Como suele ser habitual cuando algo se hace popular, la prensa generalista ataca sin piedad para crear alarma social, ahora le toca el turno a Fortnite
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Hace unos pocos días Eurogamer se hacía eco de una noticia la cual no ha dejado indiferente a nadie, y es que el extrabajador de esta web decidió hace un par de años hacer un experimento con Pokémon GO, juego que como sabréis fue el más popular en todos los ámbitos, tanto en los videojuegos, como en lo social. Ahora ese efecto ha pasado a Fortnite y con ello llegan distintos medios a meter baza contra aquello que tanto nos gusta.
Por aquel entonces a Chris Bratt le llegó un correo del prestigioso periódico británico The Sun, el cual ofrecía nada menos que 100 libras por cada artículo que explicara los efectos negativos de dicho juego. Entonces el decidió inventarse una pequeña historia en la cual era un jugador adicto a Pokémon Go en el que su mujer llamada Jessie había conocido a un nuevo chico en la oficina llamado James y ambos comenzaron a atrapar Pokémon junto al gato del trabajo… ¡He incluso tenían su propia canción! ¡Meowth bien dicho! (había que decirlo).
El caso es que el propio periódico se puso en contacto con él, y después de varias conversaciones para poder incluir esta historia en su periódico, pero al parecer no fue del todo fructífero y se quedó en el limbo.
Hemos comenzado contando esta historia ya que es bueno saberla para conocer lo que está ocurriendo ahora con Fortnite, el nuevo fenómeno de masas donde varios medios están publicando titulares como:
- «Fortnite me convirtió en un adicto a las drogas suicida», decía el Daily Mirror, en su portada que hablaba del «infierno de los videojuegos de un adolescente».
- «Papá salva a su hijo, de 17 años, de la muerte después de que se engancha con la locura en línea.
Está claro que este tipo de hechos pueden ser reales, no lo sabemos, aunque después del escándalo destapado por el ex de Eurogamer la verdad es que deja en una mala posición a The Sun y otros medios generalistas que siguen luchando contra lo popular para crear una falsa alarma social… o rellenar sus páginas con este tipo de tonterías.