Q*bert REBOOTED: The XBOX One @!#?@! Edition
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Si comenzamos hablando de los años 80 en el mundo del videojuegos, nos puede entrar la nostalgia más sublime que puede embaucarnos un juego ahora mismo. Los salones recreativos estaban hasta arriba, las casas comenzaban a colmarse de consolas en el estante. Juegos como Paperboy, un pequeño señor fontanero Super Mario Bros., las aventuras de Pang, Ghost n’ Goblins, el propio Tetris o Pac-Man, Dragon’s Lair, y otros tantos numerosos juegos que forman parte de nuestra memoria y que han formado un hito en la historia de los videojuegos, fueron creados en esa época dorada.
Sin lugar a duda, muchos de esos juegos aún hoy nos hacen disfrutar, y han evolucionado a través del tiempo, convirtiéndose en un antes y un después a la hora de desarrollar videojuegos. Si, sabemos que os hemos sacado más de una mueca, pero ¿no os falta algo?. La forma de jugar de hace 30 años es entre similar y muy distinta a lo que ahora hacemos, sobre todo a niveles de dificultad.
Cuando ibas a una máquina arcade, las partidas se hacían eternas hasta llegar al final, o en el caso de estar en casa, los juegos eran cortos, sí, pero eran todo un reto. Y para hablar de retos 80 tenemos hasta nombre y mascota propia: Q*Bert.
Q*Bert no es más que una especie de alienígena con forma extravagante, naranja y con una gran nariz, que colmó de frustración las horas que nos pegábamos delante del arcade o la consola. Un personaje con historia propia, que enganchó a más de un usuario y creó su propia franquicia, lanzando hasta una serie de televisión y mil y un objetos de merchandasing. Han sido numerosas las veces que han lanzado el juego para las plataformas del momento, pero tenemos ante nosotros Q*Bert Rebooted, la versión para Xbox One.
El motivo de lanzamiento de esta versión fue gracias a la película del año pasado llamada Pixels, que llena la pantalla de numerosas criaturas de videojuegos, entre ellas nuestro Q*Bert. Esa versión Rebooted, fue primero lanzada en versión para móviles, pero ya está disponible la versión para consolas de nueva generación, que sin duda dará que hablar, aunque quizás más de una forma algo agridulce.
Apartado Técnico
Q*Bert Rebooted Edition, ante todo, goza de mejorar el apartado gráfico del clásico título. Figuras isométricas bien llevadas a un apartado 3D, con animaciones tanto de personaje como de enemigos algo atascadas, pero que a nuestro parecer, no dificultan el ver la esencia del juego plasmada en esos saltos. Y es que todo el juego, como muchos sabréis, nos lo pasamos saltando y huyendo de muchos enemigos, por lo que, que menos, que esta animación esté bien hecha. Si bien, esa animación es sencilla, se ve perjudicada con otro factor que posteriormente comentaremos.
La utilización de colores brillantes, fluorescentes y bastante llamativos, son parte de la esencia de Q*Bert, algo que no han dudado en plasmar. Un punto a resolver son los cambios de colores: en algunas fases del juego, deberemos de saltar dos veces en un hexágono para que cambie al color adecuado, y estos colores, a veces, son lo suficientemente oscuros como para confundirse con espacio, pero de ello ya hablaremos también de forma posterior.
El apartado sonoro ha sido totalmente renovado, si bien, los sonidos de movimiento de Q*Bert son los mismos o muy parecidos, la banda sonora está bien ejecutada. Encontramos la sintonía oficial remodelada a nuestra época, con sintetizadores que hacen que los 80 nunca se vayan mientras jugamos, aunque no resulta del todo brillante.
Jugabilidad
Muchos quizás no sepáis exactamente las mecánicas de Q*Bert, pero son especialmente muy sencillas: Somos un pequeño personaje, que aparece, en cada misión, en una forma geométrica –pueden ser desde cuadrados completos, como figuras circulares o triangulares, etc-. Cada forma geométrica está formada por hexágonos de colores, y en la parte izquierda de nuestra pantalla, el juego nos señala un color. Debemos saltar encima de los hexágonos hasta que sea del color determinado anteriormente. Si, puede parecer sencillo, pero es muy frustrante. ¿Qué ocurre?: que el mal port para mando hace que el juego sea inconsistente. Debemos de mover el joystick para calcular a qué hexágono queremos saltar, y al saltar, se hace lento, por lo que quita ritmo al juego. Esto es complicado de estipular al comienzo, pero, como en todo, la costumbre y la práctica hacen mermar estos pasos.
Obviamente no son sólo estas mecánicas, el juego se va colmando de nuevos elementos, como huecos entre hexágonos, enemigos que cambian de color las figuras que has pisado, pelotas que te quitan vida, otras que se convierten en serpientes, gatitos malvados, etc. Nada sencillo, o al menos así lo era en su versión original. Como comentábamos antes, hay temas de colores oscuros que hacen que parezca que muchos hexágonos sean huecos, y si no estamos avispados, puede hacernos confundir.
La dinámica se basa en misiones, donde puedes conseguir un máximo de 3 estrellas. La obtención de esas estrellas está determinada por tiempos de finalización de la fase, número de muertes, etc. Cada misión tiene unas 3 fases, donde el objetivo siempre es el mismo, pero la dificultad es creciente. Comienzas la primera fase con 5 vidas, y se van restando y no pueden ser renovadas en esas 3 fases de las misiones. Al contrario que la versión original de Q*Bert, cuando terminamos una misión, podemos repetirlas, y si morimos en el intento, no llegamos al principio, sino que podemos continuar repitiendo las misiones. Un elemento que quita frustración al juego pero que deja mucho que desear, puesto que esa dificultad es una marca del Q*Bert original.
Al final de cada misión, tendremos una especie de misión Bonus, donde podemos reunir Diamantes de distinto valor. Estos diamantes aparecen de forma aleatoria en forma de cofres o de diamantes en sí en las fases, pero en la Bonus siempre aparecerán, dándonos un número limitado de tiempo para conseguir el máximo posible. Estos diamantes pueden ser usados para una interesante función que después comentaremos.
Pero antes de seguir, hay que decir algo muy importante, y es que el propio Q*Bert Original, junto con todas sus mecánicas clásicas, están disponibles en el juego también. Esto, para nosotros, es un arma de doble filo, ya que hemos disfrutado más con la versión clásica que con el Reboot, lo que hace cuestionar la diligencia de la recepción del nuevo título.
El juego está en completo inglés, pero no es muy necesario tener mucha información para el juego, por lo que es probable que no os impida jugar y disfrutar de unas buenas partidas a este juego arcade.
Duración
La duración del juego puede ser variable, en función de como enfoquemos nuestro juego. Y es que si nos limitamos a la versión Rebooted, quizás, si te acostumbras rápidamente a los retrasos del personaje a la hora de saltar y la mecánica en sí, el juego te lo hayas terminado en no más de 3 horas, y posiblemente llegue a cansaros ya que simplemente tiene unos 40 niveles, casi todos repetidos entre sí, solo moderando la curva de dificultad, que es creciente, pero en torno a la mitad del juego suele atenuarse. En el caso de que juguemos al modo clásico, la cosa ya cambia.
Como sabemos, al morir en el modo clásico, se vuelve a la primera pantalla, y lo único que hace es acumular puntos, por lo que la partida será prácticamente infinita hasta que nos aburramos de conseguir nuestro propio record.
Eso sí, como comentábamos, tenemos los diamantes, y es que han añadido una interesante observación: el poder adquirir Skins para nuestro Q*Bert. En ninguna manera afecta a jugabilidad, pero hace mucho más extenso el juego si queremos conseguir todas, que por cierto, son bastante graciosas: Desde unicornios a zombies o robots.
Conclusión
Q*Bert Rebooted llega a Xbox One con un sabor agridulce si hablamos del reboot en sí, ya que mejora el aspecto visual y sonoro, haciéndolo mucho más atractivo a nuestros ojos en la época en la que vivimos, pero cuyas mecánicas se han casualizado hasta la saciedad, y cuyos controles quizás dejan algo que desear al comienzo.
Sabemos que esa dificultad de controles también se esparce en las demás versiones anteriores del propio juego, y lo ideal es acostumbrarse, pero llega a no ser cómodo el jugar con mando.
Los sentimientos de frustración y de querer repetir, se plasman en el juego clásico incluido en el juego más que en el reboot, y encontramos pocos motivos para jugar a la parte remodelada en vez que a la clásica. Un reboot ejecutado de forma aceptable, pero que podría adecentarse con creces, sobre todo con valoraciones de dificultad, repetición y control. Eso sí, no podemos quejarnos debido a la calidad-precio del juego, en total son 9,99€ por el disfrute de un clásico y un reboot.
*Gracias a Xbox por habernos proporcionado el material para la review.