El acuerdo "Fase 1" excluye de los aranceles a China a las consolas, por lo que Xbox Series X y PS5 no corren riesgo de momento.
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Que la guerra comercial entre Estados Unidos salpica a toda la economía global es un hecho. Gigantes como Huawei, Google, Microsoft y otros tantos más, se han visto afectados por las decisiones de ambas potencias. Un golpe para multinacionales que quieren hacer negocio, y un golpe aún mayor para los consumidores finales.
Si pensabas que esta disputa no afectaba a las consolas de sobre mesa, estabas tremendamente equivocado. Gran parte de la producción de las consolas actuales y las futuras se realiza en territorio chino, así que en esencia, las pérdidas económicas para los fabricantes de hardware eran enormes.
Las nuevas consolas no corren peligro, por ahora
Sin embargo todo esto es pasado ya que ahora, tras el acuerdo entre las dos naciones llamado “Fase 1”, parece que la producción podrá seguir su curso sin muchos problemas. En una carta dirigida a la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), Sony, Nintendo y Microsoft firmaron una carta conjunta en la que esgrimían sus motivos para llegar a un acuerdo.
El argumento principal se basó en un pilar clave, producir estas nuevas máquinas costaría un buen monto de dinero que acabaría excluyendo a muchas familias estadounidenses de la posibilidad de hacerse con una nueva consola de sobremesa. La cifra se situaría en torno a los 840 millones de dólares.
El medio Polygon ha tenido acceso a un respuesta oficial por parte la Asociación de Software y Entretenimiento.
La USTR ha suspendido las tarifas de las consolas hasta nuevo aviso. Se nos alienta a que la Administración suspendiera la aplicación de tarifas en consolas y controladores de videojuegos. Estos aranceles tendrían implicaciones significativas para nuestra industria, que cuenta con un superávit comercial para la economía estadounidense. Los aranceles erosionarán la innovación, disminuirán las oportunidades de empleo para los trabajadores estadounidenses y aumentarán los precios para los consumidores.
Ni que decir tiene, que estos aranceles aplican de forma general a otros países, y no solo a Estados Unidos. Sea como fuere, es una buena noticia para la industria.