Descubre en Generación Xbox todo sobre Mable And The Wood, un Metroidvania con una jugabilidad única.
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En lo más profundo de un oscuro bosque, miembros de una siniestra secta realizan un ritual para invocar al elegido que liberará estas tierras. Una espada cae del cielo y de ella aparece una joven chica pelirroja. Ante la inesperada aparición, los presentes no pueden disimular su sorpresa: ¿acaso esta niña es la enviada para liberarnos de las malvadas criaturas del bosque?
Con una atractiva estética Pixel Art y una trama muy “mágica”, el desarrollador Triplevision Games nos trae Mable & The Wood, un juego del tipo “Metroidvania” en el que debes derrotar a las bestias de la naturaleza y así robar su magia para poder cambiar de forma.
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Pero lo más impresionante de Mable And The Wood es que ha sido desarrollado únicamente por una sola persona. Andrew Stewart, un programador amateur de la ciudad Británica de Sheffield, al sur de Yorkshire, comenzó a diseñar el juego como parte de la feria Ludum Dare en 2015. Desde entonces, ha trabajado muy duro en su tiempo libre mientras lucha contra el complicado reto de ser padre, cumplir una jornada laboral a tiempo completo y, al igual que la mayoría de los mortales, tratar con muchos altibajos de la vida.
Después de muchas noches sin dormir y, gracias a la colaboración de sus seguidores en Kickstarter, el ambicioso proyecto de Andrew por fin está entre nosotros. ¿Conseguirá seducirnos con su magia? Vamos a descubrirlo
Apartado Técnico
El apartado tanto técnico como artístico es muy sencillo de definir: Retro/Pixel Art con esa estética que apasiona sobremanera a los amantes de los 80s/90s, con esos pixeles enormes, una resolución muy baja y el clásico sonido low-fi. La inspiración de sus escenarios no puede ser mas tópica: bosques oscuros, aldeas mágicas, montañas heladas, cuevas siniestras. Los personajes que dan vida al juego son muy entrañables y nunca faltan ciertos guiños de humor sarcástico que nos arrancan más de una sonrisa.
El primer problema que sufre este título es que el diseño artístico en general, tanto de personajes como de escenarios, es demasiado repetitivo. Todo se siente demasiado clónico. Fondos estáticos poco inspirados, enemigos reiterativos e incluso en algunos momentos, la sensación general es que todo está demasiado vacío. Es curioso, porque en este sentido, en determinadas ocasiones, el juego parece muy irregular. Tiene zonas muy elaboradas, bien diseñadas y ricas en detalles, mientras que otras, es un fondo negro con cuatro texturas. Nada más.
En su concepto, tiene todo lo necesario para encandilarnos, pero nunca llega a conseguirlo
Respecto a los efectos de sonido y la banda sonora, Mable And The Wood sencillamente cumple. Sin más. La simplicidad de las pistas musicales puede encajar con su acabado técnico y artístico, pero la falta de variedad hace que no destaque demasiado. Cada tema musical funciona bien para identificar las diferentes áreas de juego, pero si pasamos demasiado tiempo en una misma zona, no ayudan demasiado. Y respecto a los efectos de sonido, la cosa no mejora. La mayoría son toscos, ásperos e incluso, a veces, inexistentes. En ningún caso se trata de algo especialmente grave, pero desluce bastante el resultado final.
Jugabilidad
Mable And The Wood se autodefine como un metroidvania, y sí tiene un gran componente de exploración en su concepto. Pero a diferencia de las muchísimas referencias que se nos puedan ocurrir en el género, en este caso su jugabilidad no se centra en el combate. Sino en las plataformas y la movilidad del personaje. Parece un detalle curioso de diseño, pero el hecho de que la pequeña protagonista de pelo rojo porte una espada más grande que ella, no es ni mucho menos casualidad.
El primer reto a superar es la incapacidad para saltar, correr y atacar de forma tradicional.
Nuestra protagonista tendrá la habilidad de cambiar de forma para luchar contra las criaturas a las que nos enfrentamos y la manera en la que la espada interactúa con cada una de estas formas será nuestra peculiar manera de atacar a los enemigos. Cada vez que derrotemos a un Boss de zona, éste nos otorgará la habilidad de transformarnos en una nueva forma. Por ejemplo: la primera forma que tomaremos será la de una pequeña hada. En este modo, volarás para evitar a los enemigos, dejando la espada en la última posición ocupada. Cuando volvamos al estado original, la espada volverá súbitamente a nosotros, eliminando a cualquier enemigo que se encuentre en su trayectoria.
Por lo tanto, el combate en Mable And The Wood implica atraer a un enemigo a la línea de trayectoria de nuestra arma mientras somos muy precisos calculando distancias. Eliminar a los enemigos de esta manera es muy original y divertido, ya que cada forma que adoptemos cambiará por completo el modo de acabar con nuestros rivales. Y, además, ocurrirá lo mismo con la movilidad del personaje.
Y en este elemento es donde me he encontrado el segundo gran problema en Mable & The Wood. Y es que su control es extremadamente impreciso, muy torpe y caprichoso. Nuestro movimiento es demasiado artificial, nos resultará muy difícil y tosco movernos por los escenarios y, este detalle, en un juego con un gran componente de plataformas y una jugabilidad tan peculiar, resulta demasiado lapidario.
La movilidad en Mable And The Wood es original, pero también imprecisa y desesperante
Sin embargo, una de las facetas más interesantes que nos ofrece su jugabildiad es la posibilidad de completar el juego sin derrotar a ningún enemigo. Los múltiples y laberínticos caminos esconden diferentes rutas por las que puedes evitar luchar contra los enemigos más comunes e incluso los jefes de zona. Es una idea original, pero no funciona muy bien en la práctica, ya que, en ciertas ocasiones, resulta absurdamente complicado no matar a ninguno por la imprecisión de su control; en más de una ocasión, he derrotado a algún enemigo “sin querer”.
Duración
Respecto a su duración, se trata de un juego corto. Si tienes un progreso constante es probable que completes el juego en aproximadamente 6 horas (zonas secretas y accesos ocultos aparte). Como bien sabéis, este tipo de juegos pueden eternizarse si somos muy completistas. En términos de dificultad, Mable and the Wood no es muy complejo. Tendremos vidas infinitas y todas las zonas están plagadas de puntos de control. Muchos puntos de control. Por todas partes.
Esto no lo convierte en un juego fácil ni mucho menos, pero cuando encontremos una zona que nos suponga un desafío, podremos repetirla una y otra vez sin mucha complicación. Una última puntualización respecto a su dificultad: una vez más, Mable And The Wood es un juego irregular. Nos encontraremos zonas que podremos superar simplemente aporreando un botón, plataformas que no le resultaría un reto a un niño de 8 años, enemigos con unos patrones de movimiento que no son ninguna amenaza, etc. Mientras que, en otros momentos, nos enfrentamos a situaciones caprichosamente difíciles que carecen absolutamente de algún sentido.
Conclusión
Mable And The Wood es un juego con una historia detrás de entusiasmo y superación que es digna de aplaudir. Lleva tiempo acostumbrarse a su sistema de movilidad y combate, pero la idea y el concepto es muy bueno. Las múltiples formas de luchar y atravesar las diferentes zonas que esconde el juego usando diversas transformaciones nos invitan a disfrutar de un juego con mucho encanto y una estética old school cautivadora. No me gusta ser excesivamente crítico en mis análisis, pero si somos fieles a la realidad, pensamos de forma objetiva y siempre después de dejar claro cuáles son sus virtudes, tengo que reconocer que Mable And the Woods está plagado de problemas. Y graves.
Físicas desastrosas que causan comportamientos extraños en los momentos más decisivos; ausencia total de teletransportes o puntos de viaje rápido, algo incomprensible en este tipo de juegos; idioma por defecto en inglés, que podremos cambiar a español desde el menú de opciones, pero que volverá a estar en inglés la próxima vez que iniciemos el juego (¿?!!); glitch que te dejan encerrados en una zona y, al no tener viaje rápido, quedas atrapado; inexistencia de un mapa disponible desde el inicio del juego… (Y podría seguir)
En definitiva, este es un juego con grandes ideas, pero con una ejecución horrible, tanto desde una perspectiva técnica como de diseño. Es realmente una pena, dada su naturaleza. Esperemos que al desarrollador le sirva como experiencia y se quede con lo bueno que tiene este título y lo ejecute mejor en el futuro.