Microsoft y la FTC no son las únicas empresas/organismos que han batallado en tribunales. Aquí tienes otros casos de la industria por demás curiosos.
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La audiencia que tiene como protagonistas a Microsoft y a la FTC puede que se haya robado el protagonismo las pasadas semanas, pero lejos está de ser el único conflicto legal que la industria de los videojuegos ha tenido a lo largo de su historia. En esta editorial, les voy a mostrar algunos de los casos más curiosos en los que los tribunales decidieron la suerte de alguna compañía.
Prepárense, porque veremos varios nombres que siguen batallando en tribunales al día de hoy.
Odyssey y su lucha con… Activision
Empezamos con este por dos curiosidades, la primera, que es uno de los primeros conflictos legales de la industria, y la segunda, porque tiene como protagonista a un nombre muy en boca de todos en la actualidad: Activision. Mucho antes de Xbox, de Playstation y de tantas otras, estaba la Magnavox Oddysey que tenía los derechos de varios juegos con sus correspondientes mandos, muy populares gracias al éxito del famoso Pong.
La empresa tenía la licencia de los juegos de Ice Hockey y Tennis y lo que produjo que Activision la demandara por temas de licenciamiento. Al parecer, la patente de Magnavox era demasiado amplia, pero el juez finalmente falló a sy favor otorgándole los derechos a la empresa responsable de Oddysey en 1988.
World of Warcraft en peligro de bots
Vamos con otro conocido en el presente. Ya en 2010, Blizzard se subía al estrado para descargar su furia legal contra la compañía MDY. Pero vamos a ponernos en tema para entender de qué va esto. En 1998, en Estados Unidos, se aprobaba la Digital Millenium Copyright Act, o DMCA, que afirma los derechos de copyright contra potenciales infractores que buscan alguna forma de burlar distintas medidas tecnológicas con el fin de alterar una propiedad intelectual.
En diciembre de aquel año marcado por el campeonato del mundo en manos de España, se reunían en los tribunales los desarrolladores de World of Warcraft y los ejecutivos de MDY, una empresa que había programado bots que realizaban una suerte de farming en los primeros niveles de WoW para quienes se suscribiesen a su servicio. Para evitar este tipo de situaciones, Blizzard estableció la tecnología Warden que evitaba que software de terceros se conectasen a WoW, lo que a su vez provocó que MDY crease otro bot que ocultase al primero de Warden. El fallo fue a favor de Blizzard entendiendo que la tecnología de MDY afectaba la experiencia dinámica del jugador.
No hay vida después de Splinter Cell
En octubre del año 2003 la Corte de apelaciones de Quebec mediaba entre dos titanes de la industria: Ubisoft y EA. Los franceses habían colocada una medida cautelar para evitar que 5 miembros clave del equipo de desarrollo de Tom Clancy: Splinter Cell fuesen contratados por EA. Cabe destacar que el código civil de Canadá permite a los empleadores prohibir a sus empleados competir contra la empresa a futuro, por lo que el tribunal canadiense terminó dándole la razón a Ubisoft y sentando así un precedente de cara a futuro.
EA volvería a requerir de abogados este mismo año, en 2023, cuando un tribunal austríaco dictaminó la nulidad de un contrato entre Sony y varios jugadores de FIFA que habían gastado la friolera de más de €85.000 en sobres de cartas de jugadores. El fallo estuvo sustentado por la posibilidad de comercialización de estos packs por fuera de la plataforma de EA, lo que se constituye como un «beneficio financiero», según la ley austríaca de apuestas, ya que los revendedores obtienen un rédito. De esta manera, el tribunal dictaminó que las infames loot boxes fuesen consideradas como apuestas ilegales, ya que si bien estas se pueden comercializar en territorio austríaco, deben hacerlo bajo licencia.
Parecidos que engañan
Diez años antes, en 2013, los abogados de EA ya estaban sentados en los tribunales de la Tercera Corte de Apelaciones de los EE.UU por obra y gracia de Ryan Hart. Muy probablemente si no eres de EE.UU no sepas quién es este muchacho, por lo que paso a explicarte: Hart era un jugador universitario de fútbol americano que desempeñaba su función en la universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, entre los años 2002 y 2005. En un movimiento absurdo, EA decidió usar la imagen del universitario sin permiso de este en su NCAA Football, aunque, por supuesto, desde la empresa negaron que se tratase del jugador en cuestión.
La corte inicialmente decidió que el parecido no era suficiente como para obligar a la empresa a resarcir al damnificado, algo que sí había pasado en el pasado, aunque la causa fue reabierta un año más tarde y obtuvo un desenlace diferente.
La ingeniería inversa del lado de la ley
Nos vamos a octubre de 1992. Sega está en la cima de la ola habilitando licencias aquí y allá para los desarrolladores que querían llevar sus títulos a la increíble Mega Drive. Accolade, por su lado, quería evitar la burocracia (y las tarifas que conllevaba) y decidió aplicar ingeniería inversa en el primer modelo de la consola y en el tercero para lograr la compatibilidad de sus juegos con el hardware, sin el costo asociado. Sega decidió denunciar por fraude a la empresa, pero paradójicamente, el juez decidió fallar a favor de los infractores ya que la ingeniería inversa estaba considerada como un método válido. El caso se utilizó como ejemplo en disputas similares de distintos tipos de tecnología.
Gauchos sin Carmageddon
El caso de Carmaggedon sigue siendo uno de los más curiosos en Sudamérica, y es que en el año 1998, los legisladores de Buenos Aires prohibieron la distribución del título, así como su comercialización, venta, alquiler y promoción publicitaria en territorio argentino. La ley también regía para otros juegos similares «orientados a la matanza de personas por medio de la conducción de un vehículo o que contraríen las conductas tipificadas en la legislación de tránsito vigente en Ciudad Autónoma de Buenos Aires». Esta prohibición sigue vigente al día de hoy y, curiosamente, nunca se aplicó a otros títulos similares como GTA.