La compañía ha decidido devolver la desorbitada cifra gastada por un menor de Canadá a su padre, titular de la tarjeta con la que se hizo la compra y absoluto desconocedor de la misma.
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Lance Perkins es un hombre normal y corriente de Canadá con un hijo menor de edad que estas Navidades recibió el peor «regalo» de su vida: una factura de más de 8.000 dólares canadienses (lo que equivale a algo más de 5.600 dólares estadounidenses o 5.200 euros) correspondiente a múltiples micro-transacciones de un título de la franquicia FIFA.
El responsable de tal desembolso no había sido él, sino su hijo, que no dudó en utilizar los datos de la tarjeta de su padre para explotar al máximo el juego de su Xbox. Obviamente, la primera reacción de Perkins fue de absoluto rechazo a la consola que veía como culpable de su desgracia:
«Me derrumbé. Literalmente me derrumbé cuando vi la cifra que se me había cargado. Nunca volverá a haber otra Xbox ni consola de ningún en mi casa.»
No sabemos si esta declaración de intenciones previendo un futuro sin consolas significa que se deshizo de la que presidía el cuarto de su hijo, pero quizá haya cambiado de opinión al ver la reacción de Microsoft, que se ha hecho de la factura y le ha devuelto los 8.000 dólares. Aunque al principio tanto su banco como Microsoft le aseguraron que no podía hacer nada al respecto (a no ser que acusara de fraude a su hijo), el hecho de que el hijo de Perkins y comprador real fuera menor hizo que la compañía optara por la devolución, que fue efectiva ayer mismo, día 25 de enero.
Ha sido algo más de un mes de sufrimiento que Lance Perkins espera que sirva de ayuda para otros padres despistados o confiados. En su caso, fue él quien dio los datos de su tarjeta a su hijo, pero para que lo empleara sólo en caso de emergencia o necesidad familiar. El hijo de Lance aseguró ser el primer sorprendido al ver el gasto que había hecho, ya que creyó haber pagado una única tarifa por el juego.
«Espero que hayamos alertado a la gente. Las cosas no son un juego cuando pueden alterar a toda una familia o poner en peligro a nuestros hijos por los errores que cometan. Espero que se pongan en marcha más garantías para los titulares de tarjetas de crédito. A ellos (Microsoft) les agradezco que hayan tomado esta decisión.»
No es el primer caso, ni será el último, por lo que el gesto de Microsoft es más que loable, sabiendo como usuarios más «expertos» que hay muchas medidas para evitar esta mala praxis por parte de los pequeños de la casa.