Análisis de The Golf Club

Los canadienses HB Studios no son un estudio muy conocido y sin embargo llevan ya una buena cantidad de títulos desarrollados a sus espaldas.

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Los canadienses HB Studios no son un estudio muy conocido y sin embargo llevan ya una buena cantidad de títulos desarrollados a sus espaldas. Especialistas en juegos deportivos, con The Golf Club han dado un paso al frente y han apostado por un simulador de golf que nos ofrece un alto componente social gracias a su conexión permanente a la red.

The Golf Club busca ser en realidad una especie de club de golf virtual donde podremos, además de jugar, ver nuestras estadísticas, compararlas con las de otros jugadores e incluso, crear nuestros propios campos y torneos. Pero no sólo eso, sino que además podremos compartir nuestras creaciones con el resto de la comunidad sin importar en qué plataforma hayamos creado nuestro campo o torneo. Una interesante opción que ofrece un sinfín de posibilidades al nuevo título de golf de HB Studios.

Pero no todo en The Golf Club es positivo y, de hecho, cojea bastante en alguno de sus aspectos. Un simulador de golf muy cuidado en muchos de sus apartados  pero no tanto en otros. Entremos en detalle.

Apartado Técnico

The Golf Club funciona con el famoso motor gráfico Unity, conocido por su gran versatilidad pero que a su vez, si no se usa de forma adecuada (o con el juego adecuado, como es el caso) puede cojear en alguno de sus aspectos. Aunque en general The Golf Club a simple vista goza de un aceptable apartado gráfico, las preocupaciones empiezan a surgir si profundizamos más en este apartado. El aspecto de los personajes es malo, para que nos vamos a engañar, y dista mucho de lo que podemos esperar de un juego de la nueva consola de Microsoft, con escasez de detalles y muy básicos los presentes.

Otro cantar es el aspecto de los campos de golf. Ahí el juego muestra algo más de detalle y si bien no ofrecen unos detalles dignos de la nueva generación de consolas sí logran convencer al jugador de estar realmente en un campo de golf. Pero donde el juego cojea claramente, gráficamente hablando, es en las distancias y horizontes. Todo el entorno que rodea al terreno de juego es sencillo y pobre en detalles. Tanto si nos encontramos en un campo en pleno bosque o en el desierto, el horizonte se ve borroso y a medida que los objetos se alejan del jugador van perdiendo detalle de forma alarmante. Es cierto que en un título de estas características esto no es algo que influya demasiado en la jugabilidad, pero sí merma considerablemente el apartado gráfico.

Pero no todo es negativo en The Golf Club y es que, a pesar de su poco elaborado apartado gráfico sí hace gala de un gran nivel de detalle en otros aspectos técnicos. El sonido en el juego es muy realista y está muy bien implementado: cada palo con su propio sonido al golpear la bola, ésta desplazándose por el aire o por el suelo o bien cayendo al agua o a la arena. Ahí The Golf Club nos convence y nos deja altamente satisfechos. En los menús del juego suena una melodía tranquila y relajante. Durante nuestra partida no habrá música sino el sonido ambiente propio de un campo de golf: pájaros cantando en la lejanía, insectos aleteando sus alas y el sonido del viento cuando sopla con fuerza. Un detalle que nos ha parecido muy acertado y que indica que el juego ha sido hecho con cariño, es que al soplar el viento en una dirección y fuerza determinadas, todos los elementos en pantalla se mueven al son de éste: las nubes, las ramas de los árboles, los arbustos, las banderas y por supuesto, la pelota.

En cuanto a iluminación simplemente cumple y no ofrece nada interesante a destacar, más allá de los reflejos del sol y otros elementos en los lagos de agua, que son convincentes pero nada que no hayamos visto ya en cualquier otro juego de esta modalidad deportiva. Las físicas y movimientos, sobretodo de la pelota, se comportan de forma realista y convincente, aunque las animaciones del personaje son algo limitadas en cuanto a variedad. Por supuesto todos los sacrificios gráficos que soporta el juego nos aseguran una experiencia de juego con frames estables en todo momento y sin apenas tiempos de carga.

Aunque el juego viene completamente traducido al español, con alguna que otra falta ortográfica, hay que decirlo, el narrador que explica todo lo que va sucediendo durante el torneo habla en inglés, aunque ésta voz en off puede desactivarse en el menú de configuración del juego.

Jugabilidad

La jugabilidad es, sin duda alguna, el punto fuerte de The Golf Club.

Los controles del juego son fáciles de manejar pero difíciles de dominar. Para golpear la pelota usaremos el stick derecho del mando moviéndolo de atrás hacia delante, algo que dota de más realismo el esquema jugable que si simplemente pulsáramos un botón. Obviamente como más rápido movamos el stick, con más fuerza vamos a golpear la pelota. Como en todo juego de golf, a la hora de realizar el lanzamiento, hay que tener en cuenta la fuerza y dirección del viento, que influye de forma muy acertada en la trayectoria de ésta en el aire. Con el stick izquierdo decidiremos la dirección en la que queremos que vaya la pelota, sin más. Los demás botones del mando tienen la función de mostrarnos una mejor perspectiva del terreno de juego y también nos permiten alternar entre los distintos palos disponibles, cada uno con su función y características concretas.

Si por algo destaca The Golf Club es por su vertiente social y por su elaborado y sobresaliente editor de campos. El juego está en todo momento conectado a Xbox Live, aunque podemos jugar offline aún con todas las limitaciones que se derivan de esto en un juego de este tipo. Podremos jugar un torneo en solitario, agregar otros jugadores “fantasma” o bien jugar con hasta 4 oponentes en un mismo torneo. Al jugar contra ellos simplemente veremos moverse la pelota de cada uno de ellos en tiempo real, pero no veremos otras personas moverse por el terreno de juego. En este sentido, The Golf Club cumple bien y nos picaremos en más de una ocasión con alguno de nuestros adversarios. Destacar que la conectividad funciona estupendamente y en ningún momento hemos sufrido lag ni fallos en la conexión. En ese sentido todo funciona muy bien, con una gran agilidad y facilidad de uso.

Y entremos ya en el plato estrella que nos ofrece The Golf Club: el editor de campos y torneos.

En primer lugar deberemos elegir si queremos crear simplemente un campo o todo un torneo, es decir, una sucesión de campos. En cada uno podremos insertar un máximo de 18 hoyos, personalizables todos ellos. Cada campo deberá tener una temática que tendremos que elegir de antemano. Éstas son: rural, alpino, otoño o desierto. Una vez elegida la base entraremos de lleno en el editor. El juego nos permitirá elegir la cantidad de vegetación, agua y colinas que queremos sobre el terreno y en función de eso calculará automáticamente dónde debe ir cada uno de los hoyos.

Una vez los hoyos sean asignados sobre el terreno, podremos empezar a personalizarlos uno por uno o bien editar todo el terreno de juego en general. Ahí es donde el editor despliega todo su potencial. Podremos decidir de dónde viene la luz del sol, en qué momento del día queremos jugar en ese campo (incluso de noche) y añadir todo tipo de objetos como son vehículos, puentes, edificios, plantas, rocas, señales e incluso animales (ballenas incluidas). Una cantidad de contenido realmente sorprendente. Además, por supuesto, podremos crear montañas, ríos, depresiones, distintos tipos de superficies, etc. Todo a nivel general y hoyo por hoyo.

Cuando acabemos de crear un campo (o torneo) este se subirá automáticamente a los servidores de The Golf Club y estará disponible para todo el mundo, sin importar en qué plataforma de juego lo hayamos creado (Xbox One, PC o PlayStation 4). Al iniciar cualquier partida podremos elegir en qué campo (o campos) jugar: en los oficiales creados por los desarrolladores del juego o bien en el resto de campos, creados con el mismo editor pero por toda la comunidad de jugadores. Dará igual en qué campos decidamos jugar ya que las estadísticas son iguales en cualquiera de ellos aunque, por supuesto, en los creados por los jugadores puede haber algunas opciones distintas a las que vienen activadas por defecto en los campos oficiales del juego.

Duración

Al tratarse de un simulador, The Golf Club ofrece una duración ilimitada o, mejor dicho, hasta que nos cansemos. El juego por sí solo no ofrece una gran cantidad de contenido desbloqueable y de hecho, las opciones para personalizar a nuestro golfista son mínimas y se reducen a cambiarle la gorra, los guantes, el polo, los pantalones y los zapatos…y tampoco hay una gran variedad entre cada uno de estos apartados.

Realmente el juego se nutre básicamente de su editor de niveles y las posibilidades jugables que este nos brinda. Por tanto, nos ofrece las horas de juego que queramos echarle y lo dispuestos que estemos a usar su potente editor. Evidentemente la cantidad de campos disponibles para jugar es sobrecogedora pero al final todo se reduce a jugar al golf, sin más alicientes ni contenidos desbloqueables que nos inciten a tener un objetivo real, más allá de ascender en las tablas de clasificación.

Conclusión

Al jugar a The Golf Club no sabes si estás jugando a un juego de golf o bien manejando un completo editor de campos con sus correspondientes ensayos y pruebas. Bien es cierto que su esquema jugable es muy realista y detallado. Está bien elaborado y convence. Todo se comporta bien en pantalla, pese a sus (¿imperdonables?) defectos gráficos. Destacan ante todo su realismo jugable, su alto nivel de conectividad social y su completo editor; fácil y sencillo de manejar.

Si eres un apasionado de este deporte y te gusta diseñar pacientemente terrenos de todo tipo en los que jugar, The Golf Club es tu juego siempre y cuando estés dispuesto a perdonarle sus defectos. Si buscas un juego de golf más arcade y rejugable, mira para otro lado porque el juego de HB Studios no te va a convencer.

The Golf Club ya está disponible en la tienda digital de Xbox One a un precio de 34,99 eur.