Analizamos Ninja Pizza Girl, un plataformas con base speedrun que nos pone en la piel de una adolescente repartidora de pizzas con mucho carisma y más humor absurdo.
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Desde el principio de los tiempos de los videojuegos, el ser humano se ha sentido atraído hacia aquellos que intentan capturar el frenetismo y lo lúdico de la vida laboral. Hemos hecho hamburguesas, liderado negocios, repartido paquetes, también sido locos taxistas, y un largo etcétera que llega hasta el juego que analizaremos hoy, Ninja Pizza Girl, en el que nos pondremos en la piel de una adolescente repartidora de pizzas. Ninja. Sí. Empezamos.
Antes de empezar a entrar en materia sería conveniente señalar que Ninja Pizza Girl es un juego profundamente modesto, sin grandes pretensiones más allá de ser un plataformas simpático y con el que pasar alguna que otra hora muerta. Este carácter desenfadado se traduce en un humor muy absurdo que casa perfectamente con el tono del juego. Aún así, no es un gran indie ni tampoco un gran juego, es simplemente un divertimento que se salva con más o menos acierto.
Apartado técnico
Como ya hemos comentado, Ninja Pizza Girl es un juego hecho con pocos recursos y apoyo del gobierno australiano, aún así, su apartado técnico no pasaría del aprobado raspado. Gráficos simplones, con un intento de recrear una estética de neones callejeros y que, para salvar el tema de las animaciones faciales recurre al uso de dibujos de corte comiquero para dar voz a los personajes. Pero ninguno de ellos destaca especialmente. Ni las animaciones más digitales ni las dibujadas. El diseño de los personajes es simple tirando a pobre, y la variación de caras escasa, lo que nos hace pensar que este es uno de los apartados menos trabajados del juego.
Los escenarios tampoco presentan gran variedad de elementos, y cuando llevemos jugando un rato nos dará la sensación de que estamos haciendo siempre lo mismo. La ciudad, con sus tonos grises y algún que otro neón, siempre repite las mismas estructuras, lo que denota poca imaginación de los diseñadores a la hora de poder introducir variedad. Puede que por falta de recursos o por falta de ingenio, de una forma u otra es una variante que nos hace bajarle mucho la nota. Se ha demostrado ampliamente en el pasado que la falta de recursos ya no es una excusa para poder ofrecer una buena factura, al menos a nivel de diseño.
La música posiblemente es uno de los puntos fuertes del juego, acompañando al jugador según su performance. Si vamos más rápidos y no fallamos, esta se acelerará y además vendrá acompañada de un blur en la pantalla que saturará las luces de neón y nos hará entrar en una fase de frenetismo, en cambio, si fallamos, la música decaerá y los tonos del juego se desaturarán, así como los movimientos de la protagonista, que se volverán farragosos y lentos.
Jugabilidad
Si bien un juego de estas características no debe ser un portento a nivel técnico, se espera que a nivel jugable ofrezca algo interesante, novedoso o, qué menos, divertido. Bien, Ninja Pizza Girl solo consigue lo último, y con gran esfuerzo. Partiendo del plataformeo puro combinado con el speedrun, el juego nos propone fases de velocidad que se basan en el modelo “A contrarreloj”. En ellas deberemos saltar por trampolines, esquivar obstáculos, recoger objetos y, evidentemente, llegar a la meta en el mínimo de tiempo posible. El juego ofrece diversos niveles de dificultad que le van poniendo salsa al asunto si eres fan de los retos, lo que para los jugadores más expertos será de agradecer.
Aún así, el control del personaje no está todo lo calibrado que debería, y en más de una ocasión es tosco y exasperante. Saltos que no se materializan cuando pulsas el botón y otros pequeños fallos que ensucian el conjunto. Pero cuando consigues pillar velocidad y hacerte con él, hay niveles muy disfrutables que realmente muestran la esencia del juego. Un punto positivo muy a remarcar es que es imposible morir. A pesar de estar a gran altura e ir dando saltos de edificio a edificio, la opción de caer al vacío no existe, ya que siempre habrá suelo para dar apoyo a la ágil protagonista. Las largas caídas deben compensarse pulsando B, que harán que aterrice suavemente o dando una voltereta. Además, deberemos esquivar a la competencia pizzera, más ninjas que se esconderán en las sombras y nos tirarán objetos que nos harán tropezar, siendo imperativo empujarles con nuestros saltos u otras técnicas propias de los guerreros japoneses.
Como cualquier juego de estas características, existe la posibilidad de volver a rejugar todos los niveles para mejorar nuestras marcas, que serán puntuadas a la finalización del mismo. Se tendrá en cuenta el tiempo y los objetos que consigamos recoger en el nivel (hay de tres tipos, códigos QR, signos de reciclado y espirales de colores). Las calificaciones van de C a A, siguiendo el sistema americano. Otro de los puntos más fuertes del juego es que no hay un solo camino para llegar al final del stage, lo que hace que, dependiendo de tu habilidad, puedas ir por uno u otro. Esto potencia la re-jugabilidad, ya que siempre puedes descubrir nuevos caminos en una segunda partida según vaya avanzando tu habilidad como jugador.
Además de los niveles de plataformeo, la protagonista cuenta con una base en la que la podremos animar con diferentes regalos o caprichos, que ya se sabe que esto del parkour pizzero destroza a cualquiera. Desde tés a chocolates pasando por nuevos vestidos podrán ser intercambiados por los objetos opcionales a recoger en los niveles. También podremos visualizar desde ese mismo menú trozos de los cómics que componen el juego, pero con verlos una vez hay que decir que es más que suficiente.
Duración
La campaña principal, que consta de seis episodios, se centra en diversos temas que son raramente tratados en videojuegos, como el bullying o la aceptación personal. Además, en todo el juego se posa un aura anticapitalista y romántica por los negocios tradicionales, muchas veces absorbidos por las grandes corporaciones. El tiempo de completado rondaría las dos o tres horas, con una alta posibilidad de rejugado por los elementos que antes hemos citado: escenarios muy variados en cuanto a rutas, diferentes calificaciones o la oportunidad de conseguir objetos que se nos hubieran pasado por alto. Aún así, y con todo, no debería pasar de las 10 horas de juego hasta que consiguiera aburrirnos.
Conclusión
Pizza Ninja Girl posee aspectos muy positivos en su interior, como un humor muy absurdo que en más de una ocasión nos arrancará sonrisas (fijaos en las frases de las pantallas de carga) o la ambición de querer tocar temas socialmente controvertidos para darles visibilidad, algo que alabar dentro de un videojuego que no tendría que ser más de lo que es. A pesar de que cuesta aclimatarse al control, una vez lo tienes dominado el juego es altamente disfrutable como divertimento ocasional, pero no ofrece mucho más.
Sin duda, me atrevería a calificarlo como un juego más enfocado a un público en edad de crecimiento, entre los 10 y los 12 años, niños con la suficiente habilidad como para poder pasarse las pantallas y aprender con lo social de su mensaje. Hemos de advertir como nota final que el juego está íntegramente en inglés, y a pesar de contener algún que otro juego de palabras de nivel medio-alto, se puede disfrutar si tu nivel es estándar.
*Gracias a Disparity Games por habernos proporcionado el material para la review.