Una pequeña reflexión sobre la ausencia de escenas sexuales en el videojuego basado en la serie de HBO, "Juego de Tronos".
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Cuando pensamos en Juego de Tronos, Canción de Hielo y Fuego para los puristas, muchas cosas son las que nos vienen a la cabeza. Traición, violencia, sangrientas alianzas, cabezas empaladas, dragones, magia y sexo, mucho sexo, sobretodo si hemos visto la serie de televisión que HBO produce y que se está convirtiendo en todo un fenómeno de masas.
Algo que la desarrolladora de videojuegos Telltate Games ha aprovechado para sacar adelante Game of Thrones, un videojuego point-and-click que sigue la historia de una familia de Poniente creada especialmente para la ocasión y que se sitúa en plena Guerra de los Cinco Reyes.
Si por algo se ha caracterizado esta popular desarrolladora es por su capacidad de adaptar universos ajenos para producir historias propias y de gran calado. Su primera gran aparición en el panorama fue con el excelentísimo videojuego The Walking Dead, un producto que superaba con creces el material de origen, tanto el cómic como la serie de televisivo. Aunque les viene de lejos, con Bone: Out from Boneville inauguraron su andadura en esto de las aventuras gráficas, y lanzaron productos de grandes franquicias como Jurassic Park o CSI, aunque ninguna tuvo el éxito y reconocimiento crítico de The Walking Dead.
Ahora, con Game of Thrones han conseguido traspasar a los mandos la sensación de peligro constante que vivimos tanto lectores como espectadores de la serie, y en vez de ser pasivos observadores del juego de tronos, nos ponemos en la vorágine del conflicto para, con nuestras decisiones y diálogos, ser los verdaderos sufridores directos de aquello que implican y encierran nuestras palabras. Las argucias diplomáticas, las intrigas en la corte, la acción que no deja espacio al suspiro, todo esto está perfectamente implementado y adaptado, ¿pero qué ha pasado con uno de los pilares fundamentales que sustenta la saga? ¿Dónde está el sexo?
Y no, no clamamos al cielo está pregunta porque nos encante ver a miles de pixeles en plena acción coital por mero placer visual, si no porque si algo nos ha enseñado la prosa de George R.R. Martin, autor de las novelas, es que las escenas sexuales son de una importancia capital para la trama, para el entendimiento de los personajes (¿qué mejor momento que ese?) y para enriquecer un universo que así se siente tan real como cualquier otro.
Muchas veces se pregunta Martin porque la gente se lleva las manos a la cabeza cuando describe con todo lujo de detalles una escena de sexo oral pero que nadie alce ni un solo grito cuando hace lo propio en una escena de violencia donde ruedan cabezas y llueven tendones. La serie de televisión, abanderada por HBO, ha entendido muy bien el papel crucial que juega el sexo en los libros y lo ha adaptado, quizá demasiado entusiastamente, convirtiéndolo en una de sus señas de identidad y, en ocasiones, objeto de mofa.
¿Qué le impide a Telltale Games dar el paso? Lo único que hemos podido ver en los cinco episodios ya concluidos ha sido a, ** SPOILER ALERT**, Rodrik y Eleana en una escena de después. ¿Son los videojuegos un medio al que aún le falta madurar en cuanto al sexo? ¿Aún no hemos dado ese paso? ¿Puede Telltale Games, al igual que hizo HBO en su día con series como Oz o Los Soprano, poner los puños sobre la mesa e introducir un sexo adulto, con sentido y sin gratuitidad, a las tramas de los videojuegos?
Hay ejemplos de videojuegos que lo han intentado y han triunfado. Más allá de casos como God of War, donde la gratuitidad impera, creadores como David Cage, responsable de juegos como Fahrenheit, han introducido escenas sexuales relevantes que excedían la anécdota y pasaban a formar parte de la trama y el desarrollo de los personajes. Y si nos pusiéramos a buscar encontraríamos muchos más ejemplos, incluso dentro de algunos trabajos del propio estudio como The Wolf Among Us; no obstante os animamos a hacer en los comentarios. Pero tampoco queremos confundiros, no tenemos nada en contra de lo gratuito en el sexo, si no que queremos que los videojuegos den un pasó más allá y puedan introducirlo de todas las maneras y diversidades posibles a sus historias.
Telltale Games con Game of Thrones podría haber cogido el testigo de HBO y trasladarlo al mundo del videojuego. Naturalizar el sexo, implementarlo, normalizarlo. Porque no hay nada más natural que el sexo en esta, nuestra vida. No nos pasamos los días cercenando cabezas ni conquistando reinos, nos los pasamos practicando uno de esos grandes placeres que nuestro cuerpo nos ha proporcionado, aquellos que tengan suerte, claro. El tiempo en el que tan solo podamos soñar e imaginar mundos y personajes con los que poder evadirnos debe acabar. Debemos empezar a introducir dosis de cruda realidad en el videojuego para dotarlos de esta madurez que aún le falta.
Sí, seguimos queriendo Marios, seguimos queriendo Halos, pero también queremos videojuegos que sean lo suficiente valientes como para mostrar la realidad del mundo, que puedan equipararse al cine, a la literatura, para alcanzar un grado total de madurez temática (aunque cada vez hay más ejemplos de esto, sobretodo en el indie, algo que daría para todo otro artículo).
El arte del videojuego, a todos los niveles de producción, desde el mainstream al indie, debe tomarse en serio a sí mismo de una vez, y verse como un vehículo para contar historias tan válido como el cine o la literatura, en el que no haya ningún tema tabú o intratable.
Que el sexo entre, con toda su fuerza, a cualquier videojuego que lo necesite, y sin duda, no hay un caso más claro y más necesitado que Game of Thrones de Telltale Games. Y si no, que se lo digan a los fans del juego.