Mount & Blade: Warband es el simulador medieval más completo, complejo y profundo que hemos probado, con una fórmula de juego sencilla que lo convierte en una propuesta apta tanto para los que están familiarizados con este tipo de juegos como para los neófitos.
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La era medieval es una de esas etapas de la Historia de la Humanidad que seguro que está ahí en el Top Five de los contextos históricos más revisitados por el ocio digital. No siempre fieles al devenir de los acontecimientos, las compañías aliñan sus productos con cantidades ingentes de fantasía y a veces pequeñas pizcas de ficción al servicio de una historia que tenga épica y carga dramática para enganchar al jugador. También los hay que prefieren ir por otros derroteros que rayan lo tocante a la ciencia ficción, y raro es, que tiren por dónde tiren, este tipo de juegos pase desapercibido por la gruesa masa de jugadores.
Las aventuras de capa y espada tienen ese “quejío” que nos lleva a desear ponernos en la piel de aguerridos héroes de brillante armadura. Así que estáis de enhorabuena si echabais en falta en el catálogo de la consola un simulador medieval puro y duro. Y es que eso es precisamente lo que nos trae TaleWords Entertainment, el estudio desarrollador, que ya lleva varios años moviendo el título en compatibles y que al fin ha decidido dar el salto a consolas. Como ya ocurría con el original, las posibilidades son infinitas, ya que comenzarás como un guerrero novato y mediante tus hitos y tus gestas irás recorriendo tu propio camino hacia la gloria.
Mount & Blade: Warband salta de PC a consolas, con seis años de retraso, con la premisa de convertirse en el simulador de la Edad Media definitivo. Su baza principal son los marcados toques de rol que te acompañan desde el nacimiento de tu héroe o heroína, y la inclusión de mecánicas de estrategia, combates en tiempo real y toma de decisiones constantes que afectan al devenir de la historia que tú mismo generas con tus actos. No lo dudes: únete a nuestro ejército y acompáñanos en la ardua batalla de analizar un juego de semejantes características.
Apartado Técnico
Al no haber probado la versión de compatibles, vamos a evitar entrar en comparaciones farragosas. El juego sale para nuestras Xbox One y nos ceñiremos a su versión correspondiente. No obstante tenemos la sensación de que el apartado visual del juego no debe distar mucho del que se presentó en ordenadores allá por el 2010. Modelados, texturas, iluminación, animaciones… todo lo que aparece en pantalla tiene un deje a generaciones pasadas que puede echar para atrás a más de uno. Hay que tener en cuenta que no se trata de una desarrolladora de altos presupuestos, pero bien es cierto que el resultado es bastante mediocre. Por otro lado, hay que destacar que han incorporado una gran variedad de escenarios y el rendimiento es estable y no se resiente en casi ningún momento.
Otro punto positivo es la posibilidad de alternar entre la cámara en tercera o en primera persona, según nuestros gustos o preferencias. Aunque viendo las toscas animaciones del personaje, quizás optes por hacerlo en primera persona. O no, porque de ese modo las animaciones del resto de personajes quedarán más en evidencia, así como las pobres texturas o la apariencia bidimensional de algunos objetos como ramas, plantas o vallas.
El punto negro del juego es el apartado técnico, que si bien está justificado, rompe la experiencia.
Por otro lado, quizás debería haberse optimizado un poco más el mapa, el cual dispone de zoom para acercarnos a las localizaciones, a nuestra tropa o a la enemiga, sin embargo, a pesar de que puedas acercar la cámara, los iconos correspondientes no crecen en la misma proporción a la que te acercas a ellos y resulta complicado apuntar y clickar en el sitio exacto al que quieres ir. En las localizaciones grandes, con castillos, esto no es tan complicado, pero cuando quieres interceptar un grupo de bandidos o hablar con un grupo de campesinos, seleccionarlos puede resultar una tarea de lo más frustrante.
En su favor sí que hay que decir que, salvo el tiempo de carga inicial al arrancar el juego, a penas hay tiempos de espera, lo que le otorga una fluidez brutal y necesaria, ya que al ser tan denso y tener que alternar constantemente del menú al mapa, a las pantallas de diálogo y a las localizaciones, si tuviese pantallas de carga entre transiciones jugar se convertiría en una tortura exasperante. En otro orden de cosas, hay que dar la enhorabuena al estudio por el apartado sonoro que acompaña al código. Todas las composiciones rayan a un alto nivel y en ocasiones parecen la banda sonora de una película del género medieval. Los efectos de sonido son realistas, aunque poco espectaculares, así que es la música la que brilla con luz propia, a tenor de una traducción al español muy cuidada, sin la cual el juego estaría restringido al público angloparlante.
Jugabilidad
En primer lugar tenemos que advertirte que, aunque tienes la posibilidad, no saltes el tutorial. Este redunda sobre el combate, pero es fundamental jugarlo para que no empieces la aventura con mal pié. Antes de ello, tendrás que elegir el sexo y los orígenes del personaje, con lo que podrás crear un guerrero cuyo linaje confirme sus atributos para la espada, o incluso un cortesano o pueblerino de origen humilde. Esto repercutirá en las cualidades típicas de tu personaje (fuerza, agilidad, carisma e inteligencia), pero no te preocupes por el resultado de tus elecciones porque podrás ir añadiendo puntos a cada categoría a medida que subas de nivel, así como también podrás mejorar las habilidades con las armas y aumentar otras que corresponden con parámetros como el saqueo, la relación con tu ejército y buen número de opciones más.
Después de esto, tocará crear el aspecto facial de personaje entre los típicos rasgos editables: nariz, cejas, pómulos, mentón, pelo, ojos, mandíbula… Tras guardar los cambios y verte ya en pantalla, es cuando puedes sentir por primera vez la sensación de abrumo ante el juego. El mapa es gigantesco, con centenares de localizaciones y zonas ocultas en un primer vistazo, y tras la primera misión (la única que encontrarás de manera guiada), tendrás que ir a encontrar el resto. Mount & Blade: Warband te deja a tus anchas en un inmenso mundo abierto en el que puedes ir a dónde quieras y hacer lo que quieras. Pero cuidado, ya que toda acción tendrá sus consecuencias y muchas veces están vendrán casi sin que te des cuenta, porque ayudar a un reino puede provocar el recelo de las zonas vecinas, por poner un ejemplo.
Cualquier acción tendrá consecuencias y a veces pueden suponer una alta penalización en el juego.
También debes tener cuidado a la hora de planificar tus acciones ofensivas, ya que enfrentarte a ejércitos o a bandas de forajidos a lo loco desembocará tarde o temprano en el más absoluto de los fracasos. Y ya te avisamos que perder una batalla o un asedio penaliza y mucho. Sobre todo si buscas el perdón de un reino. En ese caso la cantidad de denares requeridos para volver a tener el beneplácito de un monarca podría multiplicarse por tres.
Por si fuera poco, puedes optar por dedicarte al pillaje o incluso puedes llegar a construir tu propio reinado y dejar más de lado las batallas para centrarte en las intrigas palaciegas. Jugar para hacerte un lugar en una cohorte determinada implica un esfuerzo para forjar alianzas, hacer amistades influyentes y otras tantas intrigas tan sorprendentes como convenir matrimonios. Toda opción disponible es válida, siempre y cuando sea compatible con tu código ético a la hora de encarar el juego. Tú decides cómo actuar y cómo afrontar cada situación.
En general, el juego resulta bastante intuitivo para ser tan completo y denso. Todo fluye a un ritmo pausado y de un modo bastante natural. Los menús son sencillos y no te debería resultar complicado superar la curva de aprendizaje, durante la cual es bastante probable que cometas algún que otro error que podrás subsanar más adelante sin demasiado esfuerzo. Solo nos ha parecido mejorable el sistema de combate, cuyos movimientos en plena contienda se nos antojan lentos y en ocasiones fallidos. En más de una ocasión puede darse el caso de que te hayas cubierto correctamente y que el golpe del enemigo acabe por impactarte como si tuvieses la guardia activa en la zona incorrecta del cuerpo. Esto, sumado al control irregular a caballo, repercute en que las contiendas acaben perdiendo fluidez y espectacularidad.
Duración
Con Mount & Blade: Warband, tienes juego para meses y meses. Puedes personalizar no solo tu equipo sino el de cada uno de los miembros de tu ejército. Deberás gestionar los recursos para que todos estén sanos, alimentados y motivados; tendrás centenares de localizaciones para explorar; podrás afrontar montones de misiones y eventos en tiempo real; y un sin fin de acciones más, con lo que siempre hay algo que hacer.
No nos queremos olvidar que también puedes optar por echar todas las horas que quieras al modo online que permite la concurrencia de hasta 32 jugadores y del que solo podemos objetar que es una lástima que no exista un modo cooperativo en campaña. En ella, al no haber una historia definida (con inicio nudo y fin), el juego acabará durándote hasta que tú quieras. Y por supuesto podrás volver siempre que lo desees a tu partida guardada para retomar tus andanzas.
Conclusión
Mount & Blade: Warband es el simulador medieval más completo, complejo y profundo que hemos probado, con una fórmula de juego sencilla que lo convierte en una propuesta apta tanto para los que están familiarizados con este tipo de juegos como para los neófitos. Todo gracias a una curva de aprendizaje amigable y a unos menús en los que se ha puesto mucho mimo con el fin de no enrevesarlos para que podamos hacer las gestiones necesarias de un modo fluido y yendo al grano.
Lo adictivo que resulta, junto con una duración mastodóntica, convierten los 19,99 € que cuesta en una gran inversión. Eso sí, requiere el esfuerzo por parte del jugador de ser tolerante con un apartado visual desfasadísimo y de algunos aspectos mejorables como son el mapa y los controles a caballo y para atacar y defenderte. La guinda la pone una dificultad exigente y una penalización por derrotas que te exigirá un nivel de compromiso con el juego como ya no se ve en los tiempos que corren. Aun con sus defectos, no puedes perdértelo si eres fan de este tipo de juegos. El resto tiene la oportunidad perfecta para adentrarse en el género si hasta ahora no te habías atrevido.
Pros | Contras |
* Genial simulador medieval. | * Poco atractivo visualmente.. |
* La cantidad de localizaciones y eventos que vas a encontrarte en tu camino. | * Le falta épica. |
* Se penaliza la derrota. No hay ensayo y error. Plantea bien tus movimientos antes de actuar. | * El control a caballo resulta bastante tosco. |
* Entre la campaña y el multijugador, tienes juego para meses. | * El manejo del mapa es poco preciso. |
* La traducción al español es impecable. | * Cuesta adaptarse a los controles de batalla. |
*Gracias a Koch Media y a Taleworlds Entertainment por habernos proporcionado el material para la review.