Rogue Legacy es un videojuego en 2d de plataformas y aventuras desarrollado por Cellar Door Games.
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El juego de Cellar Door Games, que salió en PC hace casi un año, visita ahora nuestra Xbox One para extender su legado; un legado que los amantes del roguelike agradecerán con lágrimas de emoción rodando a mares por sus mejillas, ya que el estudio ha conseguido elaborar un título fiel al género, como mandan los cánones.
Y ¿qué es el roguelike? Resumiendo mucho, para que el análisis no parezca una ponencia, se trata de un género videojueguil de escasa narrativa que debe cumplir con ciertas normas, como la generación de escenarios aleatorios ambientados en mazmorras en el que se utiliza el recurso de la muerte permanente.
Aunque pueda sonar enrevesado, es la simpleza, dentro de su inmensa complejidad, el buque insignia de Rogue Legacy. Tanto es así que nada más empezar entramos en el meollo del asunto con un tutorial en blanco y negro en el que se nos dan las indicaciones básicas para comenzar a jugar, pero no se nos explica nada respecto a la forja, las runas, el equipo ni del resto de opciones. Menos mal que es bastante intuitivo, así que ningún jugador podrá ver su avance truncado por no saber aplicar las mejoras.
Durante los primeros pasos por la mazmorra el juego puede decepcionar por un apartado gráfico muy pobre y un inicio descafeinado, para luego darte de bruces con una mecánica absorbente y adictiva mucho más compleja de lo que se puede esperar, pero no adelantemos nada y entremos en vereda.
APARTADO TÉCNICO
Como comentábamos, controlamos a unos caballeros de insigne linaje, aunque no tan insignes en el aspecto visual. Con la excusa de homenajear a los clásicos el juego esconde una carencia técnica importante, que sobre todo se destaca en los personajes con gigantismo, que se pliegan sobre sí mismos cuando te mueves de izquierda a derecha o viceversa, por mencionar un ejemplo. Además, en algunas televisiones la imagen se sale de los márgenes de la pantalla y desde el menú del juego no puedes rectificarlo. Eso sí, la paleta de colores es muy vistosa y luce a la perfección.
Sin embargo, las decisiones de diseño pueden llevar a pensar que rozan el plagio en determinados aspectos, hasta envolver al título de un aire de pastiche en el que se mezclan similitudes con títulos tan conocidos como Castelvania, Gouls and Goblins e incluso recuerda en algún momento a Duck Tales. Pero que nadie se lleve las manos a la cabeza todavía, porque Cellar Door Games ha sabido dotar de carisma al juego, dotándolo de personalidad propia, con lo que enseguida olvidarás las semejanzas.
Sin embargo el control y el apartado sonoro no salen tan bien parados. El primero no es tan sangrante, ya que el problema reside en que el manejo del personaje con el stick es muy impreciso en los giros en salto y se soluciona utilizando la cruceta, pero a pesar de que en los efectos de audio son correctos, la música no está a la altura y llega a resultar demasiado sosa y machacona.
JUGABILIDAD
De no ser porque Rogue Legacy puede presumir de tener una jugabilidad brutal, estaríamos hablando de un título mediocre e incluso olvidable. Es tan adictivo que te tendrán que despegar del mando con una palanca o tirándote encima un cubo de agua hirviendo.
La dificultad es endiablada al principio, y moriremos decenas de veces, en ocasiones en cuestión de segundos, y a pesar de ello seguiremos adentrándonos en el castillo una y otra vez. Ni siquiera nos importará que la disposición de las estancias se genere aleatoriamente en cada nueva incursión (lo que hace imposible que puedas memorizar el trayecto). En el momento en que tomas las riendas del sucesor del personaje caído es cuando el equipo desarrollador ha sido más creativo. Todo lo que hemos desbloqueado y acumulado lo heredan tres descendientes directos y debemos elegir entre uno de ellos, valorando sus aptitudes y sus defectos, llegando algunos a arrancarte un par de carcajadas. Hay personajes que sufren gases, gigantismo, calambres en las piernas o incluso pueden ser ambizurdos. Lo curioso es que todas estas dolencias o características físicas tienen repercusión en la jugabilidad. Así, por ejemplo, elegir un descendiente con vértigo implica que la pantalla se invierta, o tomar el control de uno que tenga enanismo nos permitirá pasar por sitios en los que no cabríamos si fuésemos más altos. Además, los herederos pertenecerán a diferentes clases disponibles (mago, guerrero, etc.) que condicionará las estadísticas del personaje.
La mejora del equipo y las estadísticas se realiza mediante el oro recogido antes de morir, no con experiencia, y no es hasta que equipemos bien a nuestro personaje cuando comencemos a lograr avanzar por el castillo de manera significativa y duradera, despertando nuestro instinto más avaro. No es de extrañar que estemos siempre echando un ojo al dinero que vamos recogiendo para saber si cuando muramos podremos comprar ese objeto tan preciado que queremos equipar.
DURACIÓN
Pasar el juego te puede llevar unas 15 horas, pero al terminarlo se desbloquea una nueva partida plus que seguro que retomas si aceptas el reto de jugar en un nivel de dificultad más alto y con recompensas más sustanciosas, alargando así la vida útil del juego en un buen puñado de horas adicionales. Si encima eres de los que disfruta completando todos los logros, lo vas pasar “mal” durante muuucho tiempo si quieres conseguir el que requiere que nos pasemos el juego sin morir más de 15 veces y sin usar el bloqueo de escenario del arquitecto.
Por lo demás no hay mucho más que decir, ya que no tiene diferentes modos de juego que alarguen la duración del juego, cuyo precio se ajusta como un guante a la cantidad de horas de diversión que garantiza.
Al margen de todo esto, no sería de extrañar que los neófitos a este tipo de desafíos puedan acabar perdiendo la paciencia tras morir las primeras treinta veces y opten por dejar el juego a medias. Recordemos que los tiempos han cambiado mucho y las dificultades muy elevadas no son tan bien recibidas como antaño.
CONCLUSIÓN
A pesar de su falta de originalidad en algunos aspectos, la fórmula que ha destilado Cellar Door Games (que tan buenos réditos le ha dado en PC), continúa siendo igual de apetecible en nuestra Xbox One, y te otorga la ocasión perfecta de disfrutarlo si no lo jugaste en compatibles. Si ya lo pasaste y te gustó, tampoco sería mala idea rejugarlo de nuevo y engrosar tu perfil con unos cuantos logros.
Sea como sea, Rogue Legacy es un juego simple pero muy rico a la vez. Tiene una capacidad innata de enganchar a propios y extraños y es divertido, sin más. No busquéis profundidad ni una experiencia inmersiva, porque aquí se viene a lo que se viene: atravesar las cuatro zonas del laberinto masacrando a todo bicho viviente que se cruce en nuestro camino.
Teniendo todo esto en cuenta, os toca decidir si aceptáis el reto por los 14,99 € que cuesta. No albergamos duda alguna de que os vais a divertir, y desde la redacción animamos a los estudios a que sigan apostando por este género y que lo diversifiquen para que el roguelike no quede relegado a los juegos de rol puro.
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Gráficos58/100
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Jugabilidad61/100
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Duración65/100