Sony tendrá que aportar todos los documentos requeridos por Microsoft obligada por la FTC, que no le ha dado la razón a sus quejas.
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A principios del mes pasado, vimos comenzar el proceso pre-judicial de Microsoft contra la FTC respecto a la compra de Activision Blizzard, a la que la organización reguladora norteamericana se opuso abiertamente. En estos contactos entre abogados, Microsoft solicitó al juez una cierta información sobre los acuerdos de Sony y sus exclusividades a la compañía japonesa. Pero con pocos días disponibles para aportarla, aportó una queja formal al juez diciendo que Microsoft estaba «acosandoles» presionando para obtener esa información. Al parecer, Sony tendrá que aportarla definitivamente sin rechistar.
El juez principal de derecho administrativo de la FTC, Michael Chappell, no sólo negó la queja de Sony, sino que también permitió algunas de las solicitudes de información confidencial de Microsoft. Y lo más interesante es la decisión del juez respecto al permiso por parte de Microsoft para que pueda ver una copia firmada de cada acuerdo de licencia de contenido o exclusividades firmada con cualquier editor externo por parte de Sony desde el año 2012, desvelando a su competidor toda la «maraña» de acuerdos que durante tantos años ha firmado Sony parar obtener ventajas respecto a sus competidores.
Sony tendrá que ceder información, pero amortigua el impacto de la FTC
Y es que aunque indicábamos «desde el año 2012», finalmente se ha accedido a que Sony presente los acuerdos solo desde el 1 de enero de 2019 hasta el presente, lo que incluiría, por ejemplo, todo lo relacionado con sus exclusividades y promociones con la saga Call of Duty desde el nuevo Modern Warfare. Lo que se puede considerar como una pequeña victoria dentro de esta concesión de información por parte de la FTC.
No obstante, el mayor problema para Sony es que el coste de recopilar esta información tan rápido requería el trabajo de hasta 7 abogados que lo recopilaran, con un coste aproximado de casi dos millones de dólares en horas de trabajo y por supuesto, tendrá que asumirlos a pesar de haberse quejado de este «acoso». El acosador, acosado.
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