En una reciente entrevista con Eurogamer, Jason Ronald a confirmado que Xbox Series X ha sido diseñada para evitar los cuellos de botella.
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El pasado jueves 7 de mayo tuvo lugar un nuevo capítulo de Inside Xbox. En él pudimos apreciar los primeros juegos de Xbox Series X, donde la iluminación de todos y cada uno de los títulos que aparecieron nos dejó con la boca abierta. Sin duda, ese fue uno de los aspectos que más llamó la atención de este primer vistazo a la nueva generación de consolas, dejando claro que Xbox Series X estará un paso por encima de lo que podemos disfrutar actualmente en Xbox One X.
Pero esto es solo la punta del iceberg de lo que nos espera. Sobre todo por que según Jason Ronald, director de gestión de programas en Xbox, la filosofía de diseño de la nueva consola era ofrecer unos niveles sostenidos de rendimiento sin cuellos de botella y sin comprometer otros aspectos. Es decir, permitir una eficiencia que les de a los desarrolladores la facilidad de exprimir el hardware de Xbox Series X.
Xbox Series X, sin cuellos de botella o problemas de rendimiento
Toda esta información la ha compartido en una reciente entrevista con Eurogamer, donde ha afirmado que todo esto tiene su origen en su intención de crear un sistema equilibrado sin compromisos en ningún área de la consola, fuese el rendimiento de la CPU o de la GPU.
Para mí se trata del rendimiento de extremo a extremo del sistema. No es un aspecto versus otro. Lo que era verdaderament importante para nosotros eran los niveles de rendimiento sostenidos, a diferencia de lo que has visto hasta ahora. Y diseñamos Xbox Series X para que sea un sistema bien equilibrado, sin cuellos de botella o compromisos en ningún área, ya sea el rendimiento de la CPU o el rendimiento de la GPU. Estábamos en los límites superiores de lo que era capaz una unidad de rotación tradicional, así que sabíamos que teníamos que invertir en cosas como el redimiento SSO de nivel IO. Para ello diseñamos la arquitectura de velocidad de Xbox, para que sea la solución definitiva para la transmisión de activos.
Todo se reduce a la innovación y a la integración entre hardware y software. Mira algo como la arquitectura de velocidad. Esa es una combinación de NVMe SSD, un bloque de descompresión de hardware dedicado, un nuevo sistema de archivos API llamado Direct Storage. Junto a ello tenemos otra innovación, superior al Sampler Feedback Streaming, que es lo que nos permite tener un multiplicador de memoria efectivo. También puedes observar elementos como el sombreado de velocidad variable.
Es decir, no tenemos sólo 12 tflops de potencia de la GPU, si no que los desarrolladores pueden ser mucho más eficientes en su uso.
Es decir, para mí se trata más de cómo se usará el sistema Xbox Series X y la integración de hardware y software que definirá lo que es posible en esta próxima generación.
Con todo esto, queda claro que Xbox Series X es un sistema pensado para exprimirlo al máximo de sus posibilidades, sin miedo a cuellos de botella o problemas de rendimiento. Y eso se empieza a notar con los primeros juegos ya anunciados para la consola. ¿Dónde estará el límite de esta nueva generación de consolas?