Prison Architect es un simulador de alcaide de prisiones camuflado de juego de gestión de recursos y viceversa. También puedes crear tu propia cárcel y hacer de arquitecto, como su propio nombre indica, y todo aderezado con unos gráficos simplones pero muy simpáticos.
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Parece que fue ayer cuando, en pleno boom de las series de ficción americanas, la emisión de Prison Break puso de nuevo de moda un genero tan interesante como es el carcelario. Bueno, realmente no es que lo pusiera de moda (o al menos no dio lugar a una sobreexplotación), sino que lo dio a conocer a toda una nueva generación ajena a las duras y emocionantes tramas que pueden generarse tras los barrotes y los muros de una celda. De hecho, a Xbox 360 llegó la versión videojueguil de la serie, la cual no se hizo demasiado popular debido a su mediocre acabado y a su discreta calidad. El caso es que este no fue el único título que nos mostraba una cárcel desde dentro. Ahí está The Escapists, por ejemplo, que salió a la venta el verano pasado, y del cual parece haberse inspirado bastante el juego que nos ocupa.
Salvando las distancias, Prison Architect te pone más del lado de las personas que regentan la institución penitenciaria que del lado de los reclusos, con lo que, a pesar del parecido, se podría decir que cada uno tiene su propia razón de ser. En cuanto a las semejanzas, hay que destacar que The Escapists bebía de la estética Minecraft, en la que se venera el píxel sobre todas las cosas y Prison Architect, sin dejar de lado la estética retro, muestra un aspecto más pulido, pero ambos tienen la misma visualización cenital, que no ayuda demasiado a la hora de diferenciarlos.
En fin, esto no es una comparación entre dos juegos, sino la review de uno de ellos, con lo que a partir de este momento vamos a centrarnos en lo que Introversion Software, el estudio desarrollador, nos ofrece en este simulador de arquitectos de prisiones y de alcaides. Si siempre soñaste con dirigir el destino de centenares de hombres pendencieros y de los más peligrosos criminales, Prison Architect te da la oportunidad de someterlos durante su periodo de reclusión, de intentar reinsertarlos e incluso de ejecutar a los condenados a muerte, así que agarra con firmeza tu pastilla de jabón y acompáñanos en este paseo por las instalaciones de la institución penitenciaria en la que nos harás compañía durante este análisis.
Apartado Técnico
Prison Architect es uno de esos juegos que conocen sus limitaciones y deciden potenciarlas y convertirlas en parte de su propio marketing, solo que esto puede llevar al engaño. En este caso podríamos decir que ha sido así, ya que bajo una estética cuasi caricaturesca, con unos personajillos esquemáticos que resultan incluso graciosos, se esconde un juego de gestión de recursos cuyo telón de fondo son una serie de cárceles de máxima seguridad con lo que todo ello conlleva. Así que lo primero a tener en cuenta es que no debes dejarte llevar por las apariencias. Prison Architect encierra (y nunca mejor dicho) un argumento adulto y recrea situaciones crudas, sin cortarse en cuanto a morbosidad ni en escenas no aptas para todos los públicos.
Todo se muestra con ese plano cenital, al que podemos aplicar zoom o alejar el objetivo, siempre con unos gráficos y diseños propios de generaciones pasadas. Sobre el ángulo visual no hay nada que objetar, ya que nuestro papel es casi el de un Dios, destinado a ver y controlar todo lo que sucede en las instalaciones, con lo que podremos actuar allí donde se nos necesite. En cuanto al acabado gráfico, siempre hay cabida de mejora, como bien puede apreciarse cuando acercamos mucho el objetivo, mostrándose unos contornos más borrosos de lo que nos gustaría. Lo que sí ha tenido un diseño más acertado son las instantáneas mediante las que se nos cuenta la historia en el tutorial, con unas imágenes que parecen sacadas de un cómic. Como único defecto, a nivel de rendimiento, solo hemos detectado bruscos y molestos tirones cuando salta el autoguardado, que se acentúan progresivamente a medida que la prisión va creciendo. Podemos crear una cárcel del tamaño de una ciudad y nos moveremos por ella sin problemas, pero cuando el juego salve partida automáticamente, los tirones harán acto de presencia con más intensidad.
A nivel sonoro tampoco destaca demasiado. Los efectos cumplen, van a juego con el aspecto visual y poco más hay que contaros, aunque bien es cierto que el apartado técnico de estos juegos no están llamados a crear ningún techo en la industria. Lo que sí hay que remarcar, y mucho, en un juego de este corte, es que nos llegue traducido al español. Todas y cada una de las líneas de absolutamente todos los menús están traducidos, con lo que no solo es un detalle el hecho de que hayan tenido en cuenta la localización durante el desarrollo, sino que a nivel jugable Prison Architect gana muchos enteros con respecto a otros títulos similares que nos llegan en inglés.
Jugabilidad
Como comentábamos en el anterior párrafo, el juego se ha lanzado traducido a nuestro idioma, con lo que la curva de aprendizaje es mucho más llevadera y asequible para el público que no es angloparlante que en otros títulos sin localizar. Esto es muy importante, ya que se trata de un juego en el que hay que leer mucho y en el que es obligado saber qué icono estás pulsando o qué opción estás aplicando para controlar en todo momento la situación sin dejar nada al azar.
Destacar que dicha curva de aprendizaje, como suele pasar en este género, es bastante muy escarpada, pero se hace más amena con el tutorial que acompaña al juego. Se podría decir que es un modo de juego independiente, en el que nos encontraremos con cinco capítulos con su propia historia, de la que no vamos a contaros nada para no estropearos la genial sorpresa argumental que esconden. En ellos se detallan los puntos clave y las opciones esenciales que debemos controlar para gestionar y construir nuestra propia prisión cuando iniciemos partida en el modo Arquitecto de prisiones o Alcaide de prisiones. Destacar que nos ha parecido un tutorial sublime, hasta el punto de que nos ha sabido a poco.
Es en estos modos cuando el juego muestra todo su potencial, y es también cuando nos daremos cuenta de que el juego no es tan sencillo como aparentaba. Si pensabas que ser alcaide era pan comido, decir que te equivocabas de cabo a rabo. Cuando tengas una prisión de considerable tamaño, el nivel de estrés te sobrevendrá de súbito a medida que vas viendo cómo se satura el gestor de objetivos y cuando compruebas que todo se desmadra progresivamente a tu alrededor. Hay momentos en los que un preso se te está amotinando en un ala, otro ha atascado un retrete, se te sobrecarga un generador, varios empleados se agotan al unísono, la comida escasea y unos guardias descubren un túnel por el que pretenden escapar unos presos. Es en esos momentos cuando tu mandíbula se desencaja y piensas «Pero, ¿si todo estaba bien hace un minuto?».
Y es que así es Prison Architect: un ecosistema vivo en el que no dejan de suceder cosas continuamente y en el que debes tomar siempre parte activa para que tu cárcel sea rentable y tus presos no mueran ni se escapen. Este es su punto fuerte, porque no solo se trata de construir nuevas alas ni de ampliar las instalaciones, sino que estás tratando con personas, criminales vale, pero personas al fin y al cabo. Por ese motivo será prácticamente imposible que puedas predecir lo que va a pasar a continuación ni podrás tenerlo todo siempre asegurado.
A nivel de gestión, el juego ofrece tal cantidad de opciones y de posibilidades que puede llegar a abrumar de manera sobrecogedora. Se nota que el estudio desarrollador se ha documentado y ha puesto todo su empeño en ofrecer una experiencia de juego lo más fiel posible a la realidad, pudiendo llegar a controlar las rutinas de descanso y comida de los reos, las patrullas de los guardias, la contratación de personal, puedes organizar cursos para controlar la ira de los presos que lo necesiten, terapias de desintoxicación, de superación de alcoholismo, puedes gestionar recursos externos como los antidisturbios o los bomberos y un largísimo e interminable etcétera.
Duración
Este es uno de esos juegos que se podría decir que tienen una duración infinita, ya que si se te da bien podrás gestionar tu prisión hasta que te canses. También tiene una base de datos con una cantidad de prisiones a elegir considerable en su modo Alcaide, pero es que claro, en el modo Arquitecto empiezas de cero para construir la cárcel de tus sueños o experimentar hasta hartarte. Por si todo esto fuera poco, puedes descargar las prisiones que otros jugadores han subido al servidor y os podemos asegurar que algunas son espectaculares y de unas dimensiones dantescas, con las que podréis pasar cientos de horas a los mandos.
Por otro lado, mencionar que los neófitos de este tipo de juegos, o los que sientan animadversión por ellos (recordemos que no es un género demasiado popular), es bastante probable que no tengan paciencia y lo dejen apartado tras unos pocos minutos. Recordad que hay que tener paciencia para absorber todos los conceptos y no agobiarse si no dominas ciertas acciones. Otras pueden desesperarte, al principio, por no saber cómo se aplican y otras son directamente muy complejas, como la implementación del sistema de cañerías y de cableado eléctrico, las cuales tendrás que afrontar con calma y tener claro que tendrás que equivocarte y reintentarlas varias veces hasta dominarlas por completo.
Conclusión
Prison Architect es un simulador de alcaide de prisiones camuflado de juego de gestión de recursos y viceversa. También puedes crear tu propia cárcel y hacer de arquitecto, como su propio nombre indica, y todo aderezado con unos gráficos simplones pero muy simpáticos. También le envuelve un halo de sobriedad en el que pueden suceder las más rocambolescas de las situaciones, las cuales pueden llegar a tener finales más melodramáticos de lo que se podría esperar.
Los seguidores de este tipo de juegos no os lo podéis perder bajo ningún concepto, y amortizaréis, con toneladas de horas de diversión, los 24,99 € que cuesta. Los que quieran adentrarse en este tipo de juegos, encontrarán una propuesta idónea para ello, ya que el tutorial es un lujo y un placer, con el que el aprendizaje se sobrelleva del modo más ameno que hemos probado hasta el momento. El resto, a los que le salen urticaria con estos títulos, podéis probarlo si queréis darle una oportunidad, pero no esperéis que Prison Architect sea el título que reinvente la rueda y vaya a cambiar vuestra percepción sobre los juegos de estrategia y gestión de recursos.
*Gracias a Xbox por habernos proporcionado el material para la review.