Según datos provisionales del NPD, Xbox One disminuyó sus ventas respecto al año pasado por primera vez el pasado mes de septiembre.
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Nos estábamos acostumbrando a ver datos casi siempre positivos en laas cifras oficiales de ventas en Estados Unidos, y evidentemente esto no podía durar siempre. Septiembre ha sido un tanto desastroso para las ventas de Xbox One, quedando no solo tercera en el ranking, y más alejada de Switch de lo que estamos acostumbrados, sino que ha sido la primera vez este año que ha quedado por detrás de sus propias cifras si comparamos con el mes coincidente del año pasado. Con unas ventas aproximadas de 175k unidades vendidas, estaría entre cinco y siete mil unidades por detrás de las cifras en 2017.
No es una gran bajada, y es cierto que marginalmente las ventas se han mantenido, pero también lo es que en septiembre del año pasado muchos jugadores estaban conteniendo sus compras a la espera de Xbox One X, que este año sí entra dentro del cómputo total de unidades vendidas. ¿Deben sonar las alarmas? No lo creemos. Xbox One lleva una ventaja acumulada de un 32% más de unidades, que seguramente aumentarán en octubre gracias a la pujanza de Forza Horizon 4. Hay que recordar también que la época navideña suele ser la más fuerte históricamente para las consolas de Microsoft, y si logra mantener la tendencia alcista, podríamos encontrar que 2018 sería el peak de Xbox One.
Aunque haya voces en las redes alarmadas por el posible agotamiento del efecto positivo en las ventas de Xbox One X, que cumplirá muy pronto un año en el mercado, y que no parece tener una rebaja oficial de precio en el horizonte, no creemos que Microsoft deba tomar medidas demasiado drásticas. Es probable que 2019 sea el último año de Xbox One y si son ciertos los rumores de que Microsoft lanzaría su dispositivo para la nube muy pronto, las ventas podrían ser suficientes para que Microsoft pudiera planear reposadamente la llegada de su siguiente consola.
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