El coste base se mantendría estable, pero el gasto dentro de los juegos apunta al alza.
Más historias en la categoría Noticias
- Hoy llega a Xbox un nuevo juego de terror muy interesante
- El éxito de Black Myth: Wukong dispara el turismo en China como nunca antes
- Vince Zampella fallece hoy en un accidente de tráfico: la industria del videojuego pierde a una de sus figuras más influyentes
| No te pierdas nada y ¡Síguenos en Google News! |
Subidas en el hardware, servicios cada vez más caros y títulos que ya se mueven con naturalidad en la franja de los 70 €. Sin embargo, el próximo gran aumento podría no estar donde muchos esperan.
Según Piers Harding-Rolls, analista de Ampere Analysis, en 2026 el precio de los juegos en sí no sería el principal afectado. En su opinión, el foco estará en las microtransacciones, un terreno donde las editoras tienen mucho más margen de maniobra y menos resistencia por parte del mercado.
Las microtransacciones, el verdadero ajuste de precios en 2026
Harding-Rolls explica en una entrevista concedida a GamesIndustry.biz que no espera una subida generalizada del precio base de los juegos en 2026. El estándar de 70 dólares (alrededor de 80 € en Europa) seguiría siendo el techo habitual, aunque reconoce que algunos títulos AAA concretos podrían experimentar incrementos puntuales si las circunstancias lo justifican.
- Donde sí ve un escenario claro de inflación es en las compras dentro de los juegos. Las microtransacciones ya representan la mayor parte del gasto global del sector, y ajustar sus precios resulta mucho más sencillo que subir el coste de entrada de un lanzamiento completo. Según el analista, este tipo de aumentos generan menos ruido mediático y no erosionan tanto la confianza del jugador como un incremento directo del precio del juego.
En la práctica, esto podría traducirse en pases de temporada más caros, monedas virtuales con menor valor por euro o packs premium con precios revisados al alza, especialmente en títulos de servicio y juegos gratuitos. Un movimiento discreto, pero con impacto directo en el bolsillo de los jugadores más activos, que serán quienes noten antes este posible cambio de tendencia.

