En este top os presentamos los que, a nuestro juicio, tienen el dudoso privilegio de coronar el podio de los 5 peores juegos de nuestra querida Xbox One.
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Ni teraflops, ni reescalados, ni 4K, ni leches en vinagre. A los 5 juegos que os traemos en este artículo se las trae al pairo las características técnicas y se ríen en la cara de las tendencias visuales y los benchmarks de la industria. Sí, amigos, justo antes de que diera comienzo la batalla de las resoluciones y las tasas de frames, 5 juegos del catálogo de Xbox One fueron relegados a los rincones más oscuros de las tiendas por un delito que no habían cometido; pero no tardaron en fugarse. Hoy, buscados todavía por los cazalogros, sobreviven como juegos de fortuna. Si tiene usted algún problema con su gamertag y se los encuentra, quizás pueda jugarlos.
Y nada más lejos de la realidad. Porque 4 de los 5 juegos que os vamos a comentar en este artículo son viejos conocidos de los llamados achievements-hunters por ser títulos a los que puedes sacar los 1000 g en un intervalo de 2 a 6 horas a lo sumo. Eso sí, la calidad que atesoran puede hacer que te replantees tus objetivos vitales e incluso que te quite las ganas de vivir directamente. Son como las películas de serie B, esas que mola ver con los amigos para echar unas risas pero que no visualizarías por gusto o en soledad. Son placeres culpables que pueden hacer que tus amigos del Live te borren o te denuncien si ven en el panel de actividades que los estás jugando. Y hablamos con propiedad, ya que el redactor de este artículo no solo ha perdido la cordura por probarlos, sino que amigos y familiares se han quedado por el camino y es probable que jamás vuelva a recuperarlos.
Ahora que llega el calor y que el cuerpo no está para muchos trotes con triples AAA y demás títulos empalagosos a nivel visual y técnico, os presentamos los que, a nuestro parecer, son los 5 peores juegos del catálogo de la consola, los que aparecen en Metacritic con la nota en rojo y los que, con cierta periodicidad, Microsoft los cuela de estrangis en las Ofertas con Gold para ver si así El Tato se anima y acaba comprándolos, aunque sea por error y sin posibilidad de reembolso, por supuesto. Porque estos juegos también merecen un hogar en el que poder acurrucarse al calor de un gamer. Sin más dilación, entramos a comentar estas 5 piezas únicas de la industria. Podéis dejarnos los agradecimientos en los comentarios. De nada.
Le Tour de France 2015
El Cycling está de moda, no lo vamos a negar, pero si hay algo que no ha cambiado desde que existe la televisión, es que no hay nada como sintonizar campeonatos ciclistas para echarte una siesta que pueda empalmar con las horas de sueño nocturno. Con esto no queremos desmerecer este gran deporte, sin embargo reconozcamos que todo lo que tiene de sano le falta de espectacularidad. Quizás este es uno de los problemas del juego, que como los desarrolladores y la productora han utilizado la licencia del famoso Tour de Francia, han querido ser lo más fieles al campeonato y lo más realistas posibles, con lo que no han podido “innovar” y no han incluido mejoras como un sistema de combate o armas de fuego integradas en el morro de la bici para que le diese ese toque de acción del que carece.
Además, los que solo nos hemos subido a una bicicleta para ir de A a B a mayor velocidad que andando, todo esto de las estrategias de rendimiento, consumo de energía, recursos y sincronización con nuestro asesor telemático como que nos suena a marciano y te extrapola de la diversión al caos, dejándote en brazos del desconcierto y del sopor más absoluto. Luego está el tema del apartado técnico, que no acompaña demasiado, con unos ciclistas clónicos, diferenciados únicamente por el color del maillot que portan y un público que se te tira encima como si estuviesen imantados y tú tuvieses los bolsillos llenos de chatarra, obstruyéndote el camino y restándote unos segundos preciosos que te pueden costar el podio.
Y lo más frustrante es que eso solo te pasa a ti. Al resto de competidores del pelotón no se le acercan ni con un palo, quedándote así con las ganas de bajarte de la bici para ponerte a repartir galletas (y no maría precisamente) entre el “respetable”, los cuales por cierto se mueven como una bizarra versión bidimensional de Chiquito de la Calzada. Vamos, que parece más bien un survival horror que un juego deportivo.
Pros | Contras |
Que cuando vas a hacerte un chequeo y el médico te pregunta si haces algún deporte, podrás responder sin complejos que practicas ciclismo. | El Curling es un deporte muy digno también, pero a nadie se le ocurre dedicarle un juego retail. |
Es la solución a tus noches de insomnio. Diez minutos jugando a esto equivalen a una sobredosis de Dormidina. | El ángulo de la cámara hace que te pases todo el rato viendo bambolearse los glúteos de un centenar de tíos sudorosos embutidos en mallas. |
Es un simulador de ciclismo muy fiel. | Es un insulto al ciudadano francés medio. Yo he estado en Francia y la gente no se tira en plancha sobre los ciclistas ni caminan marcha atrás haciendo moonwalks chiquitistaníes. |
Duck Dinasty
Basado en el famoso (en su pueblo) reality del mismo nombre, llegó hace ya un par de añitos la versión jugable de este programa en el que unos red necks hacen locuras en plena naturaleza con todo tipos de vehículos, y entre broma y broma, mientras cazan y pescan. Seguro que os han entrado unas ganas irrefrenables de ver todas las temporadas del programa, pero esperad al menos a leer el resto del artículo; guardemos las formas y el decoro, por favor. Bromas a un lado, la verdad es que el carisma de la familia Robertson es de alto calibre, ya que solo hay tener en cuenta que el show televisivo acumula 6 temporadas, pero lo que toca preguntarse es si cualquier cosa es adaptable al videojuego. A ver, que servidor se lo pasa pipa viendo los pollos que se montan en Pesadilla en la Cocina, pero no me veo reservando con ansia el juego correspondiente ni me motiva ponerme a los mandos de un Alberto Chicote digital pero no menos beligerante.
Por otro lado, no deben existir limitaciones en la industria, y todo concepto que se traslade al ocio digital no tiene por qué ser malo directamente por la fuente de inspiración en la que se basa. Que igual le das las licencia de Duck Dinasty a Rocksteady y te convierte a los Robertson en el nuevo icono del videojuego como ya hicieron con Batman, solo que permítanme albergar mi resquicio de duda, porque estoy seguro de que los chicos de Fun Labs y Activision no eran tan ingenuos como para pensar que iban a innovar ni a liderar los rankings de ventas con este juego.
Más aún cuando la desidia les lleva a crear uno de los apartados técnicos más trollescos que se recuerdan, con unas físicas que llevan al jugador al borde de la demencia, una lluvia torrencial de bugs y con unas mecánicas jugables que pondrían de los nervios hasta a un koala. Todo esto sin olvidarnos del modelado de risa que presentan los personajes, cuyo mayor exponente es la recreación de las barbas de los protagonistas que parecen estar hechas de corchopán en lugar de pelos, y unas melenas que parecen arrobas de paja, en las que podrían anidar una pareja de cigüeñas y si me apuras hasta su prole.
Pros | Contras |
1000 g garantizados en una tarde tonta. | El juego en sí no tiene sentido. Títulos como estos te incitan a desear la existencia de una Santa Inquisición Videojueguil que quemase en la hoguera estas atrocidades paganas. |
Está tan mal hecho que cura la depresión de la risa que provoca. | Gráficamente es tan malo que genera escozor en las escleróticas y te inrita los nervios oculares. Haz descansos periódicos si ves que te entran ganas de arrancarte los ojos. |
Los protas son rednecks endogámicos de la América profunda, ergo derrochan carisma a paletadas. | Que las desarrolladoras se tomen a pitorreo la temática de sus productos y saquen juegos de cualquier cosa. Menos mal que Activision no es española, sino tendríamos las estanterías de las tiendas repletas de juegos como Sálvame Deluxe Polígrafo Edition, Mujeres y Hombres y Viceversa Modern Warrafare o Cámbiame VIP Remake & Remastered. |
Toro
Entramos de lleno en el podio y en tercer lugar del top llega Toro… Seamos francos, a día de hoy la actualidad social de esta fiesta nacional está marcada por los rifirrafes entre taurinos y antitaurinos. Con esta tesitura, no cabe duda de que habría molado mogollón que hiciesen un juego multijugador competitivo en el que ambos bandos se diesen de tortas y tuviesen que enfrentarse por equipos, capturando la bandera, todos contra todos o en un sandbox ambientado en Tordesillas. Pues no, van y hacen un juego de tauromaquia clásica. En fin, que nos reliamos en un capote, que más que un capote parece un tapete de hule de los chinos, y nos ponen a dar mandobles y estocadas, “yujuuuu…“. Eso sí, el equipo de desarrollo al menos se documentó sobre los diferentes pases que se ejecutan en esta disciplina, porque podrás seleccionar entre un montón de ellos. Incluso puedes banderillear al desdichado animal con unas secuencias QTE retardeds, tan sencillas que hasta Kiko Rivera podría completarlas con éxito.
Pero el juego no solo es malo por implementar mecánicas más aburridas que una pelea ilegal de mejillones, sino que su apartado técnico es nefasto. Lo peor de todo son las animaciones, con unos quiebros repentinos del toro que parece que tenga poderes cuánticos. Y el torero tampoco se va de rositas, porque se mueve como si le hubiesen forrado el ojal con pedernal. Esto justificaría que ande ortopédicamente, porque así consigue que las nalgas no rocen entre sí, evitando que salten chispas y el vello inguinal se le prenda en llamas. Otro defecto anatómico del torero es que, al hacer determinados movimientos, le sale la vena mutante y le aparece un segundo codo en uno o en ambos brazos aleatoriamente.
Otro de los poderes de X-Men del torero es que ya le puede cornear el toro setenta y cuatro veces seguidas que ni se muere ni padece; el tío se levanta como si nada, una y otra vez, y sin ni un solo rasguño ni mancha de albero en la ropa, oiga. Parece que Chayanne estaba equivocado cuando cantaba aquello de “como buen torero, me juego la vida por tiiii“. Está claro que cuando escribió estos versos no había conocido al prota de este juego. De jugarse la vida nada porque es un T-1000.
Pros | Contras |
Los extras desbloqueables dan mucha risa, porque son trajes de luces nuevos que luego no puedes equipar y se quedan para hacer bonito en el armario. | Canjeable por los dos primeros puntos del apartado “Pros”. |
Si siempre soñaste con ser un torero indestructible e inmortal, este es tu juego. | Que no hayan implementado luchas multiplayer entre taurinos y antitaurinos. |
Se omiten las escenas de muerte y agonía finales del animal. Y esto lo decimos en serio, se agradece y es todo un detalle. | La tauromaquia es un arte ancestral, pero estamos en el siglo XXI. Ya es hora de sustituir los estoques y las banderillas por sables láser o armas semiautomáticas y a los toros por réplicas biónicas u hologramas digitales. |
Horse Racing 2016
Segundo puesto y seguimos en la tónica de poner a caldo a juegos que incluyen animales. En este caso, al menos, no para matarlos, sino para galopar sobre sus lomos. El tema es que las carreras de caballos entran dentro de ese grupo de deportes de interés pero carentes de capacidad de generar espectáculo. De hecho se suele decir que al hipódromo se va a disfrutar de la emoción de las apuestas, lo de las carreras como que lo dejan ahí en segundo plano.
En fin, resulta que para ganar, en lugar de tener que mantener apretado un botón para acelerar, como en todo juego de carreras que se precie, aquí los desarrolladores pensaron que era mejor hacer que tengas que pulsar continuamente el botón A y que una vez que empieces no pares de pulsarlo, porque entonces el caballo se para y tus competidores, que tontos no son, aprovechan y te adelantan los muy vivos, porque claro, ellos son bots y no se cansan… ¡así cualquiera! Imagina lo que sería pasarte un Forza pulsando reiteradamente, y a toda velocidad, el botón A… Pues eso. El caso es que el campeonato consta de 50 carreras repartidas en 10 temporadas, con lo que al acabar el juego ten por seguro que el dedo gordo de tu mano derecha se parecerá más a un pectoral de Vin Diesel o a una arruga del entrecejo de Carlos Sobera que a un pulgar.
Pero la guasa no acaba ahí, porque el dibujo que aparece en la barra de energía pretende parecerse a la cara de un caballo cuando en realidad parece el jeto de un cerdo encorajinado. Que ya me dirás qué pinta un gorrino en un hipódromo… Luego están los jockeys, los cuales, como en Le Tour de France, parecen hijos de la misma madre, con lo que en lugar de carreras de caballos les podría haber salido más rentable montar un musical: 7 yeguas para 7 hermanos. Luego está el apartado técnico, con unos escenarios vacíos, unos gráficos dignos de un becario del Ikea y un sombreado que parece hecho con lápices de cera. Luego están los caballos, que aunque muestran mejor acabado que los jinetes, tienen una expresión más vacía que los ponis de un tiovivo. Vamos, que el juego está mal hecho a todos los niveles. Incluso la localización es catastrófica.
El estudio ha tenido el “detalle” de traducir los textos a nuestro idioma, pero tenemos la impresión de que encargaron la tarea al cuñao de uno de los developers, que le contaría al hermano de su novia que estuvo en España de intercambio para aprender nuestra lengua cuando en realidad sí que estuvo en nuestro país, pero celebrando la graduación con los amigotes en La Costa del Sol y volvió venido arriba porque le habían grabado haciendo balconing en Callejeros Viajeros. Y es que clama al cielo el crimen que han cometido contra el español, porque hay frases que incluso le darían vergüenza ajena al traductor de Google. Al lado de esto, a Tarzán le tendrían que dar un sillón de honor en la RAE. Encima la tipográfia de las letras con acento es del doble de tamaño que las que no llevan tilde, por no hablar de que algunas frases empiezan por minúscula. Esto ya no es un problema de manejarte mejor en un idioma o en otro, sino de haber pasado la niñez en el parque del barrio leyendo a Dostoyevski (nótese la ironía), en lugar de en la escuela de primaria.
Un detalle gracioso es que nos equivocamos al crear el perfil de jugador y le pusimos Juan Antonio al caballo y Lomo Lacio al jinete; ya podéis imaginaros las risas cuando veíamos las tablas clasificatorias… Luego está el fallo garrafal del sistema de elección del ángulo de la cámara pulsando X. La mayoría de planos funcionan bien, pero el de la cámara cenital es ridículo porque el caballo no aparece en la pantalla y no tienes ni idea de por donde narices estás corriendo. Y el del plano subjetivo es la risión absoluta, porque le ves al cogote al caballo en primer plano y en lugar de pelos en la crin, parece que tiene tallarines de esos gordos, como los de la Semana de Italia del Lidl. En resumen: los responsables de esta atrocidad se han lucido. Me los imagino en la cena de empresa… comiendo todos de un cebadera.
Pros | Contras |
Puedes elegir entre varios caballos e incluso el sexo del jinete. Luego, en pantalla, no hay ninguna diferencia y todos tienen el mismo aspecto de muñeco de tarta de boda de goma eva, pero la libertad de elección la tienes. | Que se venda a cambio de dinero. |
Está muy bien balanceado. Todos los modos de juego aburren por igual. | Que al estudio le de por sacar el Horse Racing 2017. |
Los caballos están tan mal representados y se les ve tan carentes de vida, que no te sientes culpable por azotarles con la fusta para que corran más rápido. Incluso te entran ganas de sacrificarlos para que no sufran. | Jugar al veo-veo con Leticia Sabater es más divertido que esto. |
Ben-Hur
Y vamos con el primer puesto, el peor juego del top. Dice la leyenda que los videojuegos que surgen a raíz de un estreno cinematográfico suelen ser truños o tentativas de truños. Pues imaginad el esperpento jugable que puede salir de una película tan rematadamente mala como es la versión de Ben-Hur que estrenaron el año pasado. Más aún si tenemos en cuenta que el videojuego homónimo no es tal, sino un spot publicitario jugable. Nos explicamos: fue lanzado simultáneamente con el estreno de la película en la store americana y de manera gratuita porque solo incluye unas insulsas y escasas carreras de cuadrigas. Claramente se trataba de un reclamo para que la gente se picara con el juego y acabase yendo a la carrera a la taquilla para ver el film. Sin embargo, el efecto fue el contrario. El juego era tan nefasto que si tenías algún interés en la película, este se desintegraba tras la primera partida.
Los gráficos no es que sean malos, sino que rozaban el insulto. El motor de colisiones parece diseñado por un kinki poligonero y el diseño de niveles podría usarse en simposios de programación como ejemplo de lo que nunca hay que hacer. Y es que la excusa de “Vale, hemos hecho una videocaca pero ¡eh, es gratis!” es tan pobre y tan poco creíble como cuando le decíamos a nuestros padres que habíamos suspendido matemáticas porque el profe nos tenía manía. Porque, ¡alma de cántaro!, para hacer una mierda de juego gratuito, mejor no lo hagas. Como diría José Mota: si hay que programar un juego, se programa, pero programarlo pa na es tontería.
Pros | Contras |
1000 g en un plis plás. Un servidor lo completó mientras esperaba a que mi mujer se arreglara para ir a una boda. | En dos palabras: to-do. |
Si tiene algo bueno más, se me ha pasado por alto. Pido perdón, no volverá a ocurrir. | Que no se ilegalice su distribución. ¡Por Dios Bendito!, es gratis, ¡gratis! Incluso pueden descargarlo y jugarlo los niños. ¡¿Es que nadie va a pensar en los niños?! |
De verdad, no es broma, me he esforzado pero no he encontrado nada positivo. | Un clásico del cine como Ben-Hur no se merecía un remake tan malo ni un juego tan repulsivo. |
Pues nada, hasta aquí el ranking. ¡Qué a gusto nos hemos quedado! ¿Y vosotros? ¿Estáis de acuerdo con la selección? ¿Añadiríais algún otro? ¿Salvaríais a alguno de la lista? ¿Cambiaríais alguno de posición? ¡Feliz verano a tod@s!