Analizamos cuales serán las consecuencias de que Microsoft entre en el juego de la realidad virtual.
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Ayer dábamos la noticia de que por fin Microsoft ha levantado el veto a la realidad virtual y ha decidido mover ficha. Aunque no lo hace solo, lo hace acompañado de otros actores como Lenovo o Asus entre otras marcas. La idea es gestar un estándar que parta de una base económica y se vaya ajustando en función de las necesidades de los creadores de contenido y jugadores.
Las gafas presentadas por los de Redmond durante su pasado evento son toda una declaración de intenciones pero que nadie se engañe, lo mostrado ahí no es un producto ideal para jugar. En función de lo que pudimos ver en la presentación parecen más orientadas solo a crear contenido para VR que a ofrecer una experiencia de realidad virtual avanzada. ¿En que me baso para realizar esta afirmación? fácil:
- No contarán con un sistema de seguimiento externo. Lo que dificultará la inmersión. Es algo que si hacen todos sus rivales.
- El sistema de tracking que utiliza se sitúa sobre el propio casco llegando y solo alcanza los 6 puntos por lo que dista mucho de ser una solución avanzada. Para que lo entendáis mejor, es algo similar a lo que hemos podido ver con propuestas como las soluciones VR para móviles.
- El concepto aún no está definido y Microsoft no quiso mojarse en la conferencia.
Pero que este modelo inicial mostrado no esté pensado para la VR no significa que los americanos no quieran subirse a ello. De hecho, la propia Xbox Scorpio está diseñada para correr tranquilamente este tipo de experiencias y es posible que estas gafas sean compatibles con Kinect 2.0, hasta la fecha el sistema más avanzado de seguimiento que podríamos encontrar en consolas.
Queda patente pues que el interés de Microsoft está ahí, en el próximo E3 2017 es donde podríamos ver la presentación de un modelo dedicado a la nueva maquina.
Pero ¿que significa que Microsoft entre en el terreno de la Realidad Aumentada?
Si hay algo en lo que partidarios y detractores de la realidad aumentada coincidimos es que esta tecnología está viviendo un auge constante y hay apoyo e interés por parte de la industria. Así que subirse demasiado tarde al barco puede suponer quedarse atrás, algo que desde Redmond saben muy bien gracias a su fallida propuesta en móviles. Ya vimos un tímido movimiento junto a Occulus Rift en el pasado, movimiento que por cierto sigue sin novedades.
Así que estar ahora dentro del círculo de actores poderosos con la realidad virtual, ayuda a los americanos a consolidarse como empresa tecnológica.
Este movimiento afecta de manera considerable a la visión de traer el contenido y hacer al usuario creador del mismo ya que la potencia considerablemente. Pero además ofrece una alternativa propia para su sistema de juegos, desmarcándose de posibles alianzas fallidas o que puedan poner en peligro las propuestas de la propia Microsoft.
No nos equivoquemos, la compañía está intentando democratizar la realidad virtual y de paso complementarla con su realidad aumentada. Con este paso al frente podríamos asegurar que esta tecnología tal y como la conocemos podría sufrir enormes cambios si esta alianza entre creadores de hardware llega a buen puerto. De esta manera, veríamos algo común y segmentado por gamas o periféricos extra sobre la propia base, nada mal.
Al final, se trata de ofrecer lo que la gente quiere, y Microsoft sabe mucho sobre eso - ¡Comparte!
Además, que en Redmond hayan decidido apostar por esta tecnología significa que su apuesta por los videojuegos y la marca Xbox es más férrea que nunca. En breve podríamos ver un catálogo de juegos disponible en la tienda de Windows cuando todo esto esté funcionando. ¿Por que cerrarse solo a HoloLens? ¿Porque limitarse a acuerdos con terceros? ¿porque no reciclar la idea Kinect? Todas estas preguntas son las que han debido ponerse sobre la mesa antes de realizar semejante propuesta.
Se trata de ofrecer lo que la gente quiere, en eso Microsoft tiene ya un basto terreno y con Surface o los cambios llegados a Xbox lo han demostrado.