Hemos disfrutado del Acceso Anticipado de Diablo IV y os contamos que nos ha parecido esta primera toma de contacto con el nuevo juego de Blizzard.
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Diablo IV es uno de los juegos más esperados de este 2023. El regreso a Santuario está marcado en rojo en el calendario de muchos jugadores, ya que hablamos del regreso de uno de los ARPG más influyentes de la historia. Y para ir probando y testeando los servidores, desde Blizzard han ofrecido dos periodos de prueba.
El primero ha tenido lugar el fin de semana del 17-20 de marzo, en el cual pudieron acceder de manera anticipada aquellos que reservaron el juego. Una primera toma de contacto que nos ha permitido disfrutar del prólogo y del primer Acto del juego, así como de tres de sus clases. Por supuesto, en esta casa le hemos estado dedicando horas y os contamos nuestras primeras impresiones tras esta toma de contacto.
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Diablo IV vuelve a los orígenes
La beta comienza por todo lo alto con la cinemática inicial del juego. Una secuencia que ya habíamos visto hace algunos años, donde vemos el regreso de Lilith, la principal antagonista de esta cuarta entrega de la franquicia. Una secuencia que nos deja claro que este Diablo IV es un juego mucho más oscuro, que busca volver a su esencia más pura y que ya hemos podido revivir gracias al remake de Diablo II.
Tras esta presentación, llega la hora de seleccionar a nuestro héroe. En el acceso anticipado hemos podido elegir entre tres: Guerrero, Pícaro y Hechicero. Nosotros hemos optado empezar con el Guerrero, aunque como siempre podemos crear diferentes perfiles y probarlos todos, algo que también hemos hecho. Tras esto, pasamos al editor de nuestro personaje. Este no es la panacea ni el más completo que hemos visto, pero sí que nos sirve para modificar algunos aspectos básicos: sexo, pelo, bello facial, tatuajes, etc.
Así, con nuestro personaje creado, arrancamos nuestra aventura en las Cimas Quebradas, la primera de las cuatro grandes zonas. Y ya nos deja claro que estamos ante un juego masivo. La extensión y la cantidad de opciones en esta zona es abrumadora, y, como decíamos, es solo la primera de cuatro. Sin duda, estamos ante uno de los trabajos más completos de Blizzard. Sobre todo, porque no se siente vacía, siempre encontramos algo que hacer. Desde misiones secundarias, sótanos que investigar, eventos del mundo o combates contra jefes donde necesitamos un buen nivel.
En estos páramos es donde comienzan nuestros primeros pasos para seguir la pista de Lilith. No desvelaremos nada para no caer en spoilers, ya que la semana que viene podréis disfrutar vosotros mismos con la beta abierta de este comienzo. Solo diremos que la narrativa característica de Diablo está muy presente y podemos augurar que nos dejará una buena historia. Eso sí, esta vez estamos ante un argumento mucho más oscuro y maduro.
Un tono que se siente desde el primer momento y que nos ha gustado mucho. Diablo IV vuelve a los orígenes más puros de la franquicia, con un estilo más tétrico, siniestro y gore. Así, nos encontramos con unas Cimas Quebradas con un aspecto muy lúgubre. Ya no solo por la nieve y el frío que abundan en este bioma, sino también por el aspecto cadavérico de las aldeas abandonadas, los cadáveres a medio congelar y, en general, el ambiente oscuro que se vive en esta zona. Un ambiente ideal para que las huestes demoniacas asciendan. Y allá donde haya demonios, estaremos nosotros para combatirlas.
Y lo haremos con un sistema de juego que es una auténtica maravilla. Sí, estamos ante la enésima evolución de la fórmula del éxito de Blizzard. Sigue siendo igual de adictiva y divertida cómo siempre y añade nuevas funciones. Así, podremos asignar hasta seis habilidades para usar en combate, que podremos desbloquear en un árbol de habilidades generoso, donde encontramos un sin fin de opciones, cada una con diferentes mejoras, para poder adaptar nuestro juego como queramos. Así, por ejemplo, con la clase del Pícaro podemos elegir centrarnos en atacar a distancia o asesinar desde las sombras y causar estados alterados. O una combinación de ambos. Con el bárbaro… bueno, el bárbaro es especialista en aplastar a los enemigos con poderosas habilidades, alimentado con su furia. Pero no, esto no implica que no podamos elegir y adaptar a esta clase a nuestro estilo de juego.
Con ello, tenemos una clásica fórmula de juego con muchas opciones, a las que se le añaden una nueva: la opción de esquivar. Esta, que cuenta con enfriamiento, añade un punto más a una jugabilidad perfecta, permitiendo nuevas opciones. Ya no solo defensivas, sino también ofensivas. Por ejemplo, podemos usar este movimiento para acercarnos a un grupo de enemigos con el Bárbaro para empezar a repartir golpes y tajos a diestro y siniestro.
Con esta beta queda claro que Diablo IV tiene un gran potencial por delante. Uno que además es inmenso. Estamos abrumados solo con la primera de las grandes cuatro zonas que podremos explorar en un Santuario más oscuro y maduro, con un regreso a los tonos más lúgubres de la saga. Sí, técnicamente aún puede mejorar (textos que aparecen en inglés, algún menú que aún le queda trabajo, etc.) y se nota que le queda aún un buen trabajo de pulido de algunos aspectos. Pero gráficamente el juego es ya una delicia, corriendo en Xbox Series X (Consola donde hemos jugado) a 4K y 60 FPS sin apenas problemas.
Y por supuesto, nos queda conocer como será el end game, el jugador vs jugador y el equilibrio entre clases. Mucho por descubrir en junio, sin duda. Pero esta primera toma de contacto no podría haber sido mejor.
Diablo IV estará disponible en Xbox Series X|S, Xbox One, PC, PS4 y PS5 el próximo 6 de junio de 2023.