El mercado ha cambiado, los dispositivos se han diversificado y Xbox evoluciona, no desaparece.
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Las recientes declaraciones de Laura Fryer —exdirectiva de Microsoft y una de las fundadoras de Xbox— han generado cierto debate en redes. En su vídeo, Fryer lamenta el rumbo actual de Xbox y afirma que, desde su punto de vista, “el hardware de Xbox está muerto”, interpretando colaboraciones como la de ROG Ally o Meta Quest como un intento de salida del negocio tradicional de consolas.
Pero esa visión, aunque válida desde la nostalgia, no encaja con la realidad actual del mercado ni con la estrategia de Xbox en 2025. La industria ya no gira solo en torno a lanzar una consola cada siete años. El hardware sigue vivo, pero el ecosistema ha cambiado, y Xbox ha optado por adaptarse en lugar de quedarse estancada.
De consolas únicas a plataformas abiertas
Xbox Series no ha desaparecido, y de hecho sigue recibiendo lanzamientos de peso, actualizaciones de sistema, compatibilidad con nuevas funciones y un catálogo más amplio que nunca. La marca no ha renunciado al hardware, sino que ha expandido su presencia a PC, móviles, la nube y ahora incluso dispositivos de terceros. ¿Acaso eso no es lo que se pedía hace años? ¿Jugar donde quieras, como quieras?
Pensar que Xbox “no quiere o no puede fabricar hardware” es pasar por alto los hechos: Microsoft sigue produciendo consolas, y tiene nuevos modelos en camino, como quedó claro en la documentación de la FTC y en los planes de roadmap filtrados. Sin ir tan lejos, el reciente anuncio de asociación con AMD para el desarrollo de nuevas consolas Xbox. Las alianzas externas no son un síntoma de retirada, sino una forma de escalar su servicio a nuevas audiencias, como ya lo hizo Netflix con televisores o Apple con chips ajenos.
Además, los comentarios sobre la falta de nuevos éxitos ignoran realidades recientes: Hi-Fi Rush (aunque luego acabó mal) fue un éxito inesperado, Starfield ha sido uno de los lanzamientos más grandes del ecosistema, y Hellblade II, Avowed, Fable, DOOM: The Dark Ages o South of Midnight están pensados para sostener a la marca a largo plazo. Xbox no necesita copiar el modelo de hace 20 años. Necesita construir uno que funcione para los próximos 20.
El legado no se pierde, se transforma
Que alguien que participó en los inicios de Xbox vea con frustración su evolución es comprensible. Pero confundir nostalgia con estancamiento es un error estratégico. Xbox hoy apuesta por un modelo multiplataforma, transversal, vivo y con servicios que dan valor real al jugador. Eso no significa que se haya rendido. Significa que ha cambiado el tablero y ha decidido jugar en más frentes.
Y a juzgar por el crecimiento de Game Pass, la adopción de xCloud, la integración en PC y el catálogo futuro, la marca Xbox no está muriendo: está transformándose en algo más grande que una caja debajo del televisor. Con esto no queremos decir que todo es genial ahora, solo, que no tiene nada que ver un momento con el otro, así como la evolución de la industria y la propia marca, Xbox.

