra de caquitas, cepillar al caballo, darle manguerazos, alimentarlo, darle de beber y demás cotidianidades no son divertidas, amigos programadores, y si no que se lo pregunten a los Tamagochis, que ya hace mucho que pasaron a mejor vida. Además, las pruebas de exhibición con el corcel son simples QTE a un ritmo tan lento que podría seguirlas hasta Stevie Wonder con un brazo atado a la espalda.
Por si os lo estabais preguntando, os confirmamos que My Horse And Me 2 tiene el privilegio de ser uno de esos juegos que no tiene nada bueno, salvo que te sacas los 1000 g en pocas horas… No. Se nos olvidaba mencionar la única cosa buena además de eso: el pandero de la protagonista. El personaje que controlamos es una esbelta y joven moza en edad de merecer, enfundada en unos vaqueros ajustados hasta el límite de provocarla un corte de circulación, gangrena en las piernas o incluso un par de paradas cardiorespiratorias. La prenda no hace mayor función que realzar los glúteos de la protagonista, la cual, a sabiendas de que la cámara nos la sitúa siempre de espaldas, la muy zalamera no tiene mejor ocurrencia que desplazarse por el escenario contoneándose de manera sugerente. Lástima que la alta pixelación gráfica nos extrapola a la realidad constantemente, quitándole realismo al prodigioso par de nalgas.
Lo mejor:
– El trasero de la protagonista
– 1000 puntitos para tu perfil en poco tiempo
– Si hay algo más que sea bueno no conseguimos recordarlo, disculpen las molestias
Lo peor:
– No me explico que los creadores de un juego tan malo lo vendan en lugar de regalarlo o destruirlo
– Los gráficos, la música, la jugabilidad y todos los demás apartados
– Es sexista, moñas y aburrido. Las mujeres no se merecen esto. Pensar que una mujer se puede divertir con semejante basura no es digno ni humano
CONCLUSIÓN
El catálogo de Xbox 360 es demasiado vasto como para que albergue mediocridades peores, incluso, que las que hemos comentado, pero estas son las cinco «joyitas» que hemos decidido incluir en el ranking, aunque nos encantaría conocer tú propia lista negra de títulos chungos, de aquellos juegos que probaste y que considerarías un sacrilegio que se adaptasen a la retrocompatibilidad antes que otros títulos de más hondo calado y dignidad técnica.
Seguro que llegaremos a diferencias de criterios y crudas discrepancias, pero lo que nadie puede negar es que los juegos comentados son auténticas perlas en bruto de la mediocridad, de las que la destrucción y el olvido sería un destino de lo más justo para ellos.