Todo gamer sabe que hay juegos imposibles pero aún así los sigue deseando y esperando. Aquí os presentamos nuestro TOP 10 de esos títulos.

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No nos engañemos. Fantasear con que la realidad albergue nuestros deseos jugones es muy gratificante. Y la vez no. Quiero decir que mientras cerramos los ojos y nos dejamos invadir por la fantasía lo pasamos bien, pero cuando abrimos los ojos y respiramos el asqueroso aire de nuestra ciudad postindustrial nos llega el bajón. Sobre todo cuando tras las conferencias del E3 comprobamos que, una vez más, nuestros sueños no se han hecho realidad. Da igual, el año que viene los volveremos a esperar con ilusión.

Cualquiera que no sepa nada de nuestro mundillo pensaría que somos unos ilusos sin remedio. Lo que no saben es que por cada 100 veces que no tenemos lo que anhelábamos, la industria del videojuego nos concede un deseo. El último ha sido Beyond Good and Evil 2. Nosotros necesitamos muchísimo para decaer y muy poco para volar. Recordemos que el hype es nuestra arma de doble filo preferida.

En fin, que los redactores estrella de Generación Xbox nos hemos vuelto a juntar para escribir este TOP 10. Sí, somos La Experiencia Elodie y Gonzalo protagonizada por Javier. Y si seguís leyendo descubriréis cuáles son nuestras fantasías más húmedas en lo que respecta a videojuegos que sabemos que son imposibles de jugar en ningún futuro ni en ninguna realidad paralela, pero que igualmente seguimos deseando.

10. Ninety Nine Nights 3

Pienso que a la saga Ninety Nine Nights, exclusiva de Xbox 360, le pasó igual que a Ryse: Son Of Rome. Fue víctima de unos análisis mediocres que no dedicaron ni dos horas a jugarlo. Tanto el primer Ninety Nine Nights como su continuación ya habían sido juzgados antes de empezar a jugar. Llegué a leer en un análisis profesional que señalaba como uno de los puntos flacos de Ninety Nine Nights 2 era que tenía pocas magias. En realidad tenía 50 magias pasivas y 50 activas. Lo mejor es que cada una de esas 100 magias estaba tan bien diseñada que evitaba lo que hubiera sido normal en una cantidad de posibilidades máginas diferentes, que varias fueran demasiado parecidas a otras. Aquí eso no pasaba.

El primer Ninety Nine Nights estaba más enfocado al combate cuerpo a cuerpo. Las armas tenían todo el protagonismo y cada personaje contaba con la suya propia. Con muchísimos movimientos y un par de ataques especiales devastadores. Cada uno con su historia que se desarrollaba en una cantidad de mapas semiabiertos y enormes más que suficiente para darle decenas de horas. Todas ellas divertidas. En la segunda parte se mantuvo la buena idea del primero que consistía en contar la historia desde el punto de vista de varios personajes y la jugabilidad en lo que a los mapas se refiere. Sin embargo se dio mucha importancia a las magias aunque las armas seguían teniendo protagonismo. Se añadió un multijugador cooperativo con varios modos muy divertido.

Personalmente me encantaría ver anunciado el Ninety Nine Nights 3 para Xbox One que uniera lo mejor de las dos anteriores. Que volvieran a centrarse en los combos con las armas manteniendo la importancia de las magias, con un multijugador cooperativo más trabajado y con más opciones que el de la segunda entrega de la franquicia. Tampoco estaría mal que mantuvieran y ampliasen el armamento disponible. Un salto semejante al que dieron de la primera a la segunda parte. Volver a despachar a cientos de enemigos en nuevos mapas enormes y semiabiertos, con varios caminos para explorar sería una experiencia jugable que estoy deseando disfrutar.

9. Perfect Dark 2

Otro juego nacido en Nintendo 64 en el año 2000, que ponía al límite la consola con expansión pack conectado debido al apartado gráfico de la época. En 2005 tras la compra de Rare por parte de Microsoft, se pasó el desarrollo de Perfect Dark Zero de Game Cube a Xbox, y después pasó a ser un título de lanzamiento para Xbox 360. Una precuela que aunque me encanta no está a la altura del original, que se reeditó en 2010 como un remake en Xbox Arcade para la máquina de séptima generación de los de Redmond.

Es por eso que pido una segunda parte que se asemeje al original, y que me enganche haciendo que no pueda soltar el mando como lo hizo aquél, que hasta la llegada de Halo ha sido mi shooter favorito en consolas. Porque Joanna Dark es mucho Joanna Dark. La historia es digna de una película de ciencia ficción, con conspiraciones corporativas, sabotajes y espionaje.

Una de las cosas que siempre me ha gustado son sus niveles de dificultad, los cuales además de añadir más vida a los enemigos y menos a tí, son los objetivos extra para cumplir. Si es fácil es un paseo y si vamos aumentando la dificultad se añaden objetivos a cumplir para pasar el nivel, las armas tienen todas un segundo modo de disparo, algo que en la época no era muy común. Microsoft tiene una IP desaprovechada a la que podría sacar mucho partido si decidieran continuar con la saga. Algo que en mi opinión están tardando en decidir, lo que hace que me pregunte en qué estarán pensando para no hacerlo ya.

8. Kameo 2

Sale nuestro querido Phil Spencer con su campechanía habitual. Se resbala un poco mientras pide que alguien limpie el suelo. La audiencia está en éxtasis. ¿Pero cómo van a poder remontar esto, por Dios? ¿Cómo? “Cuando empezamos nuestras andadas con Xbox 360…” Phil se pone serio, nostálgico “… Hubo un grandioso juego que nos acompañó y que puede que no se llevara toda la atención que merecía”.

Intriga, el público comienza a despertarse de nuevo. “Y en Xbox One, vamos a darle el reconocimiento que se merece con una segunda parte para la historia”. Kameo, uno de los juegos de aventura por antonomasia del pasado decenio, infravalorado hasta los topes, vuelve con más criaturas, mejores gráficos y más diversión. Niveles acojonantes, puro frenesí y delirio plataformero de la mano de los mejores, Rare, que acabado el desarrollo de Sea of Thieves se han puesto manos a la obra en una nueva maravilla que se apoyará, sobre todo, en el juego en cooperativo de sofá. Vuelven los días de gloria. Los asistentes se levantan del asiento, muchos se han quedado allí tendidos, demasiadas emociones para un solo día. Entonces, las luces se encienden y yo me despierto.

7. Dragon’s Dogma 2

Cuando lo jugué por primera vez me enamoró. Mientras lo rejugaba gracias a la formidable expansión Dark Arisen pensé que era el mejor juego de rol de Xbox 360. Ahora que ha pasado el tiempo y se han enfríado los sentimientos considero que es uno de los tres mejores juegos de rol que he jugado en toda mi vida, colocándolo a la altura de juegazos como Fable 2 y Final Fantasy VIII. Es que lo tenía todo, recuerdo estar investigando dentro de una mazmorra y sentir verdadero amor por el diseño de los escenarios. No me olvido de la adicción que me provocada su jugabilidad en los combates. ¡Y las clases! ¡Si hasta podías combinarlas! Ver a mi personaje trepando por la chepa de un ogro gigantesco para destrozarle la cara con las dagas me produce una más que placentera nostalgia.

¿Y los peones? ¿Los dragones? ¿El mapa enorme y totalmente abierto? ¿Los cambios que producía la noche? ¿El arsenal? ¿Las misiones secundarias? ¿La variedad de enemigos? ¿El crafteo? ¿El Ur Dragon? ¿La historia? ¿Su rejugabilidad? Todo era fantástico. El Dragon’s Dogma merece una segunda parte que, para mejorar a su antecesor, solo necesitaría un cooperativo a cuatro y un mapa más grande. Ya que sus desarrolladores saben como mantener y profundizar acertadamente todo lo demás, como ya pudimos comprobar en Dark Arisen, una de las mejores y más completas expansiones que han salido en los últimos años.

6. Blue Dragon 2

5. Conker’s Bad Fur Day 2

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Desde que se lanzase en el año 2001 para Nintendo 64 me enamoré de este juego. Tuve que recurrir a la emulación porque Nintendo no lo trajo a España por su violencia. Yo le tenía puesto el ojo encima en desde que se anunciase un simpático juego de plataformas llamado Twelve Tales: Conker 64, el cual era muy distinto a lo que hoy describo salvo que era un plataformas. El título fue criticado en su presentación por su temática más orientada a un juego para todas las edades al estilo Banjo & Kazooie, por lo que Rare decidió cambiarlo y convertirlo en Conker’s Bad Fur Day.

De planteamiento para todas las edades pasó a ser un juego gore, con temas sexuales, violencia, humor escatológico y parodias de varias películas. En definitiva un juego muy gamberro, pero que me encantaba por eso mismo, esta ardilla era muy mal hablada y además en varios momentos rompía la cuarta pared para hablar con el jugador, nosotros. La historia principal era llegar a tu casa después de una fiesta con resaca incluída, como veis no era una narrativa muy profunda que digamos pero lo bueno radica en cada momento que pasabas para llegar a casa. Ahí estaba la chicha del juego y por eso  quiero una segunda entrega que me haga vivir lo mismo que la primera, quiero que vuelva la ardilla gamberra por la puerta grande y no solo como cameo.

En los momentos cercanos a la salida de Rare Replay Chris Seavor, el creador del juego, dijo que ya estaban mayores y que no pensaban de la misma manera que cuando hicieron Conker’s Bad Fur Day, por lo que es muy difícil una secuela. Sin embargo la esperanza es lo último que se pierde. Es cierto que tuvimos un remake en 2005 llamado Conker Live & Reloaded que no funciona en 360 ni es retrocompatible en One. Yo solo pido una cosa: si no va a salir esta segunda parte, con un remaster me confomo.

4. Ryse: Son of Rome 2

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Los que lleváis leyendo esta web desde hace tiempo ya sabréis que soy un fan declarado de Ryse: Son of Rome, no solo hice públicos mis sentimientos en un texto, sino que conseguí el 100% de sus logros, DLCs incluídos. Y además ya he deseado en otras ocasiones la llegada de su continuación. Tal y como he comentado en la entrada de Ninety Nine Nights 3, Ryse: Son of Rome fue víctima de unos análisis mediocres que nunca estuvieron interesados en dar una oportunidad a la historia de Marius Tito. ¿La mejor prueba? Que casi nadie habló de su espectacular multijugador ni de los enemigos que salían a partir de la mitad de la campaña. Una sospecha que más tarde se vio confirmada.

Ryse: Son of Rome tuvo la mala suerte de llegar en el momento en que estaba de moda meterse con Microsoft por la desacertadísima conferencia del E3 de 2013 en la que la presentación de Xbox One por parte de Don Mattrick y su equipo dejó muchísimo que desear. Tanto cuando estuvieron en el escenario como fuera de él. Se buscó una cabeza de turco y le tocó a Ryse: Son of Rome. No iba a ser Dead Rising 3 teniendo detrás a Capcom ni tampoco Forza Motorsport 5 con una credibilidad de acero forjada a base de buen hacer en anteriores entregas y con una nutrida base de fans detrás.

Ryse: Son of Rome era una nueva IP y cuando se supo que su campaña principal no llegaba a diez horas ya no hubo más que hablar. Sin embargo no he conocido aún a nadie que lo haya jugado y no le haya gustado mucho. Sus combos, el focus, su guión maduro, la rejugabilidad de la campaña, sus espectaculares gráficos y el multijugador han gustado a todos. ¿Quick Time Events? No os engañéis, de eso no había en Ryse: Son of Rome.

No sé vosotros pero yo me muero de ganas de un Ryse: Son of Rome 2 o Ryse: The Empire o como se le quiera llamar. Que mantenga la adictiva jugabilidad del primero, que abra un poquito más sus escenarios, que permita un cooperativo a dos en la campaña y a cuatro en el multijugador.

3. Proyecto sin título de Peter Molyneux

Seamos sinceros, si alguien puede salvar este año o futuro E3 es o Peter Molyneux o Hironobu Sakaguchi. Queremos proyectos ilusionantes. No, no los queremos, los necesitamos. Repletos de hype, rebosantes de locura, que nos hagan reír, saltar, recorrer el pasillo de nuestra casa tres veces, arriba, abajo, arriba, abajo. Da igual que sean irrealizables, titánicos o utópicos si ante todo son brillantes. Y por ello necesitamos mentes lúcidas, como las de Peter Molyneux, el mago, el puto mago del hype. Y sí, señores, creo que toca resucitar a Milo. ¿Por qué? Os preguntaréis. ¡Pero qué dices, cállate ya!

Pues no, hay un motivo detrás, para demostrar que hasta los proyectos más muertos pueden volver a la vida de una forma incluso más gloriosa. Imaginaos esto, poneos en situación. Se apagan las luces en la presentación de Microsoft en el E3. Aparece Milo, más definido, con más color en las mejillas, ya no parece que se le haya muerto su madre, de repente, la cámara se acerca, nos metemos dentro de la pantalla, las ropas de Milo han cambiado, ahora porta un atuendo medieval acogedoramente familiar. Coge una luz entre las manos. Pam, double combo break, el nuevo Fable, protagonizado por Milo, primer juego de Realidad Virtual de Microsoft. Lloros, fluidos, orgamos. Se encienden las luces.

2. Alan Wake 2

Bienvenidos de nuevo a Bright Falls, eso me gustaría deciros de tener esta secuela anunciada, pero no parece que Microsoft y Remedy estén por la labor. No les veo ni anunciándolo durante este 2017. Su primera parte además de una narrativa fantástica presumía de un apartado técnico de infarto, la iluminación es de lo mejor que he visto en esa generación, un thriller psicológico de la mano de nuestro querido Sam Lake que tan buenas historias nos ha dado.

Alan Wake fue aclamado por la crítica por el público. Está considerado el mejor juego de 360 de 2010 y el mejor de su género, con una ambientación digna de un libro de Stephen King, además de presentar referencias a él, al señor de los anillos, a El Resplandor y a Los Pájaros entre otros.
Tal y como termina el juego se da a entender que una o varias secuelas estaban al menos planeadas para esta IP, pero tras el paso de los años solo hemos recibido el añadido Alan Wake’s American Nightmare, que se puede jugar sin necesidad del original, y que cuenta una historia con otros personajes. En Quantum Break hicieron un cameo en el campus universitario en el cual se ve un tráiler titulado Alan Wake’s Return, pero Remedy confirmó que era una simple referencia, dejándonos con las ganas de un nuevo Alan Wake. Espero que en algún momento anuncien la tan esperada secuela, para volver con nuestro escritor favorito y ayudarle en su periplo.

1. Lost Odyssey 2

Las luces se han encendido. Vemos a un señor japonés avanzando por el escenario. Nos frotamos los ojos, nos palmeamos en la cara. Sí, es él, ¡Hironobu! Lleva sus gafas, la chupa de cuero, ha nacido para estar bajo los focos, es una jodida estrella del rock. El responsable de resucitar y hundir la saga Final Fantasy. Maestro y destructor de mundos. Se confiesa, todo lo bueno que dijo sobre Final Fantasy XV era porque le había pagado Square Enix. Pero nunca más. Se acabó. Final Fantasy XV es basura, chicos. Ponzoña de la buena, el juego que deberían haber enterrado en los desiertos de Arizona en vez del ET de Atari.

Yo, Hironobu Sakaguchi, voy a sacar al JRPG del fango en el que se encuentra. Y lo voy a hacer con Lost Odyssey 2. Vuelven las batallas por turnos, los combates aleatorios y las magias, pero las de verdad. Algo estalla en el escenario y aparece una cortina de humo, Sakaguchi ha desaparecido y en las pantallas se ve un tráiler. Cooke y Mack aparecen en sus versiones adultas, a su lado, Sarah y Kaim, inmutables al paso del tiempo. A medida que la monarquía de Uhra empieza a colapsarse, Kaim se ve sacudido con unas visiones que le muestran el camino a Seth. Títulos de crédito, una fecha, 2018. Más lloros, fluidos a litro y orgasmos múltiples. Luces arriba.

Estos son nuestros títulos imposibles pero no por ello menos deseados. ¿Cuáles son los tuyos?