Tras el pasado E3 conocemos mejor los planes de futuro que Microsoft tiene para Xbox. Y nos han gustado mucho.
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He estado toda una semana cabilando sobre la conferencia de Microsoft en el pasado E3 2016. No quería plasmar mi primera impresión hasta que el paso del tiempo calmase un poco mis sentimientos de hardcore gamer. De parecerme una conferencia muy mejorable he pasado a pensar que Phil Spencer y sus chicos aprovecharon bastante bien el mayor tiempo de exposición mediática que disfruta la industria de videojuego en todo el año.
Recuerdo haber intercambiado impresiones sobre la conferencia con una amiga unos momentos después de que la misma hubiese terminado. Tanto ella como yo no estábamos muy contentos. Yo por mi parte protestaba porque se había dado demasiado espacio a los multiplataformas y muy poco tiempo a mostrar gameplays más largos de juegos exclusivos que están levantado mucho hype como ReCore o Sea of Thieves. Protesté también porque del Gears Of War 4 se volviera a mostrar la campaña y no el demandadísimo modo horda que la mayor parte de los fans de la saga esperan.
Las críticas de mi amiga iban enfocadas al nuevo Project Scorpio. Ella pensaba que haberlo anunciado tan pronto le daría alas a la competencia para variar su nueva máquina y volver a dejar atrás en lo que a potencia se refiere a Project Scorpio. Además se preguntaba para qué Microsoft había desarrollado un modelo Slim de Xbox One si el próximo año tendríamos nueva consola.
Después de convencernos mutuamente de que la conferencia de Microsoft no había sido buena, hablé con otros usuarios de Xbox One, me pasé por algunos foros y algunos canales de Youtube para saber la opinión del resto de la comunidad. Me sorprendió observar un tono eufórico por lo bien que lo había hecho Microsoft. Algo que me hizo pensar. Mi amiga y yo, al trabajar en este mundillo lo estábamos viendo con otros ojos.
Nuestra mirada era sectaria. Comprendí que pertenecemos a un núcleo duro de jugadores más bien clásicos y puristas que no representamos a la mayoría de la comunidad. Salvando las distancias, nos parecemos a esos melómanos que rechazan sus grupos de música favoritos cuando fichan por una multinacional porque “se han vuelto comerciales”.
Tras calmar mis ánimos y madurar mis pensamientos, ahora creo que la gente de Xbox hizo una buena conferencia. Mostró un potente y variado catálogo exclusivo y, lo más importante que supone una diferencia capital con la competencia, dio fechas de salida para la mayoría de sus juegos. Los usuarios de Xbox One tendremos exclusivos de aquí al verano que viene sin parar. No enseñó mas de los títulos porque con algo habrá que alimentar el hype.
En lo que se refiere al hardware es muy buena idea ofrecer varios productos que se adapten a los diferentes tipos de jugadores que existen sin dejar a nadie atrás. Project Scorpio satisfará a los jugones amantes de la mayor de las resoluciones, se acabó sacrificar 200p para mantener una tasa de frames estable, Xbox One S es una muy buena opción para los que quieren dar el salto a la actual generación y Xbox One seguirá sirviendo tan espectacularmente bien a quienes apostamos por ella desde el principio como siempre. Todos los juegos que salgan llegarán a las tres gamas de Xbox One para que todos podamos disfrutar con lo verdaderamente importante de todo esto, los videojuegos.
Anunciar Project Scorpio un año y medio antes de que salga pienso que ha sido brillante. Por un lado desactiva desde ya el argumento que ha sido la espada de Damocles en el cuello de Microsoft durante lo que llevamos de generación. Ya sabéis, “no es tan potente como la competencia”. Por otro lado les permite a los ingenieros maniobrar para aumentar la potencia si fuera necesario y se da a conocer el producto a los desarrolladores. Cada E3 me gusta más Phil Spencer.