Probamos la nueva silla gaming de Razer que busca ahora ofrecer una mejor comodidad a un precio competitivo.
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Razer se ha propuesto, si no lo es ya, convertirse en la marca de referencia para los jugones. Es por ello que dentro de su amplio catálogo encontramos todo tipo de accesorios, desde mandos hasta periféricos para jugar en la nube desde nuestro teléfono, pasando por cascos, altavoces, monitores… Una amplía gama que siempre tiene un denominador común: la excelencia.
En esa línea, Razer nos trae ahora la Iskur V2 X, su nueva silla gaming. Porque, si algo no puede faltar en cualquier estudio o habitación que se use para disfrutar de los videojuegos, es un buen trono donde concentrarse. Razer se ha propuesto, además, alejar los fantasmas del pasado y los prejuicios sobre las sillas gaming, que muchas veces pecan de ser más estéticas que cómodas. Porque ya os adelantamos que, ante todo, la Razer Iskur V2 X es cómoda.
Un trono para los gamers
Pero antes de pasar a hablar de nuestras sensaciones, hablemos un poco en sí de la silla. Lo primero, sus características. Es una silla que permite hasta 136Kg de peso, está realizada en acero inoxidable y aluminio y tanto el asiento como el respaldo están revestidos de tela. Una decisión muy acertada, ya que es un material que transpira muy bien y evita que en verano pasemos tanto calor. Además, es un material muy sufrido, por lo que debería durar bastante tiempo sin desperfectos.
Altura recomendada | Entre 160 y 190 cm |
---|---|
Peso máximo permitido | 136 kg |
Estructura | Acero inoxidable y aluminio |
Acabado | Cuero EPU Tejido funcional Tejido multicapa |
Relleno | Espuma moldeada de PU de alta densidad Espuma moldeada de PU |
Colores disponibles | Negro, verde y gris |
Inclinación máxima | 152 grados |
Características adicionales | Soporte lumbar incorporado sin ajuste, reposabrazos 4D |
Precio de salida | 299,99 € |
Montaje
He de reconocer que entre mis puntos fuertes no está ser un manitas. No se me da bien montar muebles y mucho menos sillas, pero en honor a la verdad, el montaje de la Razer Iskur V2 X es sencillo y muy intuitivo. Dentro de la caja viene todo lo que necesitas: tornillos, llave allen, arandelas… No falta de nada e incluso incluye un par de guantes para que no suframos cortes durante el montaje, lo cual es de agradecer.
Pero no es sencillo solo porque desde la compañía quieran cuidar a sus consumidores y evitarles moratones o cortes en la mano, sino porque las instrucciones que acompañar a la silla son directas y muy claras. No dejan lugar a dudas, te indica en todo momento que hace y cómo hacerlo. Quizás, el único punto más «complicado», con muchas comillas, es colocar los embellecedores de las piezas que unen el respaldo con el asiento. Sobre todo porque hay que hacer un poco de presión y el miedo a romper algo siempre está. Pero, spoiler, todas las piezas son de buena calidad y es muy difícil romperlas así como así.
En dicho manual recomiendan que el montaje se realice entre dos personas. La verdad, yo lo hice solo y es bastante factible y no me llevó demasiado tiempo, apenas unos 20-30 minutos. Es cierto que entre dos, quizás, habría sido más cómodo, pero no es algo imprescindible.

Ergonomía y sensaciones
Una vez la tenemos montado, lo primero que salta a la vista son dos cosas: es una silla grande y visualmente parece bajita. Esto último es más un efecto óptico, porque una vez sentados en ella nos damos cuenta de que el asiento tiene una altura normal y se debe a lo largo que es el respaldo. Este es, sin duda, uno de sus puntos fuertes, ya que permite tener toda la espalda apoyada en todo momento, consiguiendo una posición recta muy cómoda.
Sobre el primer punto también se nota cuando nos sentamos al sobrar sitio por casi todos los lados. Un buen punto porque permite una mayor comodidad al no estás sintiendo o rozando los reposabrazos. Con todo, estamos ante una silla que busca la comodidad ante todo. Para ello, aunque no cuenta con un soporte lumbar ajustable, sí que tiene cierto soporte en la zona que se adapta bien. Lo que no incorpora y sí que notamos su ausencia es algún soporte para la cabeza. Este se puede comprar aparte (lo venden en la propia web de Razer) pero es algo que de primeras sorprenda al no tener ningún elemento superior.
En cuanto al mullido, comentar que lo encontramos tanto en el asiento como en la zona baja de la espalda principalmente. Este es más bien duro, algo que tiene sus pros y sus contras. Principalmente, permite que la silla sea más duradera, ya que las que cuentan con un sistema más blando tienden a hundirse con el paso del tiempo, a perder su ergonomía y, a la larga, terminan siendo más incómodas.
Para poder adaptarse a nuestra situación particular, cuenta con dos opciones de ajuste clásicas dentro de las sillas gaming. Por un lado, podemos ajustar la altura de la silla con la típica palanca que se encuentra debajo del asiento. Además, también podemos cambiar la inclinación del respaldo hasta 152º, consiguiéndote quedar prácticamente tumbados al completo sobre ella. Para ello tiene en su interior un potente muelle que permite que vayamos colocando el respaldo según nuestro gusto o necesidad en cada momento y que, en caso de necesitarlo, lo devuelve en un momento a su posición inicial.
Por otro lado, los reposabrazos cuentan con dos opciones de ajuste: altura y dirección, consiguiendo que en todo momento podamos obtener la posición ideal.
Conclusiones
La Razer Iskur V2 X es, ante todo, una silla cómoda y grande. Con ella hemos tenido largas sesiones de juego y de trabajo en la mesa y en ningún momento nos hemos sentido incómodos. La posibilidad de inclinar el respaldo le da una versatilidad increíble, permitiendo que adaptemos cada situación a nuestras situaciones. En nuestro caso, totalmente recta para trabajar, permitiendo una correcta y muy cómoda posición frente al ordenador que, gracias a su altura ajustable, nos permite tener una posición idónea.
A su vez, para jugar preferimos una posición algo más relajada, por lo que inclinábamos un poco el respaldo, lo que nos dejaba en una situación más cómoda y relajada, ideal para las sesiones de juego. Además, el que cuente con tela como material es una decisión que no solo aporta un tacto ideal, sino que consigue que no dé demasiado calor.
Con todo, estamos ante una silla que cumple con lo que promete y que, aunque no cuenta con algunas características que quizás se ven en otros modelos, no se echan en falta. Porque es una silla construida y pensada para un fin: ofrecer un trono cómodo y ajustable a los jugadores. Y en eso, cumple con creces.
Gracias a Razer España por la cesión del material para poder realizar el análisis.