Analisis de Shaq Fu: A Legend Reborn para Xbox One. Descubre el juego de lucha protagonizado por la estrella de la NBA, Shaquille O'Neal.
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Todos aquellos que, como yo, ya tengáis cierta edad, recordaréis con cariño y nostalgia aquellos maravillosos años noventa. Esta década estuvo marcada claramente por la gran evolución mediática que nos llegaba desde USA: el cine, la música, la moda estaban por todas partes… y por supuesto los videojuegos no quedaban al margen.
Estas tendencias influían de manera notable en el mercado de los videojuegos: no teníamos taquillazos de cine sin su respectiva adaptación para nuestras viejas consolas (Los Cazafantasmas, Robocop, Regreso al futuro, Los Simpson y un largo etcétera). Pero también las estrellas más mediáticas del ocio y el deporte de aquel entonces tenían su hueco en la industria del videojuego. Era el caso de Ayrton Senna, Michael Jordan, Pelé, Michael Jackson y por supuesto, la estrella que nos toca en este caso, Shaquille O’Neal.
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La obra protagonizada por el gigante retirado de la NBA era Shaq Fu, un juego de lucha al estilo Mortal Kombat, un género muy popular sobre todo en Estados Unidos y que aunque tuviese muchas carencias, podía presumir de tener unas animaciones de personajes muy destacables para la época. Lo que más sorprende del mencionado título es la formalidad con la que se afrontaba; era un juego que pretendía ser tomado en serio, a pesar de su argumento surrealista y lo variopinto de sus luchadores.
Ahora, en pleno 2018, la desarrolladora Saber Interactive, y gracias al apoyo conseguido mediante la plataforma de Crowdfunding Indie Go Go, nos trae la reinterpretación de aquel clásico de 1994. Eso sí, con notables cambios tanto en su género como en su enfoque: en esta ocasión el tono es mucho más humorístico, digno de una figura del baloncesto que sabe reírse de sí mismo (Kazaam, Steel y su cameo en Scary Movie 4 lo atestiguan). Pasa de ser un juego de lucha 1vs1, a convertirse en un clásico Beat ’em up.
Siempre es un riesgo hacer una nueva interpretación de un clásico y muchas veces la aventura no sale bien. Pero, ¿estará este reboot a la altura de su predecesor? ¡Vamos a descubrirlo!
Apartado Técnico
No suelo ser muy crítico en mis análisis y siempre intento verlo todo desde un punto de vista permisivo, pero en esta ocasión, me veo obligado a ser fiel a la realidad y afirmar tajantemente que Shaq Fu: A Legend Reborn es un juego totalmente roto. Esta puede ser una afirmación un poco ambigua y poco detallada, pero quizás me entendáis mejor si os digo que durante mis muchas partidas para diseccionarlo, he visto a enemigos quedarse atrapados en el escenario, pérdidas de frames que nos sacan por completo de la jugabilidad, texturas que cargan demasiado tarde y un largo etcétera.
Todo esto podría pasarse por alto siempre que no fuese de extrema gravedad, ya que incluso juegos AAA con un corte y un perfil mucho más alto, también pueden sufrir algunos de estos problemas. Sin embargo, la situación se agrava muchísimo cuando estos bugs repercuten ostensiblemente en la jugabilidad. En mi caso y concretamente en el Mid-Boss del tercer nivel, el juego se queda irremediablemente colgado. Daba igual lo que hiciese, sin ningún motivo o detonante aparente, el juego se bloquea siempre y después de seis intentos, me vi obligado a desinstalarlo, borrar los datos guardados y limpiar caché. Por suerte, gracias a este método, conseguí superar el nivel tres, pero se trata de un recurso al que ningún jugador debería tener que recurrir.
Por lo que he podido leer, por desgracia el tema de los bugs en Shaq Fu: A Legend Reborn es un problema bastante común, pero no generalizado. A pesar de ello, es algo que repercute gravemente en el resultado final de un juego y me veo en la obligación de mencionarlo en este análisis, para que, si algún lector se plantea comprarlo, sepa exactamente a lo que se enfrenta. Que me pase a mí no significa que le pase a todo el mundo o que no se solucione mediante futuros parches, pero mi experiencia fue esa.
Una vez aclarado este tema, tengo que decir que técnicamente Shaq Fu: A Legend Reborn es un título modesto, con un aspecto gráfico de estética cartoon que cumple con la temática del juego, pero que no destaca precisamente en nada. Lo que sí puedo resaltar es la aportación del gran Shaq tanto en el doblaje como en el tema musical que acompaña al juego. Su voz potente y un rap muy pegadizo de inspiración evidentemente noventera le sienta genial al juego. Mención especial a sus escenas animadas entre cada nivel, ya que son simplemente geniales. Es más, diría que es de lo mejorcito del juego.
Jugabilidad
Shaq FU: A Legend Reborn no inventa precisamente la pólvora, se trata de un Beat ’em up que recuerda muchísimo a los clásicos de los 16 bits. Pero en especial, tiene algunas similitudes (salvando las diferencias, obviamente) a aquel maravilloso “Teenage Mutant Ninja Turtles IV – Turtles in Time” de SNES, tanto en su estética como en algunos matices: por ejemplo, el detalle de lanzar a los enemigos contra la pantalla y la aparición de estos desde el primer plano.
Es un juego que resulta divertido de jugar, pero tardemos muy poco en darnos cuenta de la simpleza de su sistema de combate. Tenemos a nuestra disposición pocos combos y excesivamente sencillos: ataque normal, golpe fuerte y sacudida con daño de área, no hay más. Lo dominaremos muy pronto y, por tanto, también nos cansaremos de él muy rápido.
La variedad de los enemigos está muy inspirada. Heavys moteros, abogados que nos lanzan demandas, pijos de playa, ninjas enanos, zombis adictos al azúcar… En este sentido los adversarios son muy divertidos y muy buenos, pero solo en su diseño, puesto que solo hay cuatro clases de contrincantes y en cada nivel, lo único que cambia es su aspecto o Skin. Sus rutinas de ataque son siempre las mismas y al tener un “Hit Box” muy amplio, podremos vencen a muchos enemigos de una forma rápida y sencilla. Esto hace el juego repetitivo y excesivamente sencillo.
Otro de los puntos a destacar es su narrativa y en general la historia que nos cuenta el juego. A través de unas cinemáticas animadas, muy divertidas y de una calidad indudable, su sentido del humor hace una crítica satírica muy ingeniosa sobre el mundo de Hollywood y la frivolidad del mundo del “famoseo” de hoy en día. Algunos jefes recuerdan “sospechosamente” y de forma claramente intencionada, a personajes tan populares como Paris Hilton, Justin Bieber o Donald Trump.
Como ya he mencionado, se trata de un juego plagado de bugs, pero desde mi punto de vista, este no es el error más grave, sino que, por algún motivo incomprensible, Shaq Fu: A Legend Reborn es un juego sin modo para dos jugadores. Sin duda alguna, es una decisión errónea dada su naturaleza, ya qu se desperdicia la oportunidad de añadir una posibilidad que siempre aumenta la diversión de cualquier juego: Jugarlo en compañía.
Duración
El juego consta de 6 niveles, con un Mid- Boss a la mitad de cada uno y un Boss final con el que nos enfrentaremos como colofón. La duración de cada uno puede rondar aproximadamente los 20/25 minutos, así que podremos finalizar Shaq Fu: A Legend Reborn en apenas dos horas. Es un juego corto y facilón si somos diestros con el mando; su dificultad nos exigirá un poco de destreza, pero no será extremadamente exigente con nosotros.
Conclusión
Shaq Fu: A Legend Reborn es un juego divertido, con un sentido del humor excelente, con unos orígenes muy retro y con la participación de una estrella del calibre del gran Shaqille O’Neal. Pero por desgracia, es un juego roto y plagado de bugs, que no solo puede mermar nuestra experiencia, sino que incluso puede impedir que completemos la aventura. Sencillamente no podemos perdonar que productos así salgan al mercado.
Aun así, y haciendo el gran esfuerzo de obviar este detalle, Shaq Fu: A Legend Reborn tiene dos errores imperdonables: un sistema de combate excesivamente sencillo y la incompresible ausencia de un modo para dos jugadores. Una experiencia que busca más premiar la nostalgia que aportar nada nuevo a un género que podría volver con fuerza.
Este Shaq Fu es un título pensado para nostálgico, y lo sabes desde el minuto en el que nos recuerdan escenas legendarias del gran O’Neal. Estamos ante un juego mejorable, poco ambicioso pero que contentará a los que sienten cosquillas en el estómago, y como yo soy uno de ellos… ¡¡Shaq Rules!!