No son lo mismo: gráficos, jugabilidad y motor marcan la diferencia entre ambos, esto es lo que debes saber.
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Muchos jugadores confunden los términos remake y remaster, ya que ambos suelen asociarse a juegos antiguos que regresan en plataformas modernas. Sin embargo, existen diferencias claras entre uno y otro, tanto en el trabajo de desarrollo como en el resultado final. Y entenderlas ayuda a valorar mejor lo que ofrece cada proyecto para no llevarse chascos.
La industria del videojuego ha apostado con fuerza por revivir clásicos, pero no todos los regresos son iguales. Mientras que algunos títulos se actualizan visualmente con mejoras gráficas, otros se reconstruyen desde cero para adaptarse a los estándares actuales. Aquí te explicamos las diferencias reales de manera clara y sencilla.
Diferencias entre remake y remaster en videojuegos
Remaster: mejora técnica sobre el juego original
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Se basa en el juego original tal como fue creado, pero adaptado a hardware moderno.
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Mejora la resolución, texturas, rendimiento y sonido, pero mantiene intacta la jugabilidad.
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Ejemplos: Halo: Combat Evolved Anniversary, The Last of Us Remastered, Gears of War: Ultimate Edition.
Remake: reconstrucción desde cero con cambios profundos
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El juego se recrea por completo con un nuevo motor gráfico o base técnica.
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Puede reimaginar mecánicas, rediseñar niveles y alterar elementos jugables.
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Ejemplos: Resident Evil 2 Remake, Final Fantasy VII Remake, Dead Space Remake.
Si ves que el juego conserva todo lo esencial, pero con mejor aspecto, probablemente es un remaster. Si el cambio es radical, desde gráficos hasta controles y estructura, entonces hablamos de un remake. Dos enfoques distintos, pero igualmente válidos para devolver clásicos a la actualidad.
¿Y qué pasa con los parches de mejora técnica?
Además de remakes y remasters, también existen los parches de mejora, que actualizan un juego ya existente para aprovechar el hardware moderno sin relanzarlo comercialmente. No son una nueva edición ni se venden por separado: simplemente optimizan el título original.
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Suelen mejorar resolución, fps o tiempos de carga.
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No modifican contenido, jugabilidad ni gráficos.
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Ejemplos: parches de FPS Boost en Xbox Series, mejoras de The Witcher 3 para nueva generación, o actualizaciones para juegos de Ubisoft como el reciente, Far Cry 4.
Este tipo de mejoras no se consideran remasters porque no se relanzan como producto nuevo, ni tampoco remakes porque no implican reconstrucción. Son actualizaciones técnicas, a menudo gratuitas, pensadas para mejorar la experiencia en consolas más potentes.
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