Tras la caída de Apple al revelarse un mal dato de previsiones de ventas, Microsoft se hace con el título de empresa "más valiosa" del mundo.
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Winner winner, chicken dinner. Satya Nadella y los inversores mayoritarios de Microsoft tienen motivos para estar contentos. Si hace tan solo unas semanas os contábamos que tras los estupendos resultados del último trimestre Microsoft se aupaba al segundo puesto en cuanto a capitalización bursatil, hoy os podemos confirmar que se ha hecho con el primer puesto. No es que Microsoft haya pegado un estirón inesperado, puesto que sigue comodamente asentada por encima de los 738k millones de dólares, sino que su máxima competidora Apple se ha desplomado tras unas malas previsiones de ventas de los nuevos modelos de iPhone.
La ventaja competitiva de Microsoft procede de haber apostado en el modelo de los servicios, mucho menos volátiles que la electrónica de consumo, y que ofrecen un margen de maniobra ante el descontento de los clientes mucho mayor. Esto es, ante un producto poco atractivo las suscripciones se resienten más lentamente que la compraventa de productos manufacturados, y es posible corregir cualquier error antes de que el usuario se plantee cancelar su suscripción. Además en cuanto a producto de venta al consumidor los ciclos de Microsoft son algo más largos que los de Apple, lo que le permite también tener fluctuaciones menores en las perspectivas de inversión. En resumidas cuentas, el cuento de la liebre y la tortuga.
Para los usuarios de Xbox esto es importante por dos motivos. Primero porque los accionistas contentos son más proclives a no poner travas a las inversiones, y como todos hemos visto en los últimos meses la división de juegos está en un proceso de clara expansión. Y el segundo motivo es que el modelo en el campo del entretenimiento digital de Microsoft ha apostado por un modelo mixto, y por tanto si las ventas de juegos se derrumbaran (que tampoco existe una perspectiva de que vaya a ocurrir), los servicios como Game Pass y Gold darán al equipo de Spencer un margen de maniobra que de otro modo no tendrían. La bolsa es volátil y puede que en otras dos semanas otra empresa esté ocupando el trono, pero hoy Satya Nadella puede dormir muy tranquilo.