Con los recientes añadidos de los servicios de Xbox Game Pass y los ya existentes EA Access e incluso el Gold, dudamos mucho de que a alguien le interese seguir pirateando juegos.
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Sinceramente, hace años pensaba que nunca llegaríamos a esta situación. Pero si que sabía que al final, sería inevitable. La piratería en la nueva generación prácticamente está muerta. La única consola que quedaba con posibilidad de instalar un núcleo Homebrew y la posibilidad de juegos piratas, WiiU, ha quedado oficialmente relegada por su sucesora, Nintendo Switch. Porque evidentemente existe un bastión inabarcable en la comunidad de PC que nunca parará de intentar sacar las amablemente llamadas “Backup” de cualquier juego que se precie. Las webs de descargas de videojuegos son prácticamente anecdóticas en comparación a los años en las que en el navegador de miles de españoles se encontraba la recurrente Crackmanworld.com
Sin tener en cuenta las habilidades chinescas para ofrecer cartuchos compatibles o la de los afortunados poseedores de minicadenas de doble platina que copiaban los juegos de ZX Spectrum, todo comenzó con la revolución que suponía tener una Playstation y la facilidad de instalar un chip (u otros métodos parecidos) que por el precio de uno o dos juegos originales ya te permitía correr tus “Princo” de lujo y despreocuparse de pedirle a papá ningún juego, con un par de días del dinero del bocata ya podías ir a pedirle a tu compañero hacker-pirata más cercano el juego que quisieras.
Más grave fue incluso con la Playstation 2, en la que nada más salir se buscó la manera de seguir con el cachondeo de la piratería, algo que en parte ayudó a que fuera un auténtico éxito de ventas arrollador, con la siguiente fórmula: Padre compra consola + Padre la lleva a piratear + Padre se despreocupa de gastarse un duro más en ella. Eso cuando no era el propio hijo el que se encargaba de hacerlo. Y dando un salto hacia adelante, nos encontramos a nuestra querida Xbox 360. Que no nos engañemos: de su éxito en España fue en gran parte culpable su facilidad de pirateo. Una vez más, modificando el firmware del lector de la consola, conseguíamos burlar el sistema anti-copia para poder jugar a todo lo que quisiéramos.
Pero todo no eran ya alegrías. La cosa se ponía cada vez más complicada: los DVD’s tenían que ser de doble capa, de una marca concreta, y se tenían que grabar de una manera determinada, buscando en internet el parche necesario. Algo que se hacía cada vez más tedioso, y que requería tiempo y dinero. Mientras tanto, los usuarios legítimos de Xbox 360 empezaban a disfrutar de algo que la gente no-amante de lo original ni siquiera olieron. Y fué el comienzo de todo: Xbox Live Arcade y las partidas multijugador con Xbox Live Gold.
A pesar de seguir habiendo métodos para burlar estas limitaciones, el precio a pagar era demasiado caro para los piratas. Muchos son los que vieron como perdían su perfil favorito y sus correspondientes puntos de logros que tanto le costaron ganar (no merecidos por hacerlos con juegos ilegales, por supuesto) o peor aún, Microsoft les baneaba la consola para que no pudieran conectarla nunca jamás a Internet. Incluso hubieron unos meses en los que la compañía inutilizaba la consola sin permitir guardar la partida o instalar juegos, algo que quitaron al poco tiempo debido a las grandes críticas recibidas por ello, lo que no deja de ser contradictorio.
Y hemos llegado rápido a hoy en día. Las consolas de esta generación que llevan más tiempo, Xbox One y PS4 han demostrado dos cosas importantísimas: que no se pueden piratear (de momento) y lo más importante, ¡prácticamente no hace falta!
Pensadlo bien (podemos aplicar el mismo caso para PS4). Una membresía de Xbox Live Gold vale 59€ al año, que al cambio te devuelve 48 juegos completos para tí para siempre. De media, cada DVD de doble capa con los últimos impuestos, suele estar entre los 1,5€ y los 3€ dependiendo del volumen que compres. Para grabar 48 juegos tienes que gastarte mínimo 72€ en DVDs. Ya sabemos que los juegos con Gold no son los mejores y que con esos DVD’s (que cuestan como un solo juego nuevo original) podrías grabar todos los mejores y más caros juegos de todo un año. Pero, seamos sinceros, ¿de verdad nos da tiempo a pasarnos esos 48 juegos al año?
Vale, podéis rebatir todo esto diciendo que los juegos con Gold son indies, etc.. pero, ¿que hacemos con servicios como EA Access que por 25€ al año te ofrece un catálogo en constante crecimiento? ¿Que ganas nos quedan de quebrarnos la cabeza pirateando un sistema que por 10€ al mes te ofrece 100 juegos instantáneamente con el futuro Xbox Game Pass? Y todo esto sin contar con que nada más encender la consola tienes 37 juegos gratis disponibles para descargar. Todos Free-to-Play.
Quizá la generación de jugadores que hemos vivido estas épocas, a estas alturas tengamos más poder adquisitivo y la piratería no es algo que entre en nuestros planes, más que nada por que por fin nos ha entrado en la cabeza que así no ayudamos a que crezca la industria, ¿o quizá es por pura pereza? Incluso los más jóvenes hoy en día se apañan con un Call of Duty todo el año o F2P como League of Legends. De una manera o de otra, prácticamente es una lacra que tiene los días contados.
Otra cosa es el tema de las películas, que ahí no nos podemos meter amigos míos. Quizá nuestros compañeros de La Cocina del Infierno quieran dedicarnos algunas palabras al respecto. ¿Que opináis de todo esto? ¿La piratería está en sus últimas? ¿Al fin la estrategia de mercado ha vencido?