Sekiro: Shadows Die Twice se desarrolla en el periodo Sengoku, en el que brilló la figura del shinobi. Os contamos todos los detalles de estos personajes.
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No cabe duda de que el protagonista de este fin de semana en el mundo de los videojuegos ha sido Sekiro: Shadows Die Twice, el nuevo y desafiante lanzamiento de la prestigiosa From Software que ha visto la luz el pasado viernes con grandiosos resultados.
Sin duda, el maestro Hidetaka Miyazaki, referente indiscutible hoy en día en nuestro medio, ha conseguido una vez más sorprender a todos sus fans con una reinvención de sus mecánicas y, como ya nos tiene acostumbrados, creando un nuevo y rico universo con una historia profunda y llena de detalles que se desarrolla durante algún momento del amplio periodo Sengoku.
Pero ¿Qué es exactamente el periodo Sengoku?
El período Sengoku, un siglo de guerra civil en Japón
Desde luego, si queremos ambientar un juego como Sekiro: Shadows Die Twice la mejor elección es precisamente este periodo. Y es que, en resumidas cuentas, el período Sengoku es una larguísima guerra civil en la que los grandes terratenientes, también conocidos como daimyō, se levantaron en armas en una lucha encarnizada por la sucesión del shogunato Tokugawa.
Muchas fueron las familias que participaron en una guerra que se extendería desde 1467 hasta 1568 (¡más de 100 años!) hasta que por fin el shogunato Tokugawa inició una política de unificación que finalizaría con esta prolongada guerra.
La historia de Sekiro: Shadows Die Twice encaja perfectamente en este periodo. Recordemos que la historia se desarrolla en un contexto en el que el comandante del clan Ashina se ve en una situación delicada, en la que se enfrenta a un enemigo más poderoso que él. Para revertir esta situación, el comandante secuestrará a Kuro, señor y protegido de nuestro protagonista, único descendiente vivo de un antiguo clan que antaño gobernaba la zona y del que se dice que su sangre tiene poderes misteriosos que podrían revertir el curso de la guerra en favor del clan Ashina.
Los shinobi y el caso especial de Sekiro
Así pues, fue precisamente durante la era Sengoku cuando más brilló la figura del shinobi que, como todos sabréis, es el título que ostenta Sekiro, el lobo de un solo brazo. Los shinobi, para que nos entendamos, eran ni más ni menos que un grupo de mercenarios que estaba adiestrados en ténicas especiales que se centraban en el asesinato, el espionaje y en técnicas de guerrilla cuyo fin era el de desestabilizar y sacar información de los enemigos.
Así, valiéndose de técnicas que pasaban de generación en generación, los shinobi se convirtieron en una fuerza de combate temible para la que se tuvieron que adoptar medidas defensivas especiales, como la creación de estancias con suelos que crujían al andar o salas secretas donde había soldados escondidos que defendieran a su señor ante un posible ataque.
Aquí entra la peculiaridad de Sekiro. Y es que según parece, nuestro protagonista tiene como única tarea la protección de su señor, Kuro. Esto contrasta con el uso típico que se le daba a los shinobi por parte de sus señores, utilizados siempre para el ataque en misiones que les llevaban lejos de casa y normalmente bajo el anonimato, todo lo contrario que vemos en Sekiro: Shadows Die Twice, donde todas las habilidades de nuestro shinobi estaban dirigidas a mantener a salvo a nuestro señor.
Es precisamente este fracaso y deshonor lo que vemos en la escena inicial del juego, donde vemos a El Lobo totalmente abatido y sin ganas de vivir, sufriendo el deshonor que le produce el haber fallado en su misión.
Tal y como comentábamos antes, parece que el periodo Sengoku era el idóneo para dar cobijo a esta gran historia creada por FromSoftware, de la que os seguiremos hablando próximamente.