Gracias a esta patente, los joysticks del mando de Xbox One podrían ajustarse a la presión del usuario y adaptarse a su forma de jugar.
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Microsoft no para de intentar mejorar no solo sus juegos y servicios, que también, si no también algunas de sus piezas de hardware. Uno podría pensar que una vez realizado el componente y puesto a la venta, la compañía se desentiende, pero tal parece que no es así.
Y lo hemos visto con la propia Xbox One, que ha ido sumando funciones para las que incluso no estuvo diseñada, por ejemplo la funcionalidad de compartir en redes sociales.
El mando de Xbox One, mejorado
Ahora conocemos una nueva patente específica para el mando de Xbox One. Esta patente se basa en la respuesta de los joysticks o «setas». De esta manera Microsoft busca que en función de la presión que un usuario ejerza sobre esta parte del controlador, este se comporte o adapte de manera diferente.
Por ejemplo, un joystick con mayor tensión proporciona una mayor resistencia a ser inclinado por el pulgar o el dedo de un usuario en relación con un joystick con menor tensión. Algunos usuarios pueden preferir una mayor tensión de inclinación en un joystick, mientras que otros pueden preferir una tensión de inclinación más baja.
Esta patente parece más pensada para un componente mecánico, por lo que si llega a hacerse una realidad posiblemente la veamos en el mando que llegue junto a Xbox Series X o en un nuevo modelo del Elite v3 que también se ha estado rumoreando ya.
El poste inclinable comprende roscas externas en un extremo distal, una entidad de anclaje de poste y un extremo proximal opuesto al extremo distal. Se configura un mecanismo de tensión ajustable para modificar una tensión de inclinación del joystick inclinable.